Entrevista a Màrius Serra

6:46 Pat Casalà 12 Comments


            ¡Buenos días! Os dejo la entrevista que le hice a Màrius Serra. Si os parece mañana os comento un poco mis impresiones. Os invito a ver su página Web: www.mariusserra.net. ¡Feliz día!


ENTREVISTA


            Buenos días. El enfoque de esta entrevista es conocer a través de sus palabras algunas de las costumbres que tiene a la hora de escribir y conocer a fondo sus motivaciones, sus inicios y sus ilusiones.

1. ¿Cuándo supo que quería dedicar su vida a las palabras? ¿Cómo lo supo?

            Lo supe desde que empecé a darme cuenta que todo lo que me sucedía podía ser contado de muchos modos. También me motivó que mis primeras “redacciones” escolares fueran comentadas en clase. Pero básicamente creo que escribo para entender lo que veo y lo que no veo.

2. ¿La imaginación ha formado parte de su vida desde pequeño? ¿Escribía ya en libretas o en folios?

            De niño tenía una gran tendencia enciclopedista. En mis veranos abría libretas dedicadas cada una a un país e iba anotando en ellas todo lo que encontraba de ese país en Atlas, enciclopedias, diccionarios y otras lecturas. Había una pulsión exploradora que pasaba por la lectura.

3. ¿Cree que la creatividad es innata a las personas o que se puede cultivar?

            La creatividad es un don, pero como todos los dones, se cultiva mediante el simple método de la práctica: llámese trabajo, esfuerzo o con otros nombres menos calvinistas. En todo caso, el movimiento se demuestra andando y fray Gerundio que nos guíe siempre.

4. A la hora de sentarse a escribir, ¿tiene un lugar predilecto? ¿O puede hacerlo en cualquier sitio?

            En cualquier sitio. La escritura tiene muchas fases: las anotaciones, los borradores, el pase a “limpio”... Cada época ha tenido, para mí, lugares fetiche. Hoy en día, con los ordenadores portátiles, incluso el proceso de “pase a limpio”, que hasta hace poco me tenía atado a mi mesa de trabajo, se ha relativizado. Me gusta no tener ataduras, tampoco al escribir.

5. ¿Escucha música mientras escribe? ¿O para inspirarse?

            Siempre he escrito con música, sí, pero muy escogida. A menudo repetida hasta la saciedad. Para alguna novela, he llegado a escuchar miles de veces el mismo disco. En esto, las nuevas tecnologías (y la función repeat) han ayudado mucho.

6. ¿Sigue algún patrón a la hora de crear? ¿Sigue un horario pre-establecido? ¿O simplemente espera a que le sobrevenga la inspiración para sentarse a escribir?

            Cada proyecto genera sus propios patrones, que a la vez son fácilmente transgredibles. Pero de inspiración sobrevenida nada. Hay que sentarse a escribir. O hacerlo de pie, cuando la lumbalgia acecha...

7. ¿Trabaja con esquemas previos, fichas de personajes y subtramas o se lanza a escribir a partir de una idea?

            Depende de cada proyecto. Es distinto acometer un cuento que una novela. Para las novelas que he escrito siempre he hecho mucho trabajo previo, pero siempre distinto: en algún caso esquema estructural, en otro biografías de los personajes... Incluso he llegado a incorporar esos trabajos previos en la obra final, como en la edición  de la obra doble “De cómo se escribe una novela/ Monóculo (la novela inacabada)” (la traducción al castellano está en la editorial El Funambulista). Nunca repito el mismo esquema de trabajo.

8. Usted estudió filología inglesa, ¿se podría decir que su afición por las palabras le ha acompañado siempre?

            Sí. Mucho antes de la vida universitaria ya estaba completamente seducido por el lenguaje. De hecho, empecé Medicina y luego me pasé a Filología Inglesa. Pero yo me hice lector de niño, escritor de adolescente y de mayor sigo por ahí...

9. ¿Cómo logró publicar su primer libro? A todos los escritores noveles nos interesa conocer de primera mano si nuestros desvelos también han acosado a los editados.

