Reescribir, cortar, eliminar, añadir, pulir...

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hoy vengo con una entrada reflexiva, una de aquellas que me ayuda a centrarme y a darme cuenta del valor de algunas conversaciones antiguas y de cómo he cambiado desde entonces.
Al fin parece que mi vida literaria arroja una luz al final del túnel. Tras años de redimensionar mis metas, de adaptar mis expectativas a la realidad, de descubrir la magia de ser feliz con pequeñas cosas, conseguí lo impensable y dos editoriales apostaron por mis novelas. Ahora ya son tres… Desde entonces vivo inmersa en una montaña rusa de emociones, pero me siento afortunada porque ya tengo cuatro historias a la venta editadas de la forma tradicional, en mayo sale otra y en septiembre la última de la trilogía.


En tres años he escrito once novelas románticas. He aprendido mucho, he encajado críticas preciosas y otras durísimas, he reído, llorado, besado, sufrido, avanzado hacia diversos tipos de finales y he descubierto cómo encontrar el tono, la personalidad de los protagonistas, su esencia.
Llevo unos meses sin escribir. Entre las correcciones y las galeradas de los libros que ya están a la venta y los que me quedan por entregar… Dejé TLM a medias porque necesitaba reencontrarme, cambiar un poco de registro, darle un respiro a mi mente. Y empecé a reescribir LB... Pam y Hugo se merecen dar a conocer sus aventuras, encontrar una vía de salida del ordenador…


El primer archivo que tengo de esta novela data de junio de 2011. En esa fecha acabé la primera versión, a la que se sumaron cinco más, con mil revisiones tras horas de búsqueda de cómo mejorar el texto. Recuerdo las comidas con Lola, sus palabras, sus intentos de hacerme entender que debía darle unas cuantas vueltas más a la narración.
Cuando cierro los ojos y me traslado atrás en el tiempo irrumpo en una persona diferente. Tenía el alma en espera, vivía por y para publicar, con la ansiedad presente en cada paso del camino. Fue una época muy oscura, me dedicaba a construir castillos en el aire que un leve soplido destruía dejándome llena de sentimientos de frustración. Hubo indicios de que podía salir bien, luché con uñas y dientes para ver la luz, pero necesité una brutal fuerza de voluntad para redimensionar, entender y aprender a disfrutar.


Ponerme con la corrección de LB es complicado porque yo ya no escribo así. Y ahora me gustaría tener delante a Lola para decirle que la entiendo, que tenía razón, que faltaba buscar el tono de los personajes, rebajar algunas reacciones, reescribir, releer, recortar, no explicarlo todo, darle un ritmo a la narración. Y también le diría que lo estoy haciendo, que a pesar de la dificultad de reescribir, cada día avanzo un poquito. Releo lo escrito, busco en mi interior la idea original y vuelvo a escribir el capítulo entero. Corto, rebajo, cambio los diálogos, añado partes necesarias y poco a poco llevo a Pam y a Hugo hacia su desenlace con una mejora importante y con mucha ilusión.


El otro día me hicieron una entrevista para el blog 27 letras, en una sección súper interesante (enlace). Cuando me preguntaron la banda sonora de mi vida tuve claro que la idea de Julia de explicar sus momentos con una canción es perfecta para mí, porque no puedo dar una sola canción para mi vida, según el momento es una u otra. Y para ahora elegí Happy.
También ha salido una reseña muy bonita de Rumbo a ninguna parte en el blog El rinconcito de Minny (enlace). Poco a poco la red se llena de opiniones sobre mis novelas. Las hay excelentes, buenas, malas y horribles, pero es bonito ver que la gente le da una oportunidad a mis historias.

¡Feliz día! J  

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