La peonza
¡Buenos
días! La primavera regresa tras unos días oscuros y tristes. El sol nos saluda
con su alegría mañanera, asomando por el horizonte, con una sonrisa feliz en
los labios y la promesa de un día sereno.
Parezco
una peonza, un péndulo que oscila entre emociones encontradas. Sabía que mandar
LME a la agencia era algo que truncaría mi tranquilidad, aunque gracias a mi
control de la situación actual, a la manera con la que vivo los
acontecimientos, ha tardado en alcanzarme y el grado de agobio es mínimo
comparado con el del pasado.
Supongo
que no se puede ir en contra de las ilusiones y de las realidades. Quiero
escribir, quiero sentir y quiero emocionarme con cada palabra que se plasme en
el folio en blanco. Pero no soy sincera si no admito que mis sueños lucen con
la misma fuerza que antaño.
Estos
siete años de expectativas y esperas me han hecho muchísimo daño. Minaron mi
energía, cambiaron la credibilidad que tenía sobre mi trabajo, me hicieron
caminar con anhelo, deseo, sentimiento de que las metas llegarían en algún
momento y de que debía continuar creyendo sin detenerme.
Ahora
sé que probablemente nunca llegará. Igual que tengo claro que una respuesta a
mi último email no es la cima del
monte, sino un primer peldaño. Realidad, eso es lo que me faltó en muchos
momentos, la incertidumbre es el peor de los estados, porque puedes construir
demasiados castillos en el aire a la vez que esperas sin frutos.
La
peonza sigue con su rotación incómoda. Hay instantes que trae la destemplanza,
dándome a entender que no vale la pena seguir adelante, que es una pérdida de
tiempo, que se acabó. Pero cuando vuelve a girar la energía renace como un Ave
Fénix y dicta párrafos completos a mis dedos ansiosos por darle vida a mi mundo
paralelo.
Me
mareo demasiadas veces. Sin embargo los meses de reflexión, de prometerme a mí
misma caminar sobre un terreno sólido, de ser sincera a la hora de valorar las
cosas y de mirar la realidad a la cara me han ayudado a superar los instantes
de flojera.
Hoy
me he levantado con millones de cosas importantes por hacer, y escribir no
entra en mis planes (no hay tiempo). Ayer me lo tomé de descanso, me fui con
mis hijos y mi hermana a un museo, a pasear, a comer por ahí y por la tarde a
tomar algo con unas amigas. Y hoy lo mismo, vacaciones de escritura hasta el
sábado.
Y
ahora casi que me voy a duchar para no llegar tarde al trabajo…
¡Feliz
día! J
Bueno, escribe porque te gusta y punto... lo que tenga que ser será. Mientras sigue publicando en Amazon para tus lectores, las minorías también contamos ;-)
ResponderEliminarUn FELIZ día.
Pues esa minoría es la que me hace sonreír por las mañanas... ¡Un beso!
Eliminarpat, hace poco pasé por un tiempo igual... borré todo lo que había escrito, me retiré de todo; pero algunos amigos me convencieron de volver y empecé de nuevo.
ResponderEliminares cierto lo que dices, tal vez sean sueños nuestros anhelos y quizás nunca alcancemos el exito anhelado... pero en la lucha está el placer. y mientras alguien nos lea, no hemos perdido el tiempo.
te mando un abrazo desde colombia... te leo.
¡Mil gracias por tus palabras José Marco! Es cierto, escribir es un placer... ¡Imposible renunciar a él! ¡Un abrazo!!! :-)
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