Cerrado hasta el martes 5

20:01 Pat Casalà 0 Comments

      ¡Buenas tardes! Hoy tenía el final de la auditoría de cuentas y he estado ausente de la red durante horas… ¡Pero puedo anunciar que la he pasado y con nota! Los saldos cuadran, es una maravilla saber que no me he equivocado a la hora de contabilizar cada uno de los movimientos ni de redactar los convenios ni de hacer los informes…
      Estamos a las puertas de un fin de semana largo, de aquellos en los que los días son de descanso y sin demasiadas obligaciones. El lunes he pedido fiesta, así que me voy a tomar cuatro días sabáticos para intentar que mi cabeza se centre de una vez… La tengo un poco desorganizada…
      Por un lado estoy con la búsqueda de fallos de coherencia en LDE, lo que supone tener todos los datos danzando en mi mente. Por otro voy dándole vueltas a cómo cambiar una parte de la trama de LMR que no me acaba de gustar. Y, paralelamente, le doy forma a la nueva novela que germina lentamente, llamada LUE… También quiero encontrar tiempo para corregir Géminis
       Si a todo esto le sumamos que esta semana ha sido movidita en el trabajo, que mi marido está en China y duermo peor que normalmente, que se avecinan cambios y que hay cosas laborales que he de solucionar, tenemos un cóctel Molotov para mi ajetreado cerebro…
       Normalmente pienso demasiado y mi cabeza no para de elucubrar cosas, pero esta vez está desmadrada y no acaba de centrarse en nada. Mi lectora beta actual de LMR encuentra algunos fallos temporales, mis colegas de la oficina me ayudan a moldear el principio de LUE y mi cabeza va por libre intentando encontrar fallos en LDE.
       ¡Uffffffff! Creo que necesito un respiro, unos días de alejamiento forzoso del ordenador y de las tramas… Así que me voy a pasar los próximos cuatro días en modo descanso (a ver si lo consigo…). De momento tengo claro que cierro el blog hasta el martes, que no voy a mirar demasiado las redes sociales y que cuando el cambio del que llevo días hablando se haga oficial me lo guardaré hasta ese día para anunciarlo.
       Os deseo una muy feliz castañada,  o un gran Halloween para los peques… Descansad, leed, relajaros… ¡Seguro que este finde largo nos beneficia a todos!
       ¡Feliz puente! J

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Resaca de pensamientos

7:07 Pat Casalà 1 Comments

      ¡Buenos días! El tiempo oscila entre el frío y el calor, hay momentos de sol y momentos de lluvia… Yo me he despertado un poco estresada, hay demasiadas cosas que me impiden a veces sonreír y debo aprender a relativizarlas…
       Yo creo que hay instantes en los que me detengo a pensar porque no tengo la mente ocupada en algo más interesante y me descubro con carencias en algunos aspectos de mi vida laboral. Recuerdo entonces esos sueños infantiles a los que aspiraba, esa alegría intensa al pensar que los conseguiría.
       Lo sé, es absurdo pensar que tu vida únicamente deba dirigirse en una dirección y que me prometí a mí misma no regresar al punto de inflexión que cambió mi visión del ahora. También soy consciente del grado de frustración al que llegué tras intentar alcanzar las metas trazadas sin éxito.
       No voy a dejarme llevar por la melancolía ni por la ansiedad, sencillamente hay algunos factores externos que a veces me hacen recapacitar y darme cuenta de qué es lo importante y qué lo superfluo.
      La paciencia no es mi fuerte, lo admito. Me cuesta muchísimo esperar acontecimientos con tranquilidad, quizás por eso ahora que estoy en un impás donde las cosas han de acabar de asentarse me siento más inquieta. Aunque yo creo que terminar la tercera novela en diez meses tiene su parte de culpa.
       Cuando las últimas palabras de una novela se plasman en el papel yo me quedo vacía, sin que mi mente esté llena de ideas locas, de tramas, de cabos sueltos. Es como si me quedara sin aliento, sin un motivo por el que continuar respirando. Y entonces le doy vueltas a otras cosas, dándome cuenta de mis sensaciones, mis anhelos y mis angustias.
       Hoy parece que hará sol. El frío se insinúa en mi ventana al tocar el cristal con la mano. Hace un viento suave que arrastra las hojas de mi terraza y produce un movimiento rítmico. La casa duerme, apenas se escuchan ruidos, y yo suspiro con las ensoñaciones en la mente.
      ¡Qué bonito sería adaptar mi vida a esos sueños! Despertarse por la mañana con la única obligación de llenar los folios con palabras, dejarse llevar por la imaginación a mundos lejanos donde no hay esquemas ni orden ni rutina, caminar de la mano de los personajes y de las tramas…
      Pero la realidad es otra, una de la que no puedo evadirme. Hay demasiadas obligaciones y responsabilidades, demasiados obstáculos para empezar de cero. Así que ahora mismo me voy a ir a la oficina a enfrentarme con mis tareas con una sonrisa. A pesar de los pesares.
      ¡Feliz día! J

