¡Suerte que ya es martes!

7:07 Pat Casalà 0 Comments

     ¡Buenos días! Hoy estoy un poco cansada y triste, ayer fue un día largo y con muchas malas noticias, pero igualmente me levanto con la ilusión de la sonrisa, con la intención de luchar y de no tirar nunca la toalla y con muchísima energía.
      Tener adolescentes en casa no es fácil, y menos cuando no quieren escuchar ni entender la vida, pero hay que seguir caminando, buscando maneras para que nos escuchen y entiendan dónde están y hacia dónde van. Espero que el tiempo nos muestre con claridad la manera de encarar el futuro con una lógica y una dirección. Ahora mismo creo que solo tenemos bruma que nos oculta las trazas del sendero.
     Terminamos la tarde con el funeral de mi cuñada en la iglesia del colegio Jesuitas de Sarrià. Fue una misa emotiva, con unas canciones preciosas y el calor de las muchísimas personas que la querían. Es precioso despedir a alguien tan arropado, demuestra que en vida despertó emociones positivas en el corazón de la gente que la acompañaba.
      Y se fue el lunes, entre tristezas y algunas sonrisas, impotencias y dolores y un par de momentos tensos. Por suerte al día siguiente consigues despertarte y ver el sol en tu ventana para darte cuenta de que todo tiene solución, aunque no sea la que tú quieres.
      No tengo muy claro cómo solucionar los problemas, pero no voy a rendirme y sé que encontraré una manera de encararlos, no puedo darme la vuelta y olvidarlos ni alejarme para que no me salpiquen. Aunque hay instantes en los que dejaría atrás esta vida y me embarcaría en una aventura sin responsabilidades…
    Quizás ha llegado la hora de cambiar algunos hábitos, de aparcar por un tiempo las mil actividades diarias y buscar cómo centrarlas en lo importante. No quiero renunciar a la escritura, pero a veces hay cosas más urgentes que lo que uno quiere.
    Así que voy a mirar hacia delante con entusiasmo y ganas, voy a buscar la motivación para no decaer y a ver si logro darle la vuelta al ahora. Como mínimo si no lo consigo no será por no haberlo intentado.
     Toca sonreír, levantarme, ducharme, vestirme e ir a la oficina donde me espera un largo día de trabajo. Es la mejor manera de conseguir olvidar por unas horas las preocupaciones. ¡A ver qué me depara el día!

¡Feliz día! J

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