Espectáculo de luces (Singapur)

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hace un frío brutal, parece como si de repente las temperaturas hubieran descendido de golpe. Este fin de semana cambian la hora, pronto estaremos inmersos en aquellos días oscuros, con pocas horas de luz y tardes apagadas.
Pensaba que no sería capaz de compaginar dos historias, pero me equivocaba. De momento consigo cambiar de una a otra con facilidad, ayudándome de las playlists de Spotify creadas especialmente para estas novelas, como si la música funcionara como un catalizador para diferenciarlas.
Son tan distintas mis protagonistas… Una es intrépida, luchadora, tenaz, perseverante y muy joven. La otra es abstemia sentimentalmente hasta que descubre la luz. Me encanta darles vida en el papel, pensar como ellas, sentir cómo crece en mi interior aquella emoción propia del primer enamoramiento, con momentos álgidos y cosquillas en el vientre.
Les he propuesto a mis amigas un brainstorming para pensar en primeros besos épicos. Sería una buena manera de pasar una tarde, con unas copas, unas risas y un sinfín de ideas especiales… Por suerte tengo la capacidad de imaginar situaciones románticas sin problemas.
Vamos a volver a Singapur, a los Gardens by the Bay. Nos encantaron, es una visita obligada en esta ciudad. Al salir estábamos reventados de tanto andar, la zona es enorme y el interior de los invernaderos se llena de pasillos con plantas exóticas, puentes y ascensores.
Caminamos hacia Marina Bay para buscar el lugar donde por la noche hacen el espectáculo de luz y fuegos. Acabamos en food court del mediodía, con un helado y los pies destrozados. Necesitábamos un poco de aire acondicionado, un baño y descansar un rato. El calor en Singapur es húmedo y pegadizo.
Finalmente salimos al exterior cuando empezaba a oscurecer. Cruzamos al otro lado de la bahía a través del puente más famoso. El complejo Marina Bay Sands está delante del río, frente a un precioso skyline de edificios singulares, con un estadio de futbol sobre el agua y algunas arquitecturas muy peculiares.
Regresamos sobre nuestros pasos para apostarnos frente al Marina Bay Sands a ver el espectáculo. Fue impresionante, en el agua hay unos proyectores de luces, junto a surtidores. Al ritmo de la música se crean unas imágenes y un precioso juego de luces.
Terminado el espectáculo necesitábamos encontrar un sitio donde cenar. Volvimos al otro lado, exhaustos, sin ganas de seguir caminando. Atravesamos el campo de fútbol y anduvimos durante cerca de tres cuartos de hora hasta la zona de bares y restaurantes frente al río. Eran tan caros… Singapur es una ciudad prohibitiva. Acabamos en un Burger King, cansados y con deseos de irnos al hotel cuanto antes.

¡Feliz día! J

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