Disertaciones matutinas

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hoy parece que hoy el sol brillará en un horizonte despejado, o como mínimo es la impresión que me llevo al atisbar a través de la ventana. El calefactor está a plena potencia, indicando el frío exterior que se niega a desvanecerse en el olvido.
Duermo con dos nórdicos, con poca somnolencia y con la sensación de que quizás el mañana me ofrezca un mejor momento. Ahora todavía estoy incómoda, sin deseos de caminar por el mismo sendero de siempre, con la sensación de que hay ojos examinándome de cerca, en busca de un error para lanzarse directos a la yugular.
Voy a ir con pies de plomo, recuperaré en pocos días la sonrisa y encontraré la manera de promocionar de manera certera El Secreto de las Cuartetas. Ahora mismo es una ilusión que me ayuda a desbancar la tristeza de encontrarme otra vez frente al abismo.
Por suerte ayer recuperé parte del arrojo que me acompaña a la hora de escribir. Me costó un gran esfuerzo concentrarme, cuando mi cabeza se dedica a pensar en otra cosa es difícil dirigirla hacia los personajes, pero la forcé con mimo y tesón, deseosa de acompañar a Aurora y a Bruno en otro capítulo, de enredar su ahora, de adentrarme en el futuro que construyen poco a poco.
Al final conseguí mi propósito, me puse la música lenta de siempre, con aquellos acordes místicos que consiguen despertar sentimientos intensos, cerré el navegador donde tenía distracciones, inspiré una bocanada de aire y continué la historia donde la dejé el sábado.
Es curiosa la mente humana, su tendencia a recrear instantes del pasado y despertar en tu interior aquel desasosiego que una vez dominó tu vida. Nuestro deber es erradicar esas absurdas sensaciones del interior, agradecer lo que se tiene y valorar lo que se ha conseguido con esfuerzo y constancia.
Miro hacia delante, con la cercanía de los compañeros de viaje que he encontrado en la vida sin buscarlos, con la emoción de conocer a personas que me quieren como soy y no buscan cambiarme. ¡Qué diferente es ahora de cuando era pequeña! Ya está ahí el primer asomo de sonrisa.
Este fin de semana me pararé a pensar en la suerte que tengo con una editorial que apuesta por mi trabajo. A ver qué se me ocurre para llegar a los lectores… ¡Tengo unas ganas de ver el libro en papel! Será un logro maravilloso, Marta Noguera se convertirá en una heroína real y por fin veré un libro mío en la estantería.

¡Feliz día! J

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