            Tuve mucha suerte. Empecé a publicar muy joven, a los 24 años, con dos libros a la vez, uno en cada editorial. Lo conté luego, para exorcisarlo, en el “De cómo...” porque ése es un privilegio que también tiene su cara oscura. Madurar a la luz no es lo mismo que hacerlo a la sombra.

10. ¿Cuál sería su consejo para todos los que escribimos y seguimos en la sombra?

            Perseverar, claro. Seguir leyendo y escribiendo, porque lo único que cuenta es el texto, aunque sea obvio que la motivación del sol es fundamental y todos escribimos para ser leídos, con todos los matices que queramos añadir a esta afirmación.

11. Si me permite cambiar de tema un momento, me encantan los crucigramas desde pequeña y he de admitir que nunca he logrado acabar uno suyo. ¿Hay algún programa informático que le ayude a construirlos? ¿O simplemente se sienta con una cuadrícula delante y va rellenando casillas?

            También aquí conviene perseverar ;-) Trabajo con el diccionario digital, lo que facilita las cosas a la hora de rellenar la parrilla, pero hay que rellenar las casillas una por una igualmente. Lo que pasa es que puedes pedirle a la base de datos qué palabras tiene de 7 letras con la A en cuarta posición, por ejemplo, y eso agiliza las cosas.

12. He de felicitarle por las frases ingeniosas que utiliza cada mañana. ¿Qué va primero, la palabra o la frase? ¿Hay alguna vez en la que tenga una idea para describir la palabra y no encuentre lugar para colocarla?

            Primero va siempre la palabra. Veamos, si ves los instrumentos de una orquesta y reparas en que un contrabajo contiene la palabra trabajo tras la preposición con, ya tienes indicios que puedes sacar algo de petróleo de ese vocablo. De ahí a “El mejor instrumento musical para luchar contra el paro” sólo hay un paso.

13. Mis preferencias a la hora de comprar revistas de pasatiempos son el Cábala, el Orión, el Logic  y buscar compilaciones de Sudokus. ¿Cuáles son las suyas?

            Yo ya hace años que apenas resuelvo crucigramas. Sólo si veo que en un diario hay un autor nuevo me lanzo a ver qué estilo utiliza. Lo hago por motivos profesionales, como quien dice. Fabricar uno cada día desde hace 21 años ya sacia mis ansias crucigramistas. Me imagino que los actores de películas pornográficas deben tener una vida doméstica sexualmente muy relajada...

14. Y, por último, me gustaría que compartiera conmigo sus preferencias literarias. ¿Cuáles son sus libros imprescindibles? ¿Aquellos que le han hecho vibrar?

            Los hay muchos y muy variados. Todas las listas son revisables y cada mañana amanece un mundo nuevo en el que puedes topar con aquel libro que te hará cambiar. Va por épocas. En todo caso, puedo hacer un cierto namedropping: Pessoa, Perec, Borges, Joyce. Monzó o “Tres tristes tigres” de Cabrera Infante, por ejemplo, pero mañana bien pudieran ser otros.