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El día después

7:07 Pat Casalà 0 Comments

      ¡Buenos días! Parece que quiere llover… Este otoño es raro, con temperaturas oscilantes y un tiempo inestable. Me gusta más la rutina, saber cómo vestirme por las mañanas y no estar constantemente mirando por la ventana para decidir si me abrigo o no.
       China está muy lejos… Yo soy de esas personas que echa de menos a su marido cuando se va… Después de veintidós años a su lado, cinco de novios y diecisiete de matrimonio, sigue gustándome hablar con él cada noche en la cena, saber de sus cosas, imaginar futuros geniales… Bueno, suerte que solo son unos días y enseguida está de vuelta.
       Cuando termino una novela me quedo un poco descolocada, como ayer por la tarde. Durante el tiempo que dura la creación de la trama busco los minutos para dedicarme a escribir como si fueran momentos dorados. Exprimo el tiempo para que mi creatividad fluya en el papel.
       Al poner el punto y final me quedo yerma, como si necesitara hacer algo con esas horas sueltas y mi cerebro no quisiera quedarse mirando la tele o no haciendo nada. Entonces me asalta una extraña ansiedad, es como si me faltara algo, como si mi mente necesitara trabajar.
      Ayer fue una tarde de estas, una donde la necesidad de ocupar el tiempo me impulsaba a moverme, pero la falta de un proyecto me detenía. Al final abrí una hoja del Word, puse el nombre de mis novelas y empecé a preparar un resumen argumental de cada una de ellas, junto a una pequeña reseña biográfica.
      Me daba miedo abrir LDE, siempre me pasa lo mismo… Termino la historia, cierro el capítulo final y me da pánico ponerme a releer. ¿Y si la historia no vale un pimiento? ¿Y si no engancha? ¿Y si está falta escrita? Vale, ya lo sé, es absurdo pensar así, pero es el efecto de la euforia de terminar, combinada con la ansiedad de ver si la novela funciona.
       Al final me armé de valor y abrí LDE. Empecé a leer sin que las cosquillas en el abdomen me abandonaran, con aquella sensación de intentar ser objetiva con mi trabajo. Y las palabras empezaron a cobrar vida, a mostrarme al protagonista tal como es, a llevarme a un lugar lejano.
       Por la noche, tras mi clase de baile, continué leyendo y corrigiendo algunas cosas, casi sin batería en el ordenador. Y no podía dejar la historia, al terminar un capítulo pensaba, «venga, un poquito más», hasta que la pantalla se fundió.
       Creo que el principio está bien… ¡A ver cómo sigue!
       ¡Feliz día! J
 

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El fin de LDE...

