Escritores

10:01 Pat Casalà 2 Comments

¡Buenos días! Me despierto este domingo con una mezcla de ilusión y tristeza, los últimos acontecimientos me han hecho pensar mucho en lo frágil que es la línea que separa nuestra existencia con el fin, en la manera extraña del destino de atraparnos.
Cunado era pequeña y soñaba en alcanzar una vida plena como escritora veía a esa figura como personas diferentes, ermitañas y con una viveza interior demasiado grande como para pertenecer a un mundo normal. Recuerdo que devoraba las películas y los libros donde los escritores eran parte de un argumento fuera de lo común y los sentía cercanos, aunque grandes, muy grandes.
No soy alguien a quien las envidias y los celos desestabilicen. No os negaré que cuando veo el éxito de alguien no sienta el deseo de ser como ellos, pero yo les admiro, pienso que en las estanterías hay cabida para muchos libros y que los colegas deben apoyarse.
Hay varias figuras que me han ayudado a madurar en este mundo extraño de la literatura, muchos autores que a mí me parecían ídolos de pequeña, cuando mis horas muertas las llenaba con aventuras, historias y relatos creados por escritores magníficos.
Yo era una niña diferente, con un mundo interior tan lleno de ideas locas y fantasías. A veces no discernía con claridad dónde se asentaba la línea divisoria entre la realidad y la ficción. Como tenía unos problemas importantes con la lecto-escritura, fruto de la dislexia, novelaba mis historias en voz alta, ametrallando palabras sin cesar.
Quizás si hubiera seguido la estela de mi instinto, si los ordenadores hubieran aparecido antes en mi vida, si hubiera visto lo que un procesador de textos era capaz de enseñarme nunca hubiera estudiado una carrera de números y ahora sería periodista, profesora de literatura, guionista… Pero no quiero pensar en lo que no fue, sino en lo que es. Y ahora mi vida es distinta a como la imaginé, aunque no puedo decir que sea peor.
Hay que vivir cada instante como si fuera el último, exprimir las emociones y no dejarse llevar por la inercia de las frustraciones. Sigo apoyando a las personas que lo consiguen, quiero que mis amigos y conocidos prosperen en sus proyectos y deseo que algún día mis sueños tomen consistencia, aunque sea en un momento tardío y no lleguen a plasmarse como yo imaginaba de pequeña.
  Mi imagen de los escritores ha cambiado un poco, ahora los veo como personas normales que dedican una parte de su tiempo a poner en orden su creatividad en un papel. En mi caso la mente juega un papel importante, sin ella no sería capaz de crear laberintos intrincados ni personajes a los que permitir que crezcan.
Apostar por lo que uno desea a veces es un camino lleno de espinas, pero nunca se ha de permitir que los sueños se desvanezcan…

¡Feliz día! J

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2 comentarios:

  1. Sólo hay este momento, Pat, este instante. Todos podríamos haber tenido otras vidas. Y¿si ya eres todo lo que soñabas...? Todo depende del punto de vista.
    Buen final de domingo.

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    1. Pues sí, Pilar, quizás hay que mirar las cosas desde todos los puntos de vista posibles… ¡Feliz domingo! :-)

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