Rumbo a Phi Phi Island

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! La mañana parece triste, apagada y sin deseos de iluminarnos la jornada… A veces me asombra esa capacidad del tiempo para mimetizarse con mi estado anímico. Estoy convencida de que saldrá el sol en unas horas, porque entonces mis decisiones serán firmes y no habrá vuelta atrás.
Monkey Beach
Hay instantes en los que desearía darle la vuelta a la vida, soñar despierta con alcanzar mis sueños, tocar el cielo con las manos y pasarme las mañanas enterrada entre las sábanas, con el ordenador en el regazo, componiendo frases que me transporten a un lugar lejano donde cualquier meta es posible. Sé que es una utopía, algo inalcanzable, pero a veces va bien pensar que puedo conseguirlo.

Ayer fui a ver una película que me encantó y me dejó pensativa, dándome cuenta de que no puedo esperar más a que las cosas cambien, que debo ser yo quien luche sin tregua. Se llama Un Viaje de Diez Metros, es sensible, bonita, con un trasfondo intenso y me arrancó varias lágrimas.
Ojalá mis decisiones de hoy realmente se conviertan en aciertos el día de mañana…
Me gustaría que echarais un vistazo a la entrevista que concedí al blog Mi Sala de Lectura.
Nos quedamos en la isla james Bond…
Al regresar a Patong nos bañamos un rato en la piscina y descansamos del ajetreo. Esa noche cenamos en un callejón lleno de chiringuitos de comida. Estaba bueno, había variedad y el precio era económico, aunque no tanto como en Chiang Mai.
Maya Bay
La excursión a las islas Phi Phi del día siguiente salía muy temprano, así que nos fuimos a dormir pronto. Nos recogieron en el hotel y nos llevaron en ban a un embarcadero en la playa, donde nos tuvieron más de una hora junto a un montón de gente. Luego nos distribuyeron en lanchas rápidas.

¿Qué es lo peor que te puede pasar si vas en la proa descubierto de una lancha y no te puedes cambiar de sitio? ¡Qué llueva durante una hora seguida! Uffff, entre la mala mar y la lluvia llegamos a Maya Bay, lugar paradisíaco donde se rodó la película de Di Caprio La Playa, mojados y un poco mareados.
Nos bañamos en las aguas turquesas sin importarnos las gotas que caían sin tregua, y al final salió el sol. Volvimos corriendo a la barca, estas excursiones pecan de ser demasiado rápidas. Nos embarcamos hacia la Monkey Beach, una playa llena de monos a los que les tiramos comida desde la lancha.
Phi Phi Don
Y de ahí nos fuimos corriendo a Lho Samah Bay, una zona donde mi marido y mis hijos nadaron haciendo snorkel por las aguas llenas de peces. Yo no quise bajar, estaba agobiadísima por la ropa mojada, las prisas y la mala mar… Ellos se lo pasaron en grande.
Cuando los pasajeros subieron a la lancha pusimos rumbo a Phi Phi Don, la isla más poblada. Ahí comimos en un chiringuito muy cutre, donde nos dieron unos manjares malísimos, fríos e incomibles. Paseamos un poco por los tenderetes de la isla antes de embarcar de nuevo.

¡Feliz día! J

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