7:07 Pat Casalà 1 Comments

      ¡Buenos días! Uffffffff, esta semana viene llena de novedades… Al fin terminé LDE, de una manera que me sorprendió incluso a mí. Ahora tengo esa sensación de que estoy en un impás donde no sé bien qué hacer. Siempre es lo mismo, pongo el punto y final y me asaltan todo tipo de emociones.
       Ayer me desperté muy temprano, tenía la intención de retomar la novela donde la dejé el sábado, a punto de caramelo para poner the end. Tardé un rato en encontrar la senda de las palabras, pero al fin hallé ese tono que deseaba transmitir al papel.
       Y LDE se terminó dos meses y diez días después de iniciarla… El cómputo final es de 151 folios, 87,613 palabras y 68 capítulos… Ahora me va a tocar darle las dos vueltas reglamentarias para encontrar fallos de coherencia y dejarla reposar un tiempo para asumir la corrección final. Supongo que las cifras variarán algo tras esa primera revisión, pero en general estoy satisfecha con el resultado.
       La verdad es que ayer, tras poner el punto y final, hablé con una amiga por Whatsapp para decirle que había terminado la tercera novela en diez meses y que estaba súper contenta. Me contestó la nada, aquella que antes me sumergía en un mar de tristeza al comprender la soledad del escritor.
       Sin embargo ayer no sentí nada de eso, estaba eufórica, a pesar de trabajar cuarenta horas fuera de casa, de llevar este blog, de ir a bailar cinco horas a la semana, de ocuparme de algunas cosas de la casa y de los niños y de las mil cosas que cada día hago, he conseguido tirar adelante mi proyecto y eso me llena de sonrisas.
       Me fui a la clase de Alberto con muchísima energía positiva, ganas de bailar y de sonreír. Fue una gran clase, con mucha complicidad con el profesor y unas sonrisas que iluminaban la sala. ¡Terminé! ¡Es genial!
       Creo que en mi proceso para establecer un lugar lógico a la escritura he descubierto que esa vocación es solitaria, que nadie puede sentir mis emociones a pesar de contárselas ni acompañarme en una introspección que da vida a un mundo paralelo. Es un camino que debo recorrer yo sola, que es imposible de compartir y que me pertenece en exclusiva.
       Esta semana se llenará de cambios, espero que muy positivos… Por eso iniciarla con novela terminada es genial. Y para no dejar los cambios a medias os quiero invitar a conocer el diseño nuevo de mi Web (enlace). ¿Os gusta? Yo la encuentro mejor que la anterior…
        ¡Feliz día! J

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¿Y ahora qué?

8:08 Pat Casalà 2 Comments


¡Buenos días! Hoy el cambio de hora me ha cogido desprevenida… Grrrrr, cuando me he dado cuenta ya estaba tomando mi café matutino y ya no podía volver a la cama a dormir una hora más… Así que aquí me tenéis, escribiendo a las ocho de la mañana de un domingo…
Ayer fue un gran día, de aquellos que me demuestran que quiero escribir porque me encanta. Me pasé la mañana metida dentro de la cama, como estoy ahora, tecleando. Al principio me costó un rato encontrar esa inspiración que debía llevarme a un punto álgido de LDE, pero de repente explosionó y empecé a aporrear las teclas a una velocidad increíble. A las dos menos cuarto mi madre me llamó y yo seguía en pijama, únicamente dedicada a mis mundos paralelos.
En ese momento me di cuenta de que no estoy sola y me levanté, me duché, hice la cama, fui a por pan, preparé la comida… La novela estaba a tres capítulos del final, en un punto crítico. Tenía ganas de darle un toque interesante, de continuar, de llevar a los personajes al lugar que les corresponde, pero también sentía la nostalgia del fin, esa que me lleva a preguntare: ¿y ahora qué?
Supongo que es algo común a los escritores, sentimientos encontrados que te asaltan y te inquietan. Sabía que si me sentaba frente al ordenador terminaría, que pondría ese punto y final que me produce una mezcla de euforia y pena.
Lo pensé detenidamente, no había salido de casa y necesitaba unos zapatos que no fueran de tacón y algo de ropa. Decidí coger la moto e irme de compras yo sola, evidentemente mis hijos no querían saber nada de acompañarme.
Para obligarme a elegir unos zapatos planos me llevé puestas las manoletinas antiguas que estaban medio rotas. Entré en una tienda dispuesta a conseguir la mitad del botín, por suerte encontré unas manoletinas que me gustaron… Aunque las compré baratas por si me arrepentía…
Al salir de la tienda me paré frente a una papelera y tiré los zapatos rotos para estrenar los nuevos. Es maravilloso estrenar algo… En la segunda tienda, mientras me probaba camisetas, decidí cambiarme el pantalón, así que salí del probador con mis vaqueros nuevos y los antiguos en la bolsa. Jajajaja, nunca antes había hecho algo así.
En casa me esperaban mis hijos con sus amigos, así que me senté en el sofá, abrí el ordenador y enfilé la recta final de LDE. A las siete tenía la clase de baile de Halloween, una muy divertida en la que nos disfrazamos y bailamos durante una hora y media.
Ufffffffffff, me quedé a un folio y medio del final. Me levanté del sofá un poco mosca, con las ideas bullendo con fiereza en mi interior, pero si seguía con la novela no llegaba a clase. ¡Y no quería perdérmela!
Esta mañana, antes de la clase de las once, quiero poner ese punto y final que está ahí, esperando a que lo rubrique. Y me iré a bailar con una sonrisa agridulce, pensando, ¿y ahora qué? Tengo una idea para una nueva novela, he de corregir algunas antiguas, darle una vuelta a esta…
Tengo la sensación de que no escribo suficiente, aunque la verdad es que estoy a punto de terminar el tercer manuscrito en diez meses…
¡Feliz día! J

