Llega junio...

7:07 Pat Casalà 2 Comments

      ¡Buenos días! Llega el fin de semana y el cielo se nubla… Uffffff, últimamente tenemos un clima insólito y ya nos toca calor, playita, tumbona y Kindle, ¿no?
      Mañana entramos en junio, un mes brillante normalmente. El once es mi cumpleaños y el veintiuno entramos en el verano. ¡Y a mí me encanta el verano! En El Secreto de los Cristales estudié el efecto de los solsticios en Chichen Itzá, un precioso lugar en la Rivera Maya. Este día veintiuno pensaré en ello con la ilusión de saber que durante las vacaciones lo veré en directo (aunque me va a faltar la serpiente del solsticio).
      Parece mentira cómo las antiguas civilizaciones podían construir edificios altos, bien medidos, con proporciones matemáticas y que proyectaran juegos de sombras. Dice la leyenda que Kukulcán apareció en Chichen Itzá al mismo tiempo que los Mayas Itzáes, que era un dios que venía de poniente, que controlaba el viento, el agua y el fuego y que era muy sabio. Lo representaban como una serpiente emplumada, de ahí el juego de sombras que en los solsticios se desprenden de las construcciones de Chichen Itzá.
      En El Secreto de los Cristales utilicé la mitología para llevar a Ángela a uno de los momentos álgidos de su periplo en busca de la salvación de la humanidad. Recuerdo que escribí ese capítulo en Estavar un mes de julio. La conexión en casa es nula, así que durante la tarde me iba a Llívia con los niños y buceaba por Internet en busca de información que plasmara mis ideas. Pero muchas veces, cuando al fin me ponía a escribir, me faltaban datos. Entonces la única solución era subirme al coche, conducir hasta zona de cobertura y enchufar el USB. ¡Lo hice tantísimas veces!
      Ayer mantuve una conversación muy interesante con una amiga, me preguntó cuál de mis novelas significaba más. Mi primer impulso es contestar: El Secreto de las Cuartetas, pero luego, a medida que recuerdo cada instante de escritura, me percato de que no es cierto. En El Secreto de las Cuartetas invertí casi tres años, en cambio en las otras novelas han sido meses, pero cada una de ellas tiene un pedacito de mi alma y al pensar en ellas, en el momento en que las escribí y en pasajes concretos siento la cercanía de mis personajes, la emoción de acompañarlos en el proceso de maduración. Entonces sé que no puedo decidirme por ninguna.
     Viernes, tengo la moto esperándome en el garaje, por suerte el motor está bien y con un cero menos de lo que parecía la tengo arreglada. No soy caprichosa en los vehículos, a mí mientras la moto sea segura y me lleve de un lado a otro no me hace falta cambiarla, así que se queda conmigo como mínimo un año más.
     En pocas horas será fin de semana. ¡Qué ganas!
     ¡Feliz día! J

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¡Un susto!

7:07 Pat Casalà 6 Comments

      ¡Buenos días! Hoy me voy a trabajar con el coche de San Fernando: un ratito a pie y un ratito andando… Ayer un poco más y me voy directa al hospital con múltiples fracturas. ¡Se me pinchó la rueda en medio del túnel de la Ronda del Mig!
      La moto empezó a zozobrar sin previo aviso por atrás. Iba a bastante velocidad. Empecé a temblar, pero la sangre fría se ocupó de ayudarme a no tocar el freno, estoy segura de que si llego a tocarlo me voy al suelo. Como pude, me puse a un lado hasta que la moto se desaceleró lo suficiente.
      Las aceras del túnel son tan estrechas y altas que la posibilidad de subir la moto a ella y esperar a la grúa era nula. Así que me armé de valor y la llevé hasta la salida a dos por hora, con taquicardia y sudando.
      Por suerte no estaba muy lejos del despacho, así que tomé nota de la dirección donde aparqué y me fui andando a la oficina para llamar a la grúa. ¡En menos de una hora la moto estaba en el taller! Aunque ahora toca la dolorosa y decidirme… El motor está «gripado». Si alguien sabe qué quiere decir… Yo lo único que entiendo es que sale tan cara la reparación que es mejor comprarse una nueva.
       Y ahora estoy compuesta y sin moto. Grrrrrrr, cuando te acostumbras a ella es dificilísimo vivir sin… Ayer acompañé a mi niña al festival de guitarra en metro y perdí un tiempo precioso. En vez de escribir me fui a comprar camisetas.
       Así que hoy me va a tocar decidir qué moto quiero y cómo la voy a pagar, porque yo no me quedo sin vehículo de dos ruedas más de lo estrictamente necesario.  
       Por lo demás el día estuvo bien, con mil cosas que hacer y poco tiempo para disfrutar de la escritura. Pero tener noticias de la agencia y saber que pronto encararé la corrección de LME es maravilloso, ¡esta vez los meses no han sumado demasiado!
      Supongo que una vez tenga en mi mano las sugerencias de mi agente aparcaré la escritura de LMR para corregir. Es un trabajo que no me ilusiona, pero es parte de la tarea del escritor, así que me alegro de contar con ayuda y apoyo.
      Bueno, me voy a duchar…
      ¡Feliz día! J  

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Mis dos trabajos...

