Mi entrada diaria

7:07 Pat Casalà 4 Comments

     ¡Buenos días! Abrí con este blog con la intención de coger soltura con la narración al obligarme a escribir cada día acerca de algo, de lo que fuera. A día de hoy se ha convertido en una especie de diario personal donde plasmo mis estados de ánimo, mis ideas, mis anhelos…
      No siempre encuentro el tono o el tema para llenar un folio con palabras, pero igualmente lo intento y acabo colgando un post con ideas inconexas que acaban de formar un conjunto de párrafos con algún significado.
     Creo que esta costumbre matutina de compartir con la bloggosfera retazos de mi día a día me ha ayudado a la hora de sentarme frente al ordenador y que las palabras fluyan con facilidad, sin que necesite empujarlas ni buscarlas en mi interior.
     Es cierto que consigo estirar las horas el día para que cundan, que al final hago muchísimas cosas y que incluso a veces pienso que me sobra tiempo, quizás la clave está en aprovechar al máximo cada instante, en lograr que las horas que se dedican a algo sean productivas.
     Desde que me propuse escribir sin las presiones de la publicación, y gracias a mis posts matutinos, cada vez que me siento a novelar mis ideas no necesito demasiado para que la narración llene el folio en blanco. Es como si tuviera un piloto automático que rápidamente se pone en situación y avanza sin problemas.
     Al final consigo encuadrar perfectamente las diversas actividades propuestas. Voy a bailar cinco veces a la semana, cocino con frecuencia, trabajo más de ocho horas fuera de casa, llevo las cuentas y las compras de mi hogar, escribo un capítulo al día, os cuelgo el post cada mañana… ¡Todo es cuestión de planificación!
     Al blog le debo mucho, aunque también a mi manera de encarar la vida. Hubo un tiempo en que mi obsesión me ofuscó y perdí algo importantísimo: mi optimismo diario, mi manera de ser, mis sonrisas y mis alegrías.
      Ahora tengo una manera distinta de ver las cosas, una más parecida a la Pat soñadora e idealista de siempre. No renuncio a las metas que me tracé un día lejano, pero un email que me llega a tiempo ya no me parece tan importante ni aparecer en una Web ni si se venden o no mis libros en Amazon. Es como si de repente hubiera conseguido deshacerme de la ansiedad y el anhelo para disfrutar de la escritura y la creación.
      No puedo ni quiero abandonar las letras, inventar historias es una extensión de mí misma, mi cabeza se pasa horas dándole vueltas a las tramas y sugiriendo giros argumentales. Así que ahora soy feliz con mi vida, con los segundos aprovechados al máximo y con estos escritos diarios. ¡Gracias por estar al otro lado de la pantalla!
      ¡Feliz día! J
 

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4 comentarios:

  1. Y resulta que después de haberme extendido mucho más de lo que acostumbro... le doy a publicar y ha desaparecido buaaaaaaaaaaaaa
    Voy a resumir:
    Decía que gracias a ti por compartir tu día a día y que eres la organización personificada. Admiro ese poder de llenar folios y folios, incluido el del post diario.
    Tus días me parecen de los que muchos queremos, de los de 48 horas, por lo que eres capaz de rentabilizarlos.
    FELIZ noche ya, que mira que horas hoy :-)

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    1. Jajajajajaja, yo creo que no hay para tanto... ¡Feliz fin de semana, Pilar! :-)

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  2. Cuando estás poseída por una emoción , tu prosa discurre como un manantial que flota sobre unas ideas cristalinas, cuya transparencia semántica revelan con claridad el tipo de sentimiento del que brota, ya sea este festivo , melancólico , eufórico...Eres un libro abierto, Pat, y leerte supone para tus admiradores (y adoradores también) una gran satisfacción .

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