Busca tu ventana

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! La vida sigue, siempre hay mil nuevas y apasionantes experiencias esperando para atraparte. Cuando una puerta se cierra se abre una ventana en otro lugar para ofrecerte aire limpio.
Ayer fue un día estresante, de aquellos en los que desearía estar enferma en la cama para no enfrentarme a reuniones de más de tres horas ni a la ansiedad de no poder prepararlas como toca. Apenas conté con tiempo para respirar y solo pensaba en tomarme un Toblerone, un helado de chocolate o cualquier otra variedad de chocolate para calmarme.


Fue impresionante, terminé una de las reuniones, la más larga, y dos de mis compañeros del despacho me habían dejado un Toblerone sobre la mesa. Estos pequeños gestos me levantan el ánimo y consiguen una ancha e inmensa sonrisa. Es maravilloso trabajar rodeada de gente con un gran corazón.
Otra de mis sorpresas fue la agradable comunicación de una blogger a la que conocí durante el Encuentro RA. Se trata de Carmen, la administradora de Libros escondidos (enlace). Os invito a descubrir sus reseñas, son buenas, de las que me gusta leer.


Carmen me compró dos libros y se unió a mis beta. Es genial. En este momento del partido solo deseo tener lectores, aunque sea así, sin ganar ni un céntimo. Porque lo más importante es escuchar sus críticas, saber qué piensan de lo que escribo y, sobretodo, encontrar formas de mejorar los manuscritos.
Le pasé CDTEAT. Yo sigo con UDMST y voy hilvanando en mi mente NPVST. No tengo claro cómo voy a llamar a esta serie, dudo entre varias ideas, pero no acabo de decidirme.
Ayer llegué a casa tarde, ansiosa, sin demasiada inspiración y con los sentimientos revolucionados. Hace un tiempo descubrí cómo afrontar esos momentos: abro el YouTube y me engancho a ver vídeos de la pareja que me inspira para dar vida a Julia y a Zack.


Los he visto todos, una y otra vez, en plan obsesa, pero nunca me canso de repetir. Es como mi manía de escuchar una canción en bucle mientras escribo, sin detenerla nunca, porque consigue sacar a flote mis sentimientos y darme pistas para planear cada una de las escenas.
Lo más curioso de todo es que al terminar la novela esa canción o esos vídeos no vuelven a servirme, es como si cada manuscrito tuviera su canción, su pareja, su tono. Y lo mejor es que hace un tiempo compilo la música en una lista de Spotify con las siglas de la novela, y la escucho sin parar durante las horas de trabajo, al llegar a casa, al escribir. Cuando pongo fin en el papel la abandono y paso a una nueva playlist.
En la vida hay que hacer lo mismo, si algo se termina se archiva y se inicia una nueva aventura.
¡Feliz día! J

   

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