7:07 Pat Casalà 2 Comments

      ¡Buenos días! A ver si hoy el sol nos acompaña… Parece que hay una inestabilidad general en el tiempo que no acaba de aclararse. Cada mañana me enfrento al dilema de qué ponerme para salir. Y luego acabo pasando frío o calor… ¡Nunca lo acierto!
       ¡Qué importante es la ciencia en nuestras vidas! A veces me sorprende que se gaste dinero en cosas insignificantes y se penalice a la investigación médica, salvar vidas y mejorar la salud es algo prioritario para un país.
       Trabajar con investigadores de primera línea y tener una hermana que en un mes presenta el doctorado de biología, en algo relacionado con el cáncer infantil, me induce a ver más allá de la ciencia. Los beneficios para los pacientes son increíbles.
       En mi trabajo abarco muchos temas, llevo la parte económica de una consultoría que da servicios financieros a instituciones del sector biomédico, nos especializamos en medicina fetal (los meses de gestación). Es increíble cómo Eduard Gratacós y Josep María Martínez, entre otros, realizan cirugías fetales. Operan el corazón, los pulmones o los órganos dañados al feto y así consiguen ofrecerle una mejor calidad de vida al nacer.
       ¿No os parece algo asombroso? Pues sin investigación no hay operaciones. Es importante priorizar a la hora de gastar el dinero público y de adoptar medidas para que en un futuro seamos más sanos.
       Mi hermana trabaja en el Hospital de Nens de Sant Joan de Déu, en oncología infantil. Su doctorado puede dar pie a salvar vidas si se continúa con el estudio, y estamos hablando de niños. ¿No es importante remunerar como toca a estas personas?
      La verdad es que si me pongo a pensar en la situación en la que estamos me pondría a llorar y hoy estoy contenta, así que lo voy a dejar aquí. Quiero que la sonrisa me acompañe durante horas…
      Pronto tendré las notas de mi agente para corregir LME. Siempre es positivo conocer opiniones y saber cuáles son los fallos principales, así puedo ponerme manos a la obra y solventarlos. Esta novela la leyeron varios de mis compañeros de trabajo, antes de entregarla pulí algunos flecos que ellos veían. A veces hay comentarios que me inducen a ver un error, otros los interiorizo y decido aparcarlos.
      Como autora hay ideas ajenas que me ayudan muchísimo a mejorar y otras que están fantásticas como comentarios, pero que no siguen la línea argumental o se apartan demasiado de mi visión de la novela. ¡A ver cuánto le queda para iniciar el periplo a las editoriales!
      Ya sabéis que las correcciones no me gustan nada… Pero son parte del trabajo de escritor…
       Debo agradecer a mi agente que crea en mi trabajo y que me ayude a ver lo que mi ceguera de autora me esconde.
      ¡Feliz día! J
 

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¡Bienvenido sol!

7:07 Pat Casalà 2 Comments

      ¡Buenos días! El sol parece que hoy nos regalará un precioso martes, uno de aquellos en los que la claridad nos brinda sonrisas y las alegrías son la moneda de cambio. Cuando me levanto con esta maravillosa sensación de bienestar, abro la ventana y veo azul claro en el cielo me siento enérgica, ilusionada y feliz.
       Las palabras brotarán esta tarde en el folio en blanco, los días de balneario me dejaron tan relajada que ayer mi mente se negó a colaborar, pero presiento que hoy será proclive a continuar con el capítulo que tengo a medias.
       El calendario avanza inexorablemente hacia el ecuador del año, pronto entraremos en el mes de mi cumpleaños y tocará hacer balance. En general será positivo: conseguí perder los diez quilos que gané durante la baja, una editorial para  mi novela, unas ventas nada desdeñables en Amazon, una estabilidad emocional, no esperar, escribir una novela policíaca y decidirme… ¡Espero continuar con mi lista de logros!
       No tengo noticias de la agencia, no sé si LME está lista para su nueva corrección y no veo la montaña de antes frente a mí. El verano está próximo, tengo un viaje maravilloso por delante, días de descanso, corrección y escritura, un montón de emociones que me esperan y mucho tiempo para acabar de valorar la situación.
      De momento aparco pensar acerca del futuro, con vivir el presente tengo suficiente. A mí me gusta la cercanía, la sensación de pertenecer realmente a algo, de luchar hacia la dirección correcta, de afianzar los lazos con las personas que creen en mi trabajo. De pequeña siempre soñaba con la mujer morena que me ayudaría a llegar a la meta de mis aspiraciones.
      Eran ideas infantiles, llenas de color y con ausencia de variables que obstaculizaran la consecución de objetivos. Era una niña idealista, con una visión muy brillante del futuro… Quizás por eso no lo alcanzo, por volar demasiado alto…
      Hoy toca regresar del balneario mental en el que estoy sumergida, recuperar la emoción de la escritura, centrarme en el trabajo y sonreír a cada instante. ¡El sol va a saludarme desde la ventana del despacho!
      ¡Feliz día! J

