¿Nos regalamos una sonrisa?

11:21 Pat Casalà 2 Comments


¡Buenos días! Tengo las manos manchadas de hollín, el día ha despuntado un tanto nublado, la calma y el sosiego me acompañan desde que me he levantado y el fuego que he encendido en la chimenea me ha hechizado durante largos minutos.
Una de las actividades más relajantes que conozco es la de quedarme sentada en el suelo, ante la puerta de la chimenea, observando las llamas atusadas por el viento crear formas fantasmagóricas, escuchando el crujido de las ramas al quemarse y el sonido del fuego, un sonido que me llega ahogado por el cristal transparente que me permite contemplar embobada el magnifico espectáculo de la fogata.
¡Hay tantas cosas maravillosas en nuestro día a día! ¡Tantas a las que no prestamos atención al estar abducidos por un ritmo de vida frenético que nos limita las percepciones! Hay instantes en los que todos deberíamos pararnos a observar, a sentir, a respirar, a darnos cuenta de la fragilidad de nuestra manera de absorber el entorno.
Quizás si pudiéramos detener un minuto los pensamientos que nos impulsan a correr sin mesura…. Si pudiéramos apreciar la naturaleza que nos envuelve…  Si pudiéramos descubrir la esencia de todo aquello que tenemos en vez de desear más… ¿Nunca os habéis planteado que la verdadera felicidad reside en nuestra manera de percibir el mundo que nos rodea?
A veces me encantaría dejarme llevar por mi mundo de fantasía, permanecer en él durante días, semanas, meses, años… deambular por los laberintos de los sentimientos ajenos, descubrir mundo, experiencias, instantes, sentimientos… ¡Y todo sin levantarme del sofá, de la cama, de la silla…! Es una idea que me seduce, algo que a veces me sucede y me arrastra a vivir en otra piel, a sentir otras emociones, a gozar de la libertad que te ofrece hacer lo que deseas sin interferir en la vida cotidiana.
Sin embargo, soy consciente de las muchas responsabilidades que todos vamos asumiendo a medida que los años van sumando en nuestro haber, de las muchas necesidades que se crean al madurar, de las muchas ataduras que nosotros mismos nos imponemos y merman nuestra capacidad de realizar muchas de nuestras quimeras.
Ser una persona responsable, con palabra, consecuente con sus decisiones y sus compromisos, trabajadora, cumplidora y feliz no es algo que abunde en nuestro entorno, más bien las personas se van moldeando a partir de las necesidades que ellas mismas se crean y así consumen la capacidad de pararse a observar los detalles, las pequeñas alegrías, los pequeños momentos por los que vale la pena esgrimir una sonrisa.
Aprecio esas cualidades en las personas que me rodean, su capacidad de cumplir con los compromisos adquiridos y de no perder la sonrisa, de ser capaces de ponerse en lugar ajeno y no permitir que sus actos puedan ocasionar angustia o tristeza en los demás, de no anteponer su propia ambición a la felicidad de otros.
Últimamente me he encontrado con muchos tiburones a los que impele su propio egocentrismo sin mirar a su alrededor y darse cuenta de que los demás también tienen derecho a conseguir sus sueños. También me he topado con gente que ha adquirido compromisos conmigo y me ha dado esperanzas de cumplirlos, pero luego se ha quedado en agua de borrajas, en una de aquellas aguas llenas de desatino, ansiedad, espera y desazón.
Ya os dije una vez que necesitaba una Web llamada “soyidiota.com” porque yo siempre pienso bien de esas personas y les doy una y mil oportunidades, como si el tiempo y la paciencia pudieran hacerles cambiar de manera de actuar. Hay veces en las que un suceso específico obra el milagro, pero he de confesar que la mayoría de las veces siguen igual.
Así que hoy me he sentado delante de la chimenea, en el suelo, con toda mi familia durmiendo, en silencio y contemplando las llamaradas danzantes y vigorosas. He relajado mi mente, mis ilusiones, mis angustias y mis desvelos. He vaciado de emociones funestas mi corazón y he permitido que cada una de las formas sinuosas que adquirían las llamas moldeara un trocito de felicidad.
¡Y ha funcionado! ¿Veis qué fácil es llenar vuestro pequeño mundo de emociones positivas? ¿Relativizar todo aquello que os impide descubrir lo maravilloso que tenéis al alcance de la mano? ¿Permitir que una sonrisa se lleve la angustia y la tristeza?
¡Hoy mi día interior se ha despejado! ¡El sol reina en él! ¡Y voy a mantener esa sonrisa todo el día, toda la semana, todo el mes, todo el año…! ¿Os apuntáis?
¡Feliz día!

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2 comentarios:

  1. Pat, hoy en día se vivve demasiado deprisa y cuando te sucede algp como a mí, enfermar, te das cuenta de muchas cosas que nos perdemos por vivir al ritmo de este mundo loco.
    Cuando esta bien, me encantaba encender la chimenea y ver la danza del fuego detrás del cristal de la chimenea, pero ahora, desde mi enfermedad, la miro de otro modo y me doy cuenta que su danza es mágica y su calor adorable.

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  2. ¡Hola guapa! Tienes razón, vivimos demasiado deprisa, pero ya verás como la enfermedad se acabará curando y llegará el día en el que vulvas a mirarlo todo con otros ojos, unos felices y contentos.
    ¡Un beso enorme!!!!!

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