Superarse a uno mismo

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Sigo sin dormir demasiado, este calor nocturno me impide hacerlo con normalidad… La buen noticia es que ya es jueves y mañana a las tres de la tarde estaré de relax. Esta semana lo necesito… Llevo a la espalda dos inspecciones de hacienda, un sinfín de trabajo y muchísimo estrés.
La buena noticia es que pronto llegarán las vacaciones de verano y dejaré aparcados los números durante tres largas y preciosas semanas, también cerraré el blog y me dedicaré a viajar, sentir y vibrar con nuevas y excitantes experiencias. Uffff, cómo me apetece desconectar.
Ayer fuimos a hablar con el psicopedagogo que lleva a mi hija. La dislexia de Álex es importante y, a pesar de su alta inteligencia, a veces impide que avance como debería. La parte positiva es que hay técnicas para ayudarle, la negativa es que nos va a costar un pastón. Dos hijos, dos pagos mensuales, dos asistencias al centro… Es injusto la falta de ayudas para estos chicos y la cantidad de dinero al mes que debes emplear en ellos si quieres que superen sus dificultades. ¿Y si no lo tienes? ¿Vas a condenarlos a vivir con esa lacra? ¿O debes intentar que superen cada uno de los escollos para hacer brillar su capacidad para sacar notas brillantes?
Hay que buscar la manera de pagar para que se superen cada día, con la emoción de saber que quizás lleguen a la cima de sus aspiraciones, porque cualquier ascensión a la cumbre es con un gran esfuerzo personal y hay que poner el máximo de empeño en llegar a ella con una sonrisa y la satisfacción de vencer las dificultades.
Recuerdo cuando empecé a escribir, mi sensación de que conseguiría en poco tiempo escalar el Everest literario y colocarme en la cima de los más vendidos. Poco a poco me enfrenté a una realidad distinta, en la que constantemente me indicaban mis dificultades para redactar correctamente, a pesar de las ideas y de la perfecta estructuración de las tramas. Yo también soy disléxica, aunque con un gran esfuerzo personal cada día logro vencer una nueva barrera y ahora soy capaz de estructurar la información, de no cometer faltas ortográficas y de entender correctamente los textos expositivos.
Tardé demasiados años en entender que a pesar del esfuerzo y de la pasión con la que intentaba superarme cada día mi destino se alejaba demasiado del proyectado. Entonces redimensioné mis metas, dejé de esperar eternamente un nuevo peldaño en la ascensión a la cumbre y aprendí a sonreír cada día, sin desear lo imposible.
A veces pesa estar rodeada de gente que consigue publicar un libro y venderlo, conseguir difuminar esa frustración y convertirla en una sincera emoción por esos compañeros no fue fácil, pero con tesón conseguí superar ese escollo y ahora soy feliz. Espero que mis hijos consigan dar ese paso, alcanzar una paz serena donde sean capaces de llegar donde proyecten.

¡Feliz día! J

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