¿A quién le gusta cumplir años?

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Mañana es  mi cumpleaños… De pequeña adoraba celebrarlo, con aquella intensa sensación de felicidad y las inmensas sonrisas que me acompañaban durante las horas diurnas. Me apasionaba llevar chucherías al colegio, repartirlas entre mis compañeros, soplar las velas, tomar un buenísimo pastel después de comer o de cenar…
Ayer me puse a pensar en esos momentos y me vino a la cabeza algo que pasó hace tiempo y ahora, bajo la perspectiva de la distancia, considero increíblemente fuera de lugar. A veces, cuando estamos inmersos en una espiral de malas vibraciones, no somos capaces de ver la dureza de algunas situaciones.
Fue  en primaria y una chica de la clase trajo chucherías para todos los alumnos, incluso para el profesor, pero no para uno de los niños. El hecho en sí ya es un atentado contra la integridad de cualquier chico de esa edad, pero lo peor fue la actitud del maestro: se quedó con su bolsa de chucherías, le dio un par al niño y no reprendió a la niña. ¡Increíble!
Lo sé, la madre debería haber puesto el grito en el cielo, denunciar este hecho públicamente y no solo ir a la directora a contárselo, pero esa solo era una de las mil putadas que le hacían y en el colegio se portaron fatal, no lo ayudaron y las cosas llegaron a un punto demasiado álgido.
Ahora, muchos años después, y tras la experiencia muy positiva de los centros escolares donde acuden mis hijos, veo la maravillosa experiencia de tener unos docentes entregados y de constatar cómo en estas escuelas se valora la convivencia en las aulas por encima de todo. A veces, si el colegio no es lo esperado, más vale cambiar.
En fin, la vida es un cúmulo de instantes que debemos colocar en un lugar justo, sin mirar demasiado hacia atrás, viendo solo el futuro que se extiende ante nosotros y la emoción de caminar hacia un horizonte mejor. Suerte que mi niño es genial y que tiene un montón de amigos que le quieren.
Mañana celebraré mi cumpleaños con la felicidad intrínseca a tener una gran familia, a sentirlos cerca, a vibrar con su compañía. Mi hijo es una gran persona, mi niña es preciosa y maravillosa, mi marido el mejor y mis padres y mi hermana son perfectos.
Todo se supera, los malos momentos suelen ayudar a ver mejor las posibilidades de nuevos giros de timón, de cualquier situación adversa se extraen cosas positivas para encarar el futuro. Sonreír es básico para positivizar…
No sé si me apetece demasiado cumplir años ahora, ya no soy aquella chiquilla entusiasmada que repartía chuches con una auténtica sensación de estar en la cúspide del mundo durante un día. Ahora entiendo que me hago mayor… ¡Gracias por acompañarme en esta aventura!

¡Feliz día! J

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