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Fin de semana inolvidable

7:07 Pat Casalà 2 Comments

      ¡Buenos días! Cuesta un mundo volver al normalidad tras dos días de tranquilidad en un balneario…  Me volvería otra vez a La Rioja, al balneario de Arnedillo, a sumergirme en las aguas termales, a comer bien, a pasear por el monte, a descansar.
     He pasado un fin de semana genial. ¡Si incluso ayer me desperté a las diez de la mañana! Hacía años que no dormía tanto…
     El balneario estaba en medio de unas montañas rocosas, llenas de matorrales y con poco árbol. Las aguas sulfurosas que llenaban las piscinas procedían de la naturaleza, de un manantial que brota un caudal impresionante diariamente.
     Cuando llegamos mi marido quiso bañarse en las pozas que los hombres construyeron en el cauce del río, acompañado por lugareños y paseantes. A mí no me apeteció meterme en el agua. Hacía frío, estaba cansada y prefería hacer fotos mientras él se bañaba.
     Al día siguiente fuimos a pasear por la montaña a primera hora para observar la naturaleza y quemar un poco el abundante desayuno que nos comimos al despertar. Luego nos introdujimos en el maravilloso mundo de la terma romana. Calor, frío, calor, frío… ¡Genial para la circulación!
     El resto de la mañana lo pasamos en las aguas termales de la piscina, tanto interior como exterior, con chorros de agua de diversa presión y jacuzzis. ¡Súper relajante!
     Cerca del hotel se encontraba el pequeño pueblo de Enciso. Si tenemos en cuenta que mi jefe se apellida así, os diré que durante un rato me asaltó un ataque de risa: me voy a La Rioja para desestresarme y llego al pueblo de mi jefe… En este lugar hay yacimientos con huellas verídicas de dinosaurio. Es increíble verlas en directo, casi te imaginas la vida en ese periodo.
     La tarde la llenamos con una visita al castillo de Haro, colgado en la montaña, a Calahorra y a los outlet de calzado de Arnedo. Ni mi marido ni yo nos resistimos a comprarnos unos zapatos…
     Ayer nos despertamos francamente muy tarde, desayunamos y nos fuimos a caminar por la montaña durante una hora y media. Llegamos a lo alto de un monte, observamos a los halcones pelegrinos, vimos una ermita solitaria y nos paramos en algunos de los miradores que llenan la vía verde tan cuidada que va de Arnedillo a Calahorra. Luego fuimos a que nos embadurnaran de barro para purificar la piel.
     Comimos y… ¡Carretera! Bueno, más bien autopista… Me impresionaron la cantidad de campos de vides que se adentran en La Rioja, llanuras enteras repletas de viñedos… Ya en Catalunya nos enfrentamos a la misma vista en Vilafranca del Penedés…
    Al llegar a casa abrí el ordenador con la intención de escribir, pero fue tal mi estado de serenidad que no fui capaz de aporrear ni una sílaba…
    A ver qué pasa hoy…
    ¡Feliz día! J

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¡Feliz fin de semana! :-)

7:07 Pat Casalà 2 Comments

      ¡Buenos días! Una semana más en el tintero… Hace sol, parece que las previsiones de mal tiempo para este fin de semana se desvanecen. ¡Bueno, eso espero!
       Me voy a La Rioja con mi marido a las cuatro en punto, a pasar dos maravillosos días sin niños. ¡Tengo unas ganas! Un balneario en medio de las montañas, aguas termales, tranquilidad…
      No habrá entradas este fin de semana, no me voy a llevar el ordenador, no escribiré ni miraré Internet. Solo quiero vivir una aventura de tranquilidad y sosiego, sin preocuparme por el paso de las horaras… ¿A que es un buen plan?
      La vida avanza hacia un destino inexorable, por mucho empeño que ponga no vislumbro todavía la luz al final del camino, pero la espera no me destroza los nervios ni me ofusca. Tampoco me agobio si la novela que tengo entre manos se estanca en momentos puntuales, así es mi Musa, caprichosa y cíclica.
      Estudiar a Nostradamus me ayudó a ver que el futuro personal es algo escrito en las estrellas. ¿Quién sabe si se puede modificar? En El Secreto de las Cuartetas exploré la posibilidad de que el libre albedrío sea capaz de modificar los designios del destino. Personalmente me gusta pensar que así es, que las decisiones que acatamos suelen llevarnos a un fin distinto.
      En mi época álgida de ansiedad, cuando la obsesión por publicar capitaneaba mi día a día, hice un trato conmigo misma: la vida me diría cuál era el camino a seguir. Si encontraba un trabajo interesante que llenara mis horas sabría que los números eran la respuesta. Si conseguía editar mis libros con éxito seguiría la senda de las palabras.
       ¿Os digo la verdad? Es absurdo pensar que puedo renunciar a una de esas dos facetas. En mí conviven la pasión por la escritura y el entendimiento con el lenguaje matemático. De hecho siempre se me dieron bien las mates, ya de pequeña las comprendía mejor que las palabras. Y las profesoras me dijeron que jamás escribiría un libro…
       Reordenar nuestras ideas, redimensionar nuestras metas y rediseñar la idea de futuro que nos acompaña es edificar una base sólida para apartar la ansiedad y la angustia. Sonreír, disfrutar de cada instante, beber a sorbos cada minuto es regalarse la felicidad quimérica.
       Y aquí estoy, escribiendo como cada mañana. Me encanta vibrar con las frases, sentir las cosquillas en los dedos mientras mi mente se interna en las sensaciones mañaneras, buscar algo que contar, que compartir, que publicar bajo el título de mi blog.
       ¡Feliz día! J

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Nostalgia...

7:07 Pat Casalà 2 Comments

           ¡Buenos días! Vuelve la primavera…
           Hay momentos en los que me invade la nostalgia. No puedo evitarlo, los sentimientos se apoderan de mí con fiereza para llevarme atrás en el tiempo, cuando yo era otra y mi vida tenía un cariz completamente distinto al actual. Hay instantes que quedan para siempre en la memoria, igual que hay personas que se agarran a los recuerdos con tanta fuerza que si echas la vista atrás te acompañan.
           Mi niñez fue intensa. Era feliz y vivía tan inmersa en mi mundo interior que a veces se me olvidaban los límites de la imaginación. Era soñadora, idealista, extraña, con la mirada siempre puesta en mis creaciones… A veces me costaba distinguir la realidad de la ficción, siempre hablaba para exorcizar mi miedo a lo desconocido y tenía una necesidad absoluta de gustar a los demás.
No justifico muchos de los errores que cometí, con la distancia de los años veo los sucesos de juventud como algo ajeno a mi ahora, algo que jamás repetiría a la luz de la madurez. Sin embargo, no quiero relativizar mi parte de culpa ni las locuras que hice. Ser diferente a los demás niños de tu entorno es perjudicial para una relación fructífera, pero también distorsiona muchas veces tu percepción de la realidad.
Los efectos nocivos de poseer una mente creativa fueron la dificultad de interactuar con normalidad con las personas de mi entorno, la incapacidad de establecer una relación jovial con mis compañeros de clase o de veraneo o de colonias o de cualquier sitio en el que apareciera. Mi capacidad para darle color a las situaciones insípidas con pintura de ilusiones era excéntrica e incomprendida.
Vivía rodeada de amigos imaginarios, pasaba noches enteras estirada en la cama, con los ojos cerrados y las historias que deseaba vivir frescas en mi mente, regalándome emociones, viajes, amores imposibles… Yo era mi heroína, la protagonista indiscutible de las aventuras que inventaba sin tregua. Y ese mundo lleno de vivacidad era mi refugio, el lugar donde todo era posible y alcanzaba los sueños.
Deseaba querer y ser querida. Deseaba vibrar y que los demás vibraran con mis historias. Deseaba respirar alegría, amistad, cercanía. Pero lo que conseguía era una barrera que me apartaba del lado de quienes deseaba acercar a mi círculo.
Soñaba despierta, siempre con la mente abierta a nuevas ideas, con la necesidad de devorar los libros que poblaban las estanterías, las series que llenaban la escasa programación de antaño, las películas de Hollywood, cualquier fuente de inspiración que consiguiera despertar un conato de emoción en mi interior.
Ahora veo la realidad desde otro prisma, siempre con esquemas definidos que encuadran sin problemas mi presente y lo definen con casillas claras. Sé distinguir el puente que une mis mundos paralelos de los reales me ayudó a socializarme y a ver el mundo con otros ojos, y estoy feliz del cambio. Aunque hay instantes en los que añoro a personas de otro tiempo…
¡Feliz día! J 