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Mis mundos paralelos

7:27 Pat Casalà 2 Comments


            ¡Buenos días! Poco a poco el blog va ganado seguidores y visitas, aunque muchos de estos nuevos seguidores lo hacen a través de la página del Facebook. Es gratificante saber que los esfuerzos matutinos y la ilusión con la que trabajo en estas entradas diarias se ven recompensados por personas que lo leen y lo disfrutan. ¡Gracias a todos! ¡Esta última semana las visitas han subido a 62 diarias!
            Para contestar el comentario de José Antonio acerca de mi actividad el sábado por la tarde, os diré que sí, que soy extrema en muchas cosas, que cuando un libro o una serie me engancha soy capaz de pasarme horas y horas leyendo o mirando la tele para conocer el final o lo que sucede a continuación.
            Las series policíacas, de temas paranormales, de escenas de crímenes y de misterio suelen ser mi fuente de inspiración. Muchas veces las analizo después de haberlas visto y me sorprendo al descubrir cuantas ideas se extraen de los guiones que alguien ha ideado. ¡Hay veces que tienen unos argumentos brillantes!
            En Fringe nos acercamos a la posibilidad de dos universos paralelos donde los personajes son los mismos, pero con vidas y realidades distintas. ¡Es súper interesante evaluar esa posibilidad! ¡Intentar descubrir si existe una brizna de base en el argumento! ¡O si realmente no es más que una fantasía creada por los guionistas!
            ¿No os habéis preguntado nunca por qué hay tantas cosas inexplicables? Tenemos teorías acerca de la formación del universo y de la vida en la Tierra, pero nos faltan tantas certezas… ¿Quién nos asegura que estamos solos? ¿O que no somos una pequeña partícula que compone una realidad más grande? ¿O que no pueda existir una dimensión donde viva nuestro otro yo?
            ¡Hay tantas preguntas sin respuesta! Por eso siempre escribo novela negra con tintes paranormales. Me encanta nutrirme de sucesos inexplicables, de las ciencias ocultas, de los misterios de la humanidad.
            Este blog se llama La Aventura de Crear Mundos Paralelos. Para mí los mundos paralelos son los que moran en mi interior, los que me sobreviven de repente y se empeñan en ocupar un espacio dentro de mi rutina, los que deciden madurar e internarme en historias ajenas a la mía propia. Esos mundos acaban constituyendo el bagaje de las novelas, son su fuente, su base, su raíz.
            Y en esos mundos paralelos siempre ha existido una curiosidad innata por lo desconocido, por lo paranormal, por todo aquello que compone un conjunto de situaciones inexplicables.
            Cuando escribo las tramas y las subtramas de los manuscritos mi mente recurre a las miles de series que he visto en mi vida (conste que soy serieadicta), a los miles de libros que me he leído (¡Muchísimos!!!), a las lecturas más serias acerca de los temas que me interesan (tengo una biblioteca particular de temas esotéricos), a la documentación de la red,… ¡En fin! Mi mente recurre a todo aquello que he estudiado y absorbido durante toda la vida y que puede formar parte de la historia a la que estoy dando forma en el papel.
            Mientras existan preguntas sin respuesta nuestra imaginación podrá recurrir a los misterios para darles una forma inventada y quizás acercarnos a la realidad que esconden las partes oscuras de nuestro saber. ¡Es maravilloso plasmar en los escritos teorías fantásticas acerca de lo que nos envuelve!
            Aunque en mis novelas no sólo hablo de temas paranormales, también suelen haber asesinos, malos, aventura, amor, romanticismo…. ¡Cuando me piden que les ponga una etiqueta no puedo! ¿Novela negra? ¿Fantástica? ¿De aventuras? ¿Con una parte de historia?... ¡Si alguien las sabe catalogar estoy abierta a sugerencias!
            ¡Me voy a trabajar! ¡Feliz día para todos!!!!!