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Proyectos...

9:09 Pat Casalà 1 Comments


¡Buenos días! Hay bastantes nubes en el cielo y parece que tendremos una jornada gris y apática… Suerte que puedo quedarme metida en la cama con el portátil como compañero hasta el mediodía para emprender varios proyectos.
Hay momentos en los que sueño con conseguir imposibles y siento la emoción de tocar el cielo con las manos. Cierro los ojos y me dejo llevar por la imaginación, como si viviera dentro de una de mis novelas. Ser una heroína de cuento de hadas es maravilloso, aunque al regresar a la realidad te das cuenta de que eres afortunada.
En mi día a día hay muchísimas cosas que me animan a sonreír, demasiados instantes mágicos en mi vida como para desperdiciarlos. Esta mañana, antes de abrir la luz, me he dado una vuelta por mi futuro ideal, con la intención de saber quién tendría cabida en él.
Hay personas muy importantes en mi vida, tanto que no quisiera perder el contacto con ellas. Luego quedan las que son simples compañeros de camino, pero que no calan hondo en mi interior. Ahora tengo clarísimo que no renunciaría a mis Whatsappeos con Suiza ni a mis chats perfectos de oficina.
No puedo proyectar mis deseos en las acciones ajenas ni debo pensar que las cosas cambiaran por un giro inesperado. Yo me emociono con facilidad, lloro enseguida con las situaciones tiernas y tengo tendencia a encariñarme con las personas que pasan por mi vida. Y no todo el mundo siente igual…
Quizás si tuviera un nuevo proyecto al que lanzarme de cabeza dirigiría correctamente esa necesidad de avanzar hacia algún lugar, pero ahora mis únicas metas son acabar LDE, arreglar mi Web, corregir antiguas novelas y sonreír cada día con lo que me sucede.
Este fin de semana se llena de maravillosas clases de baile, intensas horas frente a la pantalla y un deseo difícil de cumplir de poner un punto y final a LDE. Me encantaría que el sol me acompañara, pero va a ser que no… Y estaría emocionada si supiera que hay algo esperando al otro lado del ciberespacio, pero tampoco será. Así que miro por la ventana, veo mi patio, con unas casas enfrente y un poquito de verde, y sonrío.
Mi hijo acaba de levantarse, escucho su movimiento en la cocina. Se ha hecho tan mayor que no me da ni los buenos días… Pero a pesar de su manera de comportarse, plenamente adolescente, sé que sin mis hijos no conseguiría estas sonrisas.
La semana que viene se llenará de sorpresas agradables, estoy convencida. Así que voy a colgar el post, a abrir el Spotify para escuchar las mismas canciones de siempre (parece que solo me inspiran esas, aunque empiezo a pensar que es hora de cambiarlas…), a descubrir dónde están mis personajes y a llevarlos hacia el cénit de la novela.
Sinceramente creo que la historia de La Baraja es insuperable, pero LME, LMR y LDE también son novelas interesantes. Mi actual lectora beta de LMR dice que le engancha más que la anterior y M. dijo lo mismo…
¡Feliz día! J