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Mundos paralelos...

7:07 Pat Casalà 2 Comments


     ¡Buenos días! Vislumbro un sol radiante en el cielo. A ver qué temperatura hace… Tengo unas ganas de calor, playa, piscina, paseos tranquilos sin frío… En días como hoy me iría al Caribe a vivir sin pensármelo.
      Tengo la cabeza llena de ideas, parece una olla a presión a punto de explotar. A veces pienso que hago demasiadas cosas al día… Por suerte soy capaz de gestionar el tiempo de manera que caben las actividades que me propongo.
     Mis amigas me dicen que admiran mi capacidad de organizarme de manera que no me quede nada en el tintero, yo estoy segura de que todos podemos estructurar las jornadas para realizar las tareas que deseamos. Aunque la única condición es no parar hasta la noche.
     Voy al gimnasio a bailar tres días por semana, trabajo ocho o nueve horas, llevo la casa, los niños y escribo… ¡Lo único que me falta es leer! Me queda poquísimo tiempo para eso.
     Muchas veces pienso en el pasado, en momentos en los que no sabía cómo canalizar mi energía diaria… Suerte que la madurez da un grado a la hora de entenderte y de descubrir la fuerza de la imaginación. Y suerte que existen los ordenadores, el Word, las páginas para llenar con las aventuras que invaden mi mente.
      Era tan diferente a los niños de mi entorno… Pero en el fondo era feliz con mi mundo de fantasía siempre presente, cerrando los ojos cada noche antes de acostarme con una historia que vivir. Era como si el puente que une realidad y ficción desapareciera y pudiera sentir como otra.
   Cuando me despertaba por la mañana temprano seguía en la cama para terminar aquella trama que se quedó a medias antes de dormirme. Era maravillosa la capacidad de interactuar en un mundo paralelo, de emocionarme como otra persona sin trastocar mi vida.
    Todavía ahora soy capaz de eso. Hay instantes en los que cierro los ojos y aterrizo en la piel de un personaje. Imagino lo que me apetece y o siento con intensidad. Es como si me alejara por unos minutos de mí misma para convertirme en alguien capaz de ilusionarse con cosas diferentes a mi día a día. Y como sé que es irreal, puedo caminar por el sendero que me apetezca.
     Me voy a duchar o no llegaré a trabajar… ¡Qué bonita es la vida en los mundos paralelos!
     ¡Feliz día! J

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¡Me quedaría en la montaña!

7:07 Pat Casalà 2 Comments


     ¡Buenos días! Me hubiera quedado en La Cerdaña durante meses… A pesar de la lluvia, la nieve y el frío me lo he pasado genial. He encendido la chimenea, he escrito muchísimo, he descansado y he avanzado un montón con la novela, estoy contenta de cómo progresa la trama.
   A un mes de su comienzo LMR consta de ochenta páginas y una trama interesante, aunque en muchos momentos ponerme en la piel del asesino me cuesta un sobreesfuerzo.
    LME está ahí, esperando su momento para que la corrija, pero tengo tantas ideas en la cabeza que me gusta aprovechar las subidas de inspiración para progresar en el manuscrito que tengo entre manos.
  Los personajes adquieren personalidad propia y crean un laberinto de emociones en mi interior. Es maravilloso darles salida…
     El sábado me desperté temprano, como siempre, y bajé a desayunar sin hacer ruido. Cuando abrí los porticones me encontré con un paisaje blanco, la nieve caía lentamente para llenar el césped con su textura intensa. Mis pensamientos me llevaron a una casa en la montaña llamada Villa Eudora, donde Pam Casas se enfrenta a unos sucesos increíbles. No lo puedo evitar, ante situaciones que tienen cabida en mis novelas las recuerdo… Esta vez pensaba en La Baraja.
   Tres días de lluvias intermitentes, a diez grados centígrados, tapados con parkas de invierno y guantes para evitar congelarnos las manos... Tres días de levantarse pronto, bajar a desayunar en silencio, encender la chimenea en la soledad del salón y sentarme con el portátil en el regazo para continuar con una historia a la que podríamos bautizar de thriller psicológico. Y tres días en los que mis hijos han pasado las horas con amigos mientras mi marido y yo paseábamos, veíamos películas o descansábamos frente a las llamas.
   Hoy vuelvo con energías renovadas, sin agobios, sin esperas, sin metas. Sencillamente me iré al despacho y pasaré otro día. Hay trabajo, así que no tendré tiempo para pensar…
    Inspiro una bocanada de aire fresco, escucho la casa dormida, siento que mi interior está tranquilo mientras dejo el testimonio de mis pensamientos en el papel. Me encantaría quedarme en la montaña durante días para escribir sin descanso, como el verano en el que escribí La Baraja… ¡Qué tiempos aquellos!
    Bueno, toca volver a la vida real, al trabajo, a los números, a una jornada de nueve horas… ¡Me voy a duchar!
      ¡Feliz día! J

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Un poquito de La Baraja... ¡Solo el prólogo!

