¡He vuelto!

7:07 Pat Casalà 0 Comments

      ¡Buenos días! El sol parece que quiere salir para iluminar el martes. Estoy un poco desubicada tras cuatro días de descanso en las montañas. Han sido perfectos, con horas para corregir y leer, con tiempo para pasear, con la tranquilidad y el sosiego suficiente para reorganizar mi mente acelerada.
      Terminé la primera corrección de LDE, en general no había muchos fallos de coherencia y el final, que llevaba días sin ver claro, ahora creo que es la mejor manera de darle la vuelta a la historia. Ayer por la noche se la mandé a mi gran lectora beta, la primera de todas.
      Ahora estoy cambiando algunas cosas de LMR, creo que con ellas el texto mejora. He adaptado algunos de los consejos de mi lectora beta actual, he dividido algunos capítulos y he aumentado alguna información que resulta necesaria para continuar con la lectura.
      Y LUE, la nueva novela que estoy gestando, ya tiene algunas cosas claras: la idea del argumento, de los personajes principales y del inicio. Aunque quiero esperar un poco para escribirla, antes tengo varias correcciones pendientes y un millón de cosas por hacer.
     Este puente nos hemos encontrado bastante aislados de cobertura en casa. No sé qué pasaba, pero no había Movistar ni 3G ni nada parecido. No he mirado casi el email ni he esperado que las cosas se precipitaran. Estar alejada de las redes sociales y de Internet tantas horas ha sido genial.
      Vuelvo relajada, tranquila y serena, pero con las ideas muy claras. Sé qué quiero en mi futuro, cómo deseo que sean mis días y a dónde quiero llegar con mi escritura. No voy a pasarme el día angustiada como antes ni esperando respuestas ni correos que nunca llegaban, de momento voy a esperar a que los cambios que se avecinan finalmente se plasmen en realidades y luego creeré que vale la pena luchar.
      Sé que hay momentos en los que el estrés no me deja pensar con claridad, igual que soy consciente de que el peso de las realidades a veces me aplasta con contundencia. Por eso me pongo nerviosa y deseo y anhelo de una manera equivocada.
      Las circunstancias de la vida me han llevado a un lugar diferente al que pensaba. Espero que las cosas salgan bien y en breve pueda anunciaros las novedades, pero si eso no pasa no voy a perder la fe en mí ni la creencia de que algún día podré dedicar mis horas a las palabras.
      Y así, con esta ilusión, con una sonrisa radiante, con la emoción presente en mi interior y con el deseo de recibir noticias interesantes, me voy a la oficina. Espero que la inmersión en la jornada laboral no borre mi capacidad de sonreír…
       ¡Feliz día! J

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