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Llegó el viernes…

7:07 Pat Casalà 0 Comments

     ¡Buenos días! Llegó el viernes… Siempre empiezo la entrada igual el último día laborable de la semana. ¡Qué ilusión! Tendré dos días para mí, aunque este fin de semana será un poco triste, mi marido embarca en unas horas en un avión con destino a China y a mí no me hace ninguna ilusión quedarme solita…
      La vida es así, cada seis meses hay un viaje a China y cada seis meses pienso que debería atarlo a la pata de la cama… Jajajajaja, la mayoría de mujeres con las que hablo les parece una idea maravillosa quedarse unos días sin marido… Pero mi caso es distinto, a mí me gusta llegar por la noche a casa y hablar con él del día, del futuro, de nuestros hijos…
      Suerte que este fin de semana tengo clases de baile… El sábado de siete a nueve de la tarde con Fran y el domingo de once a doce de la mañana con Alberto. ¡Es un gran plan! Bailar y escribir.
      Me he propuesto terminar LDE en breve, a ver si este fin de semana sin demasiadas ataduras puedo darle un achuchón y dejarla lista para sentencia. ¡Qué nervios! Cuando llego a este punto y la culminación de la historia está clara en mi cabeza me da muchísimo miedo no ser capaz de transmitir en palabras lo que mi mente teje.
      Hoy me he calzado unos tacones. No son de palmo ni demasiado estrechos como para importunarme. Sirven para reafirmar que piso en un suelo firme y ya no me tambaleo entre arenas movedizas. En breve tendré una nueva visión del futuro, aunque no cambie gran cosa, será un giro genial de los acontecimientos.
      Ahora mi cabeza está inmersa en una serie de mejoras que quiero introducir en LMR, una novela que terminé en verano y que no puedo dejar como está. Al pensar en esta novela me viene una canción a la cabeza: «y no estaba muerto, no, no, y no estaba muerto, no, no, estaba tomando cañas…».
      ¡Es mejor tomarse la vida a risa! A veces la letra de una canción puede enmarcar a la perfección un argumento o el inicio de una trama… Aunque solo sean unas estrofas las que la ilustren y el resto no sirva… Está claro que si alguna vez presento esta novela tendrá que ser con el estribillo de Peret.
      Ayer fue un día un poco gris. La auditoría fue bien, aunque cansada, y todavía me queda terminarla el jueves que viene… Suerte que por la noche me fui a la clase de Alberto y reí durante una hora. Y es que si me tomo la clase de baile con humor llego a casa súper contenta y los problemas del día se desvanecen…
      En casa tenía una sorpresa agradable… Y el ciberespacio queda mi decisión al respecto. Ahora estoy a la espera de acontecimientos…
      ¡Feliz día! J

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Un granito de arena

7:07 Pat Casalà 0 Comments


¡Buenos días! Hoy me levanto un poco nerviosa, tengo una auditoría parcial de las seis entidades que gestiono y muchas horas por delante para trabajar sin descanso. Me parece genial que me auditen las cuentas personas externas, así compruebo que mi gestión es correcta, pero es un trasiego preparar papeles, notas, impuestos…
Por otro lado me falta recibir un correo importante para zanjar uno de los asuntos pendientes y tarda un poquito en llegar. Bueno, la paciencia no es mi fuerte, y en este caso no puedo hacer otra cosa que esperar, como siempre…
 Ayer escribí dos capítulos y medio de LDE, ahora que tengo claro el final avanzo a pasos agigantados. Es agradable descubrir las motivaciones de cada personaje para comportarse como lo hace y saber que en el fondo incluso los malos tienen un corazón.
Me encanta esa sensación de encontrar los caminos que se cruzan, de darles vida a las emociones, de hacer que las tramas confluyan en un único punto donde todo termina envuelto en un clima de tensión. Y en el fondo lo que ahora me importa es el interior de cada persona que conforma la historia, saber qué piensan, qué sienten y por qué actúan de una manera determinada.
Es posible que los años de dolor frente al ordenador ahora explosionen en forma de una visión distinta de las novelas. Mi introspección personal traspasa las fronteras del mundo real para contagiar al paralelo y dota a mis compañeros de viaje de profundidad.
Buscar la razón de que uno sea como es más allá de su propia personalidad, indagar en las huellas de su pasado y moldearlo de una forma concreta requiere encontrar la senda de su paso por el mundo. Nunca he necesitado esquemas previos ni fichas de personajes ni nada por el estilo, ellos están dentro de mi cabeza, hablan a través de las palabras impresas, se expresan en los diálogos y me enseñan cómo evolucionan.
Supongo que la madurez alcanzada en cuanto a mi futuro, el entendimiento de que quizás ese sueño infantil de tocar la luna con mis manos nunca llegará a producirse, me dan una tranquilidad y un sosiego que se transmiten a los escritos.
Ahora mis novelas son para mí, para expresar lo que siento, para plasmar en el folio mis desvelos e imaginaciones. Ya no me importa tener un gran público ni gustar ni encontrar un reconocimiento a mi labor, aunque no le haría ascos si pasara…
Pisar sobre un suelo cimentado me ayuda a ver la realidad. Soy un granito de arena que ahora por ahora no consigue llenar la playa, por eso espero que un giro en mi historia pueda regalarme un poquito de aire puro. Veremos si las cosas no se tuercen, si puedo caminar realmente por un nuevo sendero donde los colores son más intensos. O si vuelvo al bucle de antes…
De momento me toca trabajar duro, superar la auditoría, seguir luchando para sonreír cada día y vivir con alegría cada instante. Supongo que el Cosmos me ayudará a encontrar un futuro lleno de felicidad…
¡Feliz día! J