10:01 Pat Casalà 2 Comments

      ¡Buenos días! Es sábado y dije que no habría entrada… Lo bueno de los blogs es que puedes programar el post para el día que te interese, la hora que desees… Y mi manía con los números me dice que a las 10:01 es una de las mejores horas, ¿no creéis?
      Llevo unas horas pensando acerca de mil cosas, con la cabeza a punto de explotar. ¿Nunca os ha pasado que tenéis la intención de luchar por algo y que por mucho empeño que pongáis no conseguís avanzar?
      Me apetece compartir con vosotros el prólogo que he preparado para La Baraja, una novela que cría polvo en mi disco duro y que desea encontrar algún día la manera de llegar a vuestras manos… ¿Qué os parece?
      ¡Feliz fin de semana! J
  
Prólogo
19 de diciembre de 2010
      El cielo amaneció cubierto de nubes grises y amenazadoras. Los relámpagos centelleaban en las montañas, acompañados por el estridente sonido de los truenos que inundaban el silencio de Villa Eudora.
      La casa estaba dormida, los habitantes del lugar conocían los designios del destino y no podían hacer nada para impedir que la muerte se personificara aquel día. Casi podían oler el asesinato, escuchar la bala que en unas horas acabaría en el pecho de Eudora para llevársela a otro mundo.
     Eudora despertó con las primeras luces del alba. No estaba nerviosa, no sentía miedo, solo lamentaba su cobardía durante todos aquellos años, su falta de coraje para hacer las paces con su hija María y conocer a sus nietas. Se levantó despacio, aspirando el aroma de la madera de la casa, de la lavanda que ponía en los armarios para perfumar la ropa, de la humedad que precedía a la tempestad.
     Abrió la mesilla de noche para acariciar La Baraja por última vez. Aquellas cartas fueron su anclaje a la vida, su amor, su perdición. ¿Por qué estaban malditas? ¿Por qué sus poseedoras se condenaban a vivir en soledad, lejos del ser amado, enjauladas en la infelicidad? Suspiró. Durante generaciones, a causa de la maldición que había acompañado a las herederas de La Baraja, todas ellas estaban condenadas. Ese era el fatal sino de las echadoras: amar sin poder disfrutar de la compañía de su amor. Sin embargo, una de ellas estaría llamada a romper el hechizo.
     Con las cartas en el bolsillo de la bata abrió el armario y revisó el contenido de la bolsa de unos grandes almacenes que guardaba en el primer cajón. La ropa que compró la semana anterior sería un regalo para la heredera, una manera de que entendiera que no estaba sola, que su camino hacia el pentáculo se abonaría con la presencia de sus seres queridos.
     Hacía frío. Eudora se tapó con un chal de lana gruesa y caminó por el pasillo hasta el comedor. La Baraja era el primero de cinco objetos que conducían a un pentáculo donde se guardaban los secretos ancestrales de la magia. En ella se escondían las indicaciones para encontrar los otros objetos, por eso sus depositarias la habían protegido durante milenios, incluso con su vida.
     Eudora se estremeció al entrar en el salón. Conocía el instante exacto de su muerte, cómo sería y quién apretaría el gatillo, lo había visto en uno de sus trances, el último. Su cuerpo sin vida yacería en unas horas sobre el suelo de parket, frente a la chimenea de factura moderna.
      La mesa redonda de madera era uno de sus muebles preferidos, la encontró en un anticuario de Barcelona meses después de dar a luz a María y la compró con la ilusión de deshacerse de la que su marido le dejó en herencia, una cuadrada, desgastada y llena de arañazos, una que mostraba la clase de hombre que era.
      Se sentó en una de las sillas, acarició el tapete de ganchillo que ella misma tricotó y lo apartó a un lado. Cuando su mano rescató La Baraja del bolsillo sintió la energía que emanaba de aquel mazo de cartas con dibujos egipcios que habían propiciado tantas muertes y tantas ansias de poder.
      Cada año los buscadores aumentaban en número, la crueldad de algunos era imparable. Barajó durante unos minutos, empapándose con aquella sensación de bienestar que le proporcionaban. Su mente proyectó una pregunta, una que llevaba años indagando. Repartió las cartas sobre la mesa formando una estrella y sintió una descarga de adrenalina al comprobar que la tirada era la misma que la de las últimas veces. El destino de la próxima heredera era increíble.

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Desbloqueada al fin...

