Compañeros

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Hay momentos para la introspección, otros para la emoción y, por qué no, algunos para ahondar en la tristeza, aunque estos últimos deben reducirse al mínimo.
Hay días en los que en sueños me visitan partes de mi pasado, como si quisieran gritar a mi mente la nostalgia por recuperar parte de esos instantes. Al despertarme me percato de que el ahora tiene demasiadas cosas maravillosas como para andar de puntillas en él.
Ir una tarde a ver a una compañera de trabajo que lleva meses de baja por una lesión en la vértebra es algo que me reportó muchas emociones. Fui con dos amigos más de la oficina y me di cuenta de que sin ellos ahora no tendría el arrojo que demuestro.
Hace cuatro años estaba en una fase triste y absolutamente fuera de lugar. Esperaba, sentía la acuciante ansiedad de quien se pasa horas frente al email o al teléfono, suplicando una respuesta, con el alma enredada en esperanzas que se marchitaban con el paso de las horas.
Entonces encontré este trabajo, caminé de la mano de una gente maravillosa que me acogió en el seno de su día a día con camaradería. Estrechamos lazos con el paso del tiempo, compartimos confidencias a la vera de la soledad de las mañanas, aprendimos a entendernos.
Supongo que es normal hablar acerca de las inquietudes personales cuando aprendes a querer a alguien. Al principio estaba frustrada por la falta de noticias en lo relativo a la escritura, y un día me abrí a ellos, les conté mis anhelos, mis ilusiones, mis alegrías al novelar las historias que se agolpaban en mi mente.
El tiempo quiso que dos de las mujeres que había entonces se convirtieran en mis lectoras beta y que me ayudaran a la hora de construir personajes o de pulir un texto. Una de ellas se fue a vivir a Suiza, pero la distancia no es un obstáculo para nosotras gracias a la tecnología.
Los años sumaron gente, cambiaron una parte importante de la plantilla y me concedieron otras dos compañeras interesadas en leer los borradores de las novelas y dispuestas a escucharme cuando de repente les hago una pregunta referente a mis personajes, sin darles tiempo a calibrar si hablo de la fantasía o de la realidad.
Esta semana se ha sumado una nueva compañera a mi grupo de betas, al que también pertenecen mi padre y mi hermana desde el inicio, cuando mis escritos eran de otra manera y necesitaba muchísimo esfuerzo para conseguir un estilo propio.
No sé por qué mis sueños de esta noche me han traído a la mente unas amigas del pasado a las que nunca estuve unida, a pesar de que entonces yo pensara lo contrario. Es absurdo mirar atrás cuando mi presente está tan lleno de ilusiones compartidas, de instantes felices y de personas que me quieren tal y como soy, sin restricciones.

¡Feliz día! J

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