Cuatro días...

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Cuatro días… ¡Dios! ¡Qué nervios! Parezco una olla exprés a puntito de silbar.
He decidido hacer una gran apuesta con la compra de bastantes ejemplares en papel para venderlos yo directamente. He impreso unos cuantos posters para llevarlos a bibliotecas y colegios y quiero conseguir una cantidad de lectores importante para Rumbo a ninguna parte.
La historia lo vale y la editorial también.


He de decir que tenía mis reservas respecto a una editorial nueva y pequeñita, pero por suerte es maravillosa. Me miman, eso es lo mejor. Y no sé si la novela será un éxito o se quedará atrás en las listas, pero ahora lo importante es contar con gente que se interesa por mi trabajo y está decidida a tirar adelante nuestro proyecto común.
Para mí el salto más importante lo conseguí el día que entendí la importancia de ser feliz escribiendo. Fue como si de repente toda la ilusión contenida en mi interior explosionara para mostrarme un mundo lleno de excitantes posibilidades.
Redimensioné mis metas, cambié mi manera de ver el futuro, encontré un aliciente importante en el trabajo y aprendí a sonreír cada día, con la cabeza siempre llena de historias.
¡Fue mágico!


Y he llegado hasta aquí, con dos novelas editadas con editorial y cinco en Amazon. Feliz, siempre con una sonrisa y con la emoción de haber encontrado un género en el que me siento muy cómoda, donde puedo utilizar el cien por cien de mi imaginación para vibrar con maravillosas historias de amor.
Gran parte de la fuerza para cambiar así mi forma de ver la escritura se la debo a mis queridas beta. Sin ellas no estaría aquí, lo tengo clarísimo. Recuerdo cuando conocí a Mabel hace un poco más de cinco años. Entonces me daba vergüenza explicar que escribía, lo mantenía en secreto, siempre con la inseguridad propia de la falta de respuestas editoriales.
Ella fue la primera en leerme y darme la seguridad suficiente para continuar. Le gustó El secreto de las cuartetas y me pidió más.  Le pasé La Baraja, seguida de Oros. Era la primera persona a la que dejaba leer algo mío fuera de la familia o de mi agente.


En ese instante de mi vida necesitaba ese chute de confianza. Gracias a ella abrí el blog, empecé a creer más en las posibilidades de mis escritos y avancé hacia una nueva dimensión de la escritura.
Luego vinieron Senda, Mara y Mercè. Ellas también fueron un soplo de aire fresco en mi vida, me mostraron el valor de la verdadera amistad porque antes no lo tenía claro.
Parte de ellas van a ser las presentadoras de Rumbo a ninguna parte. ¡Espero el día con emoción!

¡Feliz día! J

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