7:07 Pat Casalà 2 Comments


    ¡Buenos días! ¡Qué día más bonito! Me hace tanta ilusión ver el cielo despejado… A ver si hace un fin de semana genial, de aquellos en los que hace sol y se puede una estirar en el jardín con el ordenador.
      No habrá entrada en tres días, necesito desconectar, descansar y evadirme para proseguir con la novela. Ayer me desbloqueé, ya os dije que la Musa volvería… Con LMR me pasa lo mismo que con LME, avanzo sin demasiada convicción, con dudas acerca de la historia. Lo bueno es que al final la trama cobra sentido.
       Meterse en la cabeza de un asesino a veces cuesta un esfuerzo; encontrar las palabras para darle personalidad y crear el conflicto que termina en eclosionar con actos criminales es difícil en muchos instantes, porque yo soy una persona pacífica, de aquellas a las que les costaría coger un cuchillo y apuñalar a alguien…
     Ayer salté de capítulo y me puse en la piel de una policía maravillosa. La verdad es que este personaje es tierno y competente a la vez, tiene unos matices interesantes y me cae muy bien.
      Cuando escribo tengo empatía con los personajes, pero hay algunos con los que congenio más, es el caso de mi comisaria, una mujer con conflictos internos y una claridad de mente acerca de cómo actuar. Es fuerte, cariñosa, agradable y decidida.
    ¡Ojalá yo tuviera su fortaleza! Me falta empuje para encarar algunas situaciones y, sobre todo, para caminar hacia las metas sin desplomarme en algunos momentos. Aunque, tras conversaciones con varios colegas escritores, soy consciente de que la mayoría tenemos altibajos. Debe ser culpa de los caprichos de la inspiración.
      El martes me planteé buscar un freno para mi hiperactividad cerebral. Es difícil vivir con falta de sueño, con las ideas empeñándose en llenarme la cabeza a todas horas, con la sensación de que si me paro cinco minutos al día pierdo un tiempo precioso.
      Le di un par de vueltas y entendí que no sería feliz sin esos pensamientos constantes, sin darle vueltas a las cosas, sin las tramas que ocupan un espacio privilegiado en mi mente. Soy así, y muchas noches no duermo bien, ¡qué se le va a hacer! Por suerte encuentro una vía de escape a mis desvelos en las novelas, me ayudan a canalizar las emociones y la imaginación hacia un lugar perfecto.
       ¿Qué planes tenéis para el fin de semana?
       ¡Feliz día! J

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Un poquito de terapia zen

7:07 Pat Casalà 2 Comments


     ¡Buenos días! Hace una mañana oscura, llueve y no parece que el sol quiera aparecer durante la jornada. Esperemos que el fin de semana haya una tregua, ¡tengo tres largos y preciosos días de fiesta!
     La adolescencia es una época dificilísima. Recuerdo cuando era yo la que tenía esas subidas de hormonas, cómo me comportaba y qué sentía. Ahora, al otro lado de la película, hay momentos en los que dimitiría de mi papel de madre...
    Los chicos forman su personalidad entre los doce y los veinte años, es una época convulsa en la que llevan al extremo las situaciones para reafirmarse, y muchas veces cuesta un mundo hacerles entender que las normas están para seguirse.
     Llevo más de tres semanas sola con ellos. Mi marido se fue a China diez días, volvió y se fue a Galicia. Por suerte esta noche vuelve… Acompañada parece que vives mejor algunas situaciones…
    Ahora quiero un poquito de terapia zen para encarar el día. Es que es una jornada cargada de reuniones hasta la saciedad y no sé muy bien cuántas horas estaré en la oficina. Suerte que tengo una ventana para mirar al exterior…
     Ayer desencallé el capítulo de LMR que tenía atragantado. Me metí en la cama pronto, con el ordenador en el regazo, la lista de canciones de siempre a toda potencia y la idea de avanzar a pesar de que las palabras no querían acompañarme. Supongo que será uno de esos capítulos a los que les daré mil y una vueltas al final, pero conseguí sacar a Román del atolladero para llevarlo donde yo quería.
     A veces pienso que mis personajes no quieren colaborar, que se quedan en un rinconcito de mi mente con pocas ganas de asumir un rol determinado y me bloquean. Aunque yo tenía claro qué pasaría, no acababa de delinear la secuencia de acontecimientos.
      Es curioso, hay capítulos que no brotan con la naturalidad de otros. El de ayer lo empecé tres veces durante la semana, incluso intercalé uno antes, como si me faltara un poquito de historia para enlazarlo, pero ayer seguía igual de apática con él… Lo forcé, necesitaba sacármelo de encima, así que llevé a Román al lugar que tocaba, puse punto y final, salto de página y empecé el capítulo veintiuno. ¡Ya lo retocaré en la corrección!
     Este fin de semana quiero iniciar de nuevo la corrección de LME a la par de avanzar en LMR. No sé yo si encontraré tiempo…
     ¡Feliz día! J

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¡Feliz día, María!

7:07 Pat Casalà 4 Comments


      ¡Buenos días! Parece que el sol quiere salir para iluminar el día. ¡A ver si es verdad! Me duele la muela, la tengo rota y me han de poner una corona el miércoles que viene. Grrrr, ¡otra vez al dentista!
      Hoy sale a la venta el libro de una amiga, María Martínez. Se llama El Encanto del Cuervo y es una historia preciosa, llena de amor, intriga y fantasía, escrita con unas palabras perfectas, con un estilo que atrapa desde el primer párrafo y con una historia que te mantiene en vilo hasta el final.
      Leí el libro en PDF cuando todavía era un manuscrito inédito en busca de editorial. Entonces elogié la capacidad de María para plasmar sus mundos paralelos con el sentimiento que exudan sus palabras. Hoy quiero recomendaros que busquéis el libro, que os lo compréis, que descubráis sus páginas llenas de intensidad.
      Quizás algún día yo esté en su lugar… Bueno, de hecho en 2015 llegará, ¿no? Aunque lo veo tan lejano que de momento me cuesta hacerme a la idea…
      Ver cómo otros que me importan lo consiguen me llena de ilusión, mientras hay vida hay esperanza. María luchó con todas sus fuerzas para llegar aquí, así que se merece ese puesto en la estantería de muchos lectores. 
      Estos años de vida cibernética he aprendido muchísimo de amistad, envidias,  compañerismo… A pesar de que la experiencia me enseña que los humanos somos codiciosos por naturaleza y que en general somos capaces de pisar a cualquiera para llegar a la cima de nuestros sueños, yo seguiré por mi camino con la intención de ayudar a quien lo requiera, de colaborar con quien me necesite, de cumplir mis promesas.
       Y no voy a pisar a nadie ni a llenar un muro de lamentos ni a criticar abiertamente a ninguna persona, a pesar de que se lo merezca.
      ¡Feliz día! J

