¡Feliz sábado! :-)

9:09 Pat Casalà 2 Comments



¡Buenos días! Grrrrrrrr, el sábado se levanta nublado, sin posibilidad de tumbarse en la hamaca a tomar el sol mientras corrijo… ¡Qué se le va a hacer! Toca cambiar el chip y realizar otras actividades igual de emocionantes. La verdad es que el hecho de que no suene el despertador ya es maravilloso.
Hoy quiero iniciar la escritura de la nueva novela mientras continúo con una corrección de LME. La verdad es que encuentro pocos fallos y me pregunto si es una ceguera o si en general la novela está bien.
La escritura por placer es algo increíble. Desde que no espero una publicación la vida me ha cambiado, sonrío más a menudo, disfruto de cada palabra, de cada párrafo, de cada instante. Los sueños siguen conmigo, son parte de mí, pero ya no ocupan el cien por cien de mis pensamientos ni me incordian, ahora solo son ensoñaciones que algún día me gustaría acariciar.
Ayer fue un día un poco estresante. Tuve una reunión incómoda, de aquellas en las que te preparas un tema a fondo y resulta que hay nuevas variables que no sabías y que desmontan todo tu trabajo en unos segundos. Son gajes del oficio, pero mi forma de ser choca frontalmente con esas situaciones y me tensa.
Por suerte era viernes. Cuando terminó la reunión acabé unos cuantos asuntos pendientes, me subí a la moto y me fui a casa a comer, repitiéndome que me quedaban dos días y medio de desconexión y tranquilidad. Una hora después me fui a clase de Zumba.
Uffffffffff, ¡fue horrible! El aire acondicionado no funcionaba, éramos más de treinta personas en la clase y hacía un calor de mil demonios. Me costó realizar los movimientos con la soltura habitual, todos los presentes en la sala sudábamos a mares, casi costaba respirar. ¡Parecía una sauna!
Después salí a la piscina con mi marido y los niños a refrescarme un poquito. ¡Qué bien se está a la sombra tras una clase tan intensa!
Era el santo de mi suegra, así que nos fuimos a comprarle un regalo y a celebrarlo en un restaurante con terraza de la zona del puerto de Barcelona. Hacía una noche perfecta, las mesas estaban a rebosar de personas de varias nacionalidades, la comida era exquisita y pasamos una velada maravillosa.
Así que no volví a pensar en el trabajo. ¡Genial!
Acabo de ver por la ventana que posiblemente el día consiga despuntar. Me parece que asoma por detrás de las nubes… ¡A ver si acaba de colarse por el hueco y nos ilumina!
¡Feliz día! J

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