Un recreo

9:09 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Continúa ese frío intenso que asola la calles últimamente… Yo tengo ganas de sol, calorcito y mucha luz, pero las estaciones del año juegan en contra de ese deseo. Nos acercamos peligrosamente al invierno y toca que las jornadas se acorten y la gélida temperatura nos salude al salir a la calle.
Creo que estoy completamente saturada, mi inspiración se ha ido a un lugar cálido donde tomar el sol y recargar pilas. Quizás el hecho de escribir tres novelas en diez meses sin dejar de trabajar, de bailar, de llevar la casa, de ocuparme de mis hijos y de escribir cada mañana aquí ha colapsado mi capacidad de escribir. Así que ayer me tomé el día de descanso.
Por la mañana fui a un bar que hacía años frecuentaba, un lugar decorado en tonos blancos, con sillas y sofás, una pequeña terraza con plantas para iluminar el local con luz natural y una carta de tés de las que a mí me gustan. La compañía fue inmejorable. ¡Qué bonito es pasarse dos horas charlando con una amiga sin darte cuenta de que las manecillas del reloj avanzan!
Comimos en familia en uno de esos japoneses que sacan platos en una cinta. Mis hijos le llaman los barquitos. Y por la tarde fui a bailar con Fran en una de esas clases que te disfrazas y te ríes. Parece mentira que a nuestra edad nos divirtamos con algo tan básico, pero es una manera como cualquier otra de pasar la tarde del sábado, ¡y encima hacemos ejercicio!
No escribí ni casi corregí. Necesito aire, espacio, amplitud de mente y un poco de recreo. He empezado a leer un manuscrito inédito de una compañera de viaje literario, su prosa y sus historias me gustan mucho. Y he decidido corregir y escribir a mi ritmo. Tal como dice mi marido no me puedo pasar las horas libres enganchada al ordenador.
La trama de mi última novela sale despacio, con más dificultad que las anteriores. En cambio la corrección de errores de LMR y de LDE va viento en popa gracias a mis queridos lectores beta. Veremos qué me depara el mañana, ahora sé que deseo gastar mi tiempo en muchas actividades e ir despacio con la escritura. Veremos si esta vez lo consigo…
Pronto estará lista la Web de mi nueva agencia, me hará muchísima ilusión compartir con vosotros mi rinconcito de autora en ella. Es emocionante ser parte de estos cambios, estar ahí cuando se gesta una idea tan maravillosa y saber que cuentan conmigo. Sin embargo sé que estos cambios, estas ilusiones y estas alegrías de momento solo son eso, sentimientos.
Hay que colocar cada cosa en su lugar para no volver al redil de la ansiedad. El mundo literario es de esperas largas y pesadas, por eso ahora no me voy a dejar seducir por la idea de lograr un objetivo, simplemente voy a celebrar cada pequeño logro y a ver las realidades tal y como son.
Quizás algún día mi camino esté lleno de luz… ¿Quién sabe qué pasará mañana? Es mejor que sea una sorpresa y vivir el ahora con una sonrisa… Ahí va la mía: J

¡Feliz día! J

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