Sinopsis de El Encanto del Cuervo

     A sus diecisiete años, Abby ha experimentado el mayor sufrimiento: su madre ha muerto en un terrible accidente de tráfico al que ella ha sobrevivido. Así, su vida cambia por completo. Acogida por un extraño hombre que dice ser su padre, Abby cree haber encontrado la vida que durante mucho tiempo ha deseado, con amigos, familia y un lugar al que pertenecer. Pero este nuevo mundo quizá no sea tan idílico como ella cree. Hay algo en quienes la rodean que le hace desconfiar, la atormentan, cada vez más, terribles pesadillas, y esa sensación de ser observada amenaza con volverla loca.
     El peligro está aterradoramente cerca y acecha como la sombra de un cuervo en la oscuridad. Todo parece girar en torno al atractivo e irritante Nathan, un chico enigmático junto al que descubrirá la verdad, conocerá el pasado y hará frente a un destino implacable que viene a cobrarse promesas hechas hace siglos.




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En busca de las palabras

7:07 Pat Casalà 4 Comments


¡Buenos días! Un martes más en el paraíso… Nubes, fresco, agobio… Grrrrr, en unos minutos me voy al dentista y solo con pensar en la aguja en mi encía se me revuelve el estómago… Soy una miedica cuando se trata de inyecciones…
Llevo unos días apática con la escritura. No tengo ganas de internarme en los mundos de los personajes ni interactuar con ellos ni caminar de la mano de las tramas, aunque ellas se empeñan en llenarme la cabeza constantemente. Creo que mi inspiración es un ente caprichoso y extraño que está ligado a muchos factores, y uno de ellos es la realidad que me envuelve.
Prometí que las esperas no me angustiarían, y de momento lo consigo día a día. Aunque no puedo evitar que esa falta de noticias me bloquee a la hora de continuar con LMR. Es algo ajeno a mí, una corriente de aire que me sacude cuando encuentro un ratito para aporrear el teclado y deja la hoja en blanco frente a mí, yerma de palabras.
No puedo forzar los párrafos ni las escenas ni las situaciones, sencillamente me dejo llevar por las ideas que bullen en mi mente hiperactiva. Y cuando la realidad me expresa claramente que de momento nada cambia, el manantial que brota con facilidad en otras ocasiones se seca.
La experiencia me dice que no hay de qué preocuparse, sé que la Musa regresará, y lo hará con fuerza. Antes solía angustiarme cuando la hoja del Word permanecía blanca durante más de diez minutos o cuando buscaba una distracción que me alejara del ordenador. Ahora sonrío, vivo y disfruto de cada instante de mi día.
En casa me dicen que vivo en Los Mundos de Yupie, que no soy capaz de darme cuenta de las desgracias que nos rodean a veces y que parezco ajena a muchas circunstancias que encuentro en el camino. Bueno, no es exactamente eso, más bien es que intento apartar las cosas negativas para quedarme únicamente con las positivas.
No me gustan las peleas ni los malos rollos. No soy muy docta a la hora de contestar puyas, así que intento no meterme en medio de discusiones. No suelo contestar a las subidas de tono en las redes sociales ni inmiscuirme en las disputas. Últimamente hay demasiadas… Así que prefiero seguir en un mundo aparte, acompañada de optimismo y felicidad.
Me encanta escribir una entrada cada mañana, de madrugada, cuando mi casa duerme. La guardo en el borrador del blog y la programo para que se publique más tarde, así cuando llego a la oficina tengo unos minutos para retocar el texto antes de colgarlo. Me encanta que mi blog sea una especie de diario personal donde dejo constancia de mis anhelos, de mis alegrías y de mis tristezas.
Hubo un tiempo en el que deseaba vivir de mis palabras. No renuncio a ese sueño, aunque lo relativizo. De momento vivo de los números y me ilusiono con las letras. No sé si soy buena o mala escritora, cada día es un aprendizaje, cada novela es un peldaño más hacia la mejora, cada corrección me aporta una nueva visión de los manuscritos.
A escribir se aprende escribiendo y leyendo, diseccionando textos, descubriendo el porqué de una coma o de una metáfora. Esta pequeña entrada diaria me aporta soltura a la hora de enfrentarme con el papel en blanco y me ayuda a continuar con el aprendizaje necesario para tirar hacia delante mis novelas. ¡Así que viva el blog!
¡Feliz día! J

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Uffff, ¡lunes!

7:07 Pat Casalà 3 Comments


     ¡Buenos días! El tiempo cambia hacia uno más fresco… Las nubes encapotan el cielo… Estoy cansada y es lunes… Grrrrrrrr.
   Bueno, dicho esto empezamos con una entrada tranquila de lunes por la mañana, aunque preferiría que fuera viernes, la verdad. Es que los lunes son días traicioneros, de aquellos en los que te suena el despertador y piensas que no toca levantarte.
   A través de la ventana veo el día apagado, parece que hará más frío que últimamente. Las hojas reciben la caricia del viento, moviéndose al son del sonido que muestra el silencio de mi casa. Y la verdad es que ahora me volvería a meter en la cama, arrebujada con el nórdico, el ordenador en el regazo y las palabras invadiendo el espacio libre de mi mente.
     Pero toca ir a trabajar… ¡Y que no falte el trabajo! Últimamente escucho tantas historias angustiosas acerca de gente desesperada, con una familia que mantener y casi sin esperanzas de recuperar su capacidad de vivir de un sueldo…
     Así que en unos momentos me voy a duchar, a vestir y a trabajar. ¡Por suerte hay tantísimo que no se me va a acabar!
    Me he tomado un fin de semana sabático, sin lecturas, sin escritura, sin agobios.    El sábado fui al cine con mi marido a ver una película de palomitas, una americanada en toda regla de aquellas que no te hacen pensar. Y por la noche nos fuimos los dos a cenar. ¡Fue fabuloso!
    El domingo tocó irse a Tivissa, un pueblo de Tarragona, cerca del Ebro, donde una familiar de mi marido hacía la comunión. El lugar es idílico, la niña estuvo contentísima, la comida buenísima y la compañía inmejorable.
   Y por la tarde me puse a cotillear en el Facebook, a navegar un poco por Internet, a leer unas cuantas entradas de blogs de amigos, a descansar y a ver una película de la tele para desenchufar mi cabeza de los pensamientos (bueno, lo intenté…)
     Esta semana se presenta genial. Tengo tantas cosas que hacer… Estoy segura de que en poco tiempo volverá a ser viernes. ¡Y el lunes es fiesta! Así que la semana que viene solo tendré  que trabajar cuatro días…
     ¿Cómo veis vuestra semana? ¿Tenéis algún plan fabuloso?
     ¡Feliz día! J

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Sorpresas que da la vida

9:09 Pat Casalà 2 Comments


¡Buenos días! Desde la ventana parece que es un domingo gris y apático, de aquellos en los que únicamente deseo meterme en la cama con el ordenador para dar vida a mis mundos paralelos en el papel. Sin embargo tengo una comunión lejos y debo ducharme, vestirme, arreglarme…
La vida no deja de sorprenderme, muchas veces la realidad supera con creces la ficción, por eso al inventar las tramas de mis novelas intento nutrirme de la mayor cantidad de realismo posible.
Ayer no hubo entrada, fui al entierro de un vecino de Estavar de cuarenta y nueva años. Murió de manera repentina por culpa de un derrame cerebral. Al llegar al tanatorio y ver la tristeza en cada rostro de los familiares los recuerdos del entierro de mi cuñado se me aparecieron de repente, con tristeza y mucha pena.
Y es que hoy estás y mañana desapareces junto a tus sueños y tus angustias. Si te vas tan pronto quedan muchas metas por alcanzar, muchos momentos por vivir, muchísimos instantes que la vida te hubiera regalado que entonces se quedan yermos.
Alberto murió con treinta y dos años dejando una mujer, unos padres y un hermano destrozados. A pesar de los dos años transcurridos mi hermana todavía piensa en él, igual que sus padres y hermano… ¡Le quedaba tanto por vivir!
El otro día una amiga me dijo que yo tenía altibajos, y es cierto. Un día me levanto con una energía vital que supera la melancolía, otros me angustia saber que las cosas siguen igual y las noticias escasean. Hay veces que la inspiración es tan intensa que necesito escribir para que desaparezcan las cosquillas inquietantes que recorren mi cuerpo y las ideas que bullen en mi cerebro con frenesí.
Os lo he explicado muchas veces, soy géminis y dual. Mis sentimientos oscilan entre dos lados opuestos, luchan por hacerse oír. En el fondo siempre me acompaña la ilusión de lograr una meta altísima, por eso hay instantes en los que deseo, anhelo y quiero con tanta fuerza que incluso siento un dolor físico.
Sin embargo normalmente persigo metas plausibles. Cada venta en Amazon, cada comentario, cada email, cada reseña me arranca una sonrisa. Es emocionante saber que hay alguien ahí fuera que me lee.
¡Feliz día! J  

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Un viernes más

7:07 Pat Casalà 2 Comments


     ¡Buenos días! Viernes… Me encantan los viernes, es el mejor día de la semana porque sé que es el preludio de dos largos y perfectos días para descansar, dormir y soñar…
     Mi hijo dice que está harto de la rutina, que siempre es lo mismo, que cada semana empieza en un lunes y termina en un domingo. Bueno, es cierto, pero no sé qué haríamos sin ella. ¿Os imagináis la vida sin esquemas? Quizás acabaríamos organizándonos para no acabar en una situación caótica.
     Llueve, cae una fina llovizna que moja el suelo de mi terraza. Siento la humedad del ambiente a través de la ventana, como si traspasara el cristal y me impidiera doblar la rodilla con facilidad.
      El fin de semana se presenta tranquilo, con una comunión y algunas compras de última hora. El tiempo camina hacia el verano con rapidez, tachando los días en el calendario y llenando las horas con mil actividades interesantes. Aunque el email sigue vacío…
     No quiero una gran noticia, sé que no va a llegar y no me importa, es una percepción distinta, algo que lleva años incordiándome. La falta de comunicación, el silencio, la poca reciprocidad en las palabras es lo que me hace darle vueltas a la situación cíclicamente.
      Estoy feliz porque tengo las cosas muy claras, veo dónde me encuentro y no anhelo lo que no debo. Por primera vez en años no siento el peso de la incertidumbre. Sé que la novela está en la bandeja de entrada, que no se ha leído y que cuando le llegue el turno se me devolverá con una propuesta de correcciones. ¡Así es cómo funciona! Pero me encantaría que esta vez los meses no sumaran sin la primera lectura, para que el tiempo no volara y nos plantáramos en un nuevo año infructuoso.
     Esa realidad que tengo presente en todo momento es la que me hace caminar con la certeza de que una comunicación no quiere decir nada, pero para mí significa mucho. Soy así, de las que necesitan un poquito de humanidad y cercanía.
     Bueno, ¡qué se le va a hacer! La paciencia no es mi fuerte… Aunque el camino ahora es más claro y despejado, me muestra las curvas para evitar que me pierda. Solo he de despejar el follaje…
     Tengo proyectos, ilusiones e ideas. También mucho trabajo que me ayuda a no pensar durante horas… ¡Y una vida por delante! A ver dónde me conduce… Solo el tiempo tiene la calve para saberlo.
      ¡Feliz día! J  

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