La inspiración

9:09 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! El silencio de la mañana solo se ve empañado por el aullido de un perro en la cercanía. Por fin se calla y vuelvo a respirar un ambiente sosegado y sereno, con los armoniosos cantos de los pájaros acompañando el sonido de las teclas del ordenador.
Ayer exploré mi nueva idea para una novela, pero parece que no cuaja, no acabo de verlo ni me apetece escribir esa historia, por muy clara que esté en mi cabeza. Hay veces que me pasa, es como si la inspiración me hubiera dejado seca con las historias anteriores y ahora no le apeteciera involucrarme en una aventura literaria.
¿Cómo funciona la inspiración? Ufffff, si lo supiera no cejaría en el empeño de cuidarla con algodoncitos, porque los periodos que me enfrento a su sequía me cuesta un mundo no tensionarme. Los minutos libres se convierten en una agonía, sin frases que tejer ni personajes a los que dar vida…
Hay instantes en los que la inspiración es una manantial que brota sin pausa, la idea para una novela mana con tanta fluidez de mis pensamientos que incluso me ahoga. Este verano me sucedió, el primer día de vacaciones tuve una idea poderosa, cogí el ordenador y empecé a teclear sin atender a la hora ni a las otras actividades lúdicas. En cuatro días tenía sesenta folios escritos…
Cuando me subí al avión de Emirates que debía llevarme hasta Bangkok abrí el Mac en la bandeja de mi asiento y me pasé diez horas escribiendo sin detenerme. Tenía que avanzar en esa historia, era importante para mí darle forma.
Los dieciséis días de viaje aparqué el ordenador, solo lo cogí cuando hacíamos vuelos internos. Y en el avión de vuelta volví a pasarme horas tecleando, con aquel ímpetu que me acompaña cuando necesito contar la trama que se forma con facilidad en mi interior.
Terminé la novela la semana pasada, menos de tres meses después de poner el título en la hoja de Word… Me parece increíble ese arrojo que me empuja a aporrear las teclas con frenesí, cautivada por una historia que se teje en mi interior.
Los últimos veintidós meses han sido así, con una racha increíble de inspiración, ideas y novelas de géneros distintos. Me apetecía tanto probar el romance… Pero ahora estoy yerma de ideas, es como si quisieran alejarse de mí por un tiempo, y en las horas libres siento que me falta algo.
No hay de qué preocuparse, la inspiración un día regresa y me envuelve en sus fauces con una intensidad sublime, entonces la sensación de querer averiguar a dónde me conduce me lleva a mi Mac constantemente, con una sonrisa y la ilusión de mover los hilos de los personajes acompañándome.
Ayer fui a ver Serena con mi hija, creía que era una película de amor que podría ayudarme a encontrar el tono para una nueva novela, pero me encontré con un drama que no me gustó. La historia de amor es demasiado precipitada, sin detalles ni instantes. Y el final… Puaf, ¡qué desilusión! He de reconocer que las actuaciones de los actores son impresionantes y la fotografía preciosa, pero la historia chirría por todas partes, falta muchísimo trabajo para que sea creíble. No derramé ni una lágrima, y suelo hacerlo con facilidad…
¡Feliz día! J

  

You Might Also Like

0 comentarios: