Día de descanso

9:09 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! El azul nítido del cielo demuestra sin lugar a dudas que los hombres del tiempo se equivocan… ¡Qué ilusión tanta claridad! Demuestra que por fin nos adentramos en una época tranquila, con calor y buen tiempo.
Ayer nos pasamos la tarde caminando por un centro comercial de Outlets cercano a Barcelona, buscábamos unas maletas con cara y ojos para nuestro viaje de verano. Las restricciones de equipaje en los vuelos internos y la cantidad de días que estaremos fuera requieren de llevar una maleta cada uno para repartir el peso.
Además, quiero comprar cosas…
En Barcelona cayó una tromba de agua después de comer, fue una de aquellas tormentas típicas de la primavera. De repente se cubrió el cielo con unas nubes grises que apagaron la luz del ambiente y minutos después el agua empezó a repicar furiosa en el suelo.
La Roca Village recrea un pueblo con casas, es exterior y si hay que andar buscando algo la lluvia es un impedimento. Pensamos que la parte positiva sería la menor afluencia de gente, así que nos subimos al coche y en veinte minutos descubrimos con ilusión que el cielo en el pueblo de La Roca era buenísimo.
Caminamos entrando en cada una de las tiendas de maletas que encontramos. Me gustaron un montón las Samsonite, pero incluso rebajadas son carísimas. Acabamos comprando unas Mandarina Duck negras con un precio buenísimo y una medida idea.
Es una buena inversión, no se puede estar sin unas maletas decentes.
Hasta ahora nuestro equipaje consistía en una Samsonite de mi marido grande, un par de pequeñas maletas de las que caben en el interior del avión y una mediana de mi hijo que está rota. Luego tenemos guardadas las bolsas de viaje antiguas, de cuando no existían las maletas con ruedas y rígidas.
Nos pasamos el resto de la tarde entrando en las tiendas de ropa, no compramos mucha cosa, pero estuvo bien ver la oferta que tienen.
Por la noche fuimos a cenar a un restaurante con unos amigos. Fue una velada perfecta, con charlas divertidas e interesantes que se alargaron hasta la una…
No toqué el ordenador para teclear ni busqué documentación para mi novela ni pensé en otra cosa que no fuera descansar, pasear, el futuro de mis niños y tomar el sol por la mañana tumbada en una hamaca con mi hermana al lado.
Ahora me voy a ir zumbando a vestirme de gimnasio para acudir a mi clase de baile matutina de los domingos. ¡Gimnasia mental en toda regla! Últimamente Alberto nos hace pensar un montón. Primero nos enseña los pasos a un lado, luego los hacemos hacia la izquierda y cuando ya lo tenemos cambiamos el plano. ¡Es dificilísimo!

¡Feliz día! J

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