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Una pequeña estrella

7:07 Pat Casalà 0 Comments

      ¡Buenos días! La terraza aparece húmeda, con signos inequívocos de que esta noche ha caído una tormenta. Este otoño tan caluroso debe enfrentarse a veces con las gotas de agua que limpian la atmósfera y ayudan a refrescar un poquito el ambiente, aunque acabo de abrir la ventana y de darme cuenta de que la temperatura es bastante alta.
      Los días son como pequeñas estrellas en un firmamento particular, hay noches que brillan con intensidad y otras que alguna nube se interpone entre la luminiscencia propia de un astro y la realidad que vemos desde la Tierra. Trazar el rumbo es difícil, pero al final el viento siempre limpia el cielo y la estrella vuelve a emitir ese fulgor perfecto que la caracteriza.
      Quiero, deseo, anhelo y sueño. Aunque me niego a regresar al punto de antes, a esas esperas interminables ante el mail y ante el teléfono, siempre con la sensación de que algo mágico estaba por venir y que solo debía creer que pasaría. Pues bien, ya visualicé demasiadas veces ese destino que nunca llegó, así que ahora toca disfrutar de la realidad.
      Escribo porque lo necesito, es parte de mi esencia, de mi personalidad, de mi interior. Es como si mis dedos acariciando el teclado fueran una extensión de mis brazos. Esa capacidad de dejarme acompañar de mis personajes a un mundo lejano e inaccesible es maravillosa, igual que la pena que siento cuando una novela llega a su fin y les dejo en ella, viviendo entre los lectores.
      ¿Nunca os ha pasado que al terminar una película queríais más? Yo a veces no me levanto de la silla del cine porque siento que esa historia ha de alargarse hasta el infinito. Y luego, cuando salgo a la calle, le doy vida en mi cabeza, la termino a mi manera, tal como mis sentimientos la ven.
       Es cuestión de piel, de emociones, de sensaciones. Escribir y convivir con los mundos paralelos es parte de una magia maravillosa que llega con la creatividad. Cuando consigo darle la vuelta a una situación angustiosa, ponerme en la piel de las personas que actúan de una determinada manera, buscarles un porqué y transcribir esas escenas que aparecen en mi mente sé que la vida es algo más que un trabajo, una familia o unos sueños.
      Vibrar con cada palabra, emocionarse con cada capítulo, empatizar con los personajes, sentir que te caen bien o mal, que necesitan un estímulo para avanzar y que solo tú tienes la llave para concedérselo…
       Tengo días que no brillo, a veces son las nubes y otras una niebla espesa que se empeña en apagarme, pero no voy a volver a la ansiedad ni a la angustia de no conseguir mis sueños, sencillamente me dejaré llevar por la Providencia y caminaré de la mano de quien quiera acompañarme.
      ¡Feliz día! J

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