Caminar hacia lo desconocido

7:07 Pat Casalà 0 Comments

    ¡Buenos días! ELE continúa llenando espacios en blanco en mi mente para hilvanar una trama nueva y con matices interesantes. Me propuse experimentar con las novelas actuales, darles un giro diferente, otorgarles la posibilidad de acercarnos a unos personajes bien definidos y con una trayectoria atrayente.
    Es curioso que una idea inicial acabe volviéndose del revés a medida que escribo y me documento. Ya no explico el principio a nadie hasta que está escrito, porque luego me dedico a modificarlo en el papel para llevar a los personajes a una trama con matices diferentes a la idea inicial.
     Mi mente funciona como un ente autónomo que apenas me deja respirar. Ahora se dedica a bombardearme con la manera en la que Robert Richmond tomó la decisión más importante de su vida, una que marcó para siempre su futuro y el de su hija Júlia.
     Lo he escrito de una manera, pero ahora me doy cuenta de que esa narración necesita unos retoques mágicos para ser perfecta. Me he metido en un berenjenal con mucha ilusión y ganas. Seguro que de mis rocambolescas ideas sale una trama con enganche.
      Ayer no me encontraba bien, me he pasado una semana entera con el dichoso virus de barriga que asola a la mitad de la población, y como no tenía más remedio que ir a trabajar me ha costado mucho deshacerme de él. Como no tenía la cabeza demasiado colaboradora me dediqué a cocinar, a hacer mis deberes de inglés y a curiosear en mi Web y en la agencia Lola Gulias & CO las sinopsis de mis novelas. Jajajajaja, en todas hay secretos del pasado…
      Siempre he mantenido que los escritores tendemos a seguir unas pautas a la hora de crear manuscritos. Los hay que tienen fijación por las parejas rotas, otros por el amor incondicional o por las tramas oscuras o por los personajes extraños… Cada uno de nosotros tiene su marca personal, una parte de las historias que se repite en los libros de manera distinta.
       En los míos siempre hay un presente truncado por secretos que se revelan en ese instante. También salpico las tramas de crímenes, misterio y muchas veces avances tecnológicos. Al principio me interesaban las organizaciones que querían acabar con el mundo conocido, ahora no soy tan ambiciosa y me conformo con malhechores o personas con tendencias criminales.
      En mis primeras novelas lo importante era la acción trepidante, el no dejar respirar al lector, las tramas llenas de situaciones al límite. Me gustaba escribir así, era intenso. A la luz del presente creo que una de las historias más logradas fue La Baraja un ambicioso proyecto que se quedó en dos novelas y media de las cinco que componen la serie El Pentáculo. Pero en el fondo le tengo cariño a todas y cada una de mis creaciones, cuando las recuerdo siento un nexo inexpugnable con los personajes, con las situaciones, con las tramas…

      ¡Feliz día! J

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