Un último día conmigo

7:07 Pat Casalà 0 Comments

     ¡Buenos días! Por fin viernes… Este fin de semana se me acumula el trabajo… Estoy ilusionada y estresada en la misma proporción… Hay mucho que hacer y poco tiempo, pero por primera vez en años mi trabajo en la literatura es para un fin genial, ¡llegar a vuestras manos!
     Ayer escribí los agradecimientos de Un último día conmigo. Para mí esa parte del libro entraña una tarea tierna. No doy las gracias sin más, suelo explicar cómo se forjó el libro, de dónde salieron las ideas y cuál es la aportación de algunas de las personas que me envuelven sin spoilear.


     Recordé cómo surgió la idea, dónde y con quién. Lo escribí varias veces, de derecho y del revés, dándole forma de una narración entretenida, sin dejar de dar besos, abrazos y de agradecer a mi grupo de amigas su contribución a la escritura.
     ¡Quién me iba a decir hace seis años que ahora estaría aquí! He vencido la ansiedad de no conseguir dar salida a mis libros, he aprendido a vivir cada novela como si fuera única, a enamorarme de los personajes mientras viven en mi cabeza, a ser capaz de compartir partes de mi creación con mis amigas.
A ellas se lo debo casi todo. Es curioso cómo puede llenarme de vida su cercanía. 


     Nunca imaginé que acabaría disertando acerca de mis ideas locas con personas maravillosas ni que me iban a ayudar tanto. ¡Gracias chicas! ¡Un último día conmigo es para vosotras!
     Lúa fue el personaje femenino más difícil de crear de toda mi historia. Es una mujer racional, pondera cada paso con listas interminables de pros y contras, nunca se deja llevar por sus sentimientos y es muy poco temperamental. Como yo no soy así debía reescribir cada una de sus reacciones varias veces hasta conseguir ese efecto de robot que le atribuye Mabel.


   En realidad Lúa reprime sus emociones, es recta, estricta con su comportamiento y demasiado rígida. Eso hace que su relación con Cesc no sea sana…
     Tratar el tema de la infidelidad, de las separaciones y de cómo alguien reprimido logra dejarse ir hasta el punto de amar sin barreras, dándolo todo, fue un reto. Me costó escribir ese cambio paulatino sin caer en la trampa de cambiar su forma de ser.
     En esta novela también exploré la humanidad de los personajes públicos dotando a Matt de un carácter sensible. ¡Qué ganas tengo de verla publicada!


     Os invito a leer mi escrito para la página Querer es poder de Fran Abellán, una grandísima persona y gran profesor de baile (enlace).

     ¡Feliz día! J

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