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Un nuevo principio

7:37 Pat Casalà 4 Comments


            ¡Buenos días! Me he levantado un poquito más pronto para seguir tecleando como cada mañana y poder colgar el post a mi hora, antes de iniciar un nuevo día con muchas novedades. ¡Espero aguantar el nuevo ritmo sin desfallecer!
            La verdad es que a mí me cuestan mucho los cambios, aunque sean a mejor, porque de repente tengo que adaptarme a un nuevo esquema diario y romper con el anterior, lo que significa reorganizar todas mis tareas. ¡Pero lo voy a lograr! Tal y como decía el otro día José Antonio, yo puedo hacerlo y lo haré.
            Quizás con este cambio de horario lo que más se resientan sean las novelas. Todo el tiempo libre con el que contaba lo invertía en escribir y bailar, pero ahora deberé repartir las horas entre tantas cosas que evidentemente mi productividad narrativa va a disminuir considerablemente.
          Antes, rebajar la intensidad de escritura me hacía sentirme culpable, era como si estuviera renunciando conscientemente a mi sueño para dedicar las horas a otras cosas. Ahora lo veo muy distinto. ¡Llevo tantos años priorizando la escritura!
            Cuando estaba sin trabajo y buscaba activamente un empleo no paraba de repetirme que era mi oportunidad, una fantástica para triunfar en aquello que llevaba deseando desde pequeña. Pero también me decía que si encontraba un buen trabajo y era feliz en él sería el destino quien habría elegido mi camino. ¡Y el destino ya eligió!
            En realidad soy una afortunada. ¿Quién hoy en día consigue más trabajo en vez de reducir su jornada? Ayer una amiga que vino a pasar la tarde a casa me lo dijo varias veces, y tiene razón. Muchas veces nos empeñamos en buscar la felicidad donde no la vamos a encontrar y nos obcecamos tanto que no vemos lo que tenemos delante.
            Le envié una breve presentación sobre mí a Màrius Serra junto con una entrevista para ir colgándola en el blog a plazos (es demasiado larga par un solo post) y en las pocas palabras que invertí en hablar de mi afición por la escritura recapitulé los años que hace que intento cumplir mi sueño: ¡Diez largos años sin desfallecer!
            Ese cómputo me ha hecho reflexionar muchísimo acerca de mis prioridades. Para llegar hasta este punto me he dejado la piel estudiando, trabajando, creando, puliendo y corrigiendo los manuscritos una y otra vez. He dado todo lo que tenía y más. Ante las dificultades he buscado maneras de aprender todo aquello que me faltaba, ante las correcciones he intentado encararlas con objetividad y muchas ganas, ante la falta de noticias de mi agente he aguantado sin desmoronarme.
            Siempre me ha guiado esos sueños infantiles y quizás mi impaciencia se deba al esfuerzo que hice al principio por arrinconar la disortografía y lograr escribir sin faltas ortográficas y gramaticales.
            Me han dicho varias veces que mi impulso, mi necesidad de conseguirlo y mis ansias de convertirme en escritora editada vienen de la frustración de escuchar un millón de veces durante mi infancia que yo nunca lograría escribir un libro. Es posible, esa sensación de desafío ha permanecido asida a mí desde que cada una de mis profesoras de infancia y juventud me machacaba con mis carencias de lecto-escritura.
            Sin embargo, ha llegado la hora de recapacitar, de contar, de ver y de pensar. No voy a dejar de escribir nunca, es parte de mí. Tampoco voy a dejar de luchar por mejorar en el trabajo, por aprender cada día un poquito más y por ganarme el puesto que me han ofrecido cada día.
            Así que a partir de ahora voy a cambiar mis prioridades, no voy a angustiarme cuando un día no me apetezca utilizar mis horas libres en la escritura como me pasó el sábado, me pasé la tarde acabando de ver la tercera temporada de Fringe (creo que vi nueve capítulos seguidos) ni si los correos de la agencia se quedan en el limbo de la nada ni si me abandona la inspiración. Sencillamente voy a vivir el presente tan fantástico que me ha tocado y a disfrutar de cada una de las experiencias que me ofrezca. ¡Quizás todos deberíamos apuntarnos a este carro!
            ¡Pasad un gran día!
            

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Unas cuantas costumbres

9:19 Pat Casalà 2 Comments


            ¡Buenos días! Hoy el sol parece que lucirá en un cielo azul y nos regalará unas horitas de luz y alegría. ¡Qué frío pasé ayer colgando la entrada! ¡No sé cómo me lo voy a hacer los fines de semana de esquí!!! Es que ya os expliqué que mi casa de la Cerdaña está en Francia y para utilizar mi USB de conexión MoviStar tengo que irme a un banco de la carretera donde llega el 3G. ¡Y no os podéis ni imaginar cómo se me quedaron las manos a nueve grados y a la intemperie!
            Bueno, ahora ya estoy en Barcelona, así que estoy cómodamente sentada delante del ordenador y con la calefacción encendida para evitar que me congele. ¡Aunque hecho de menos mi sillón y la chimenea! Es que el poder hipnótico del fuego es un bálsamo para las cosquillas insistentes que no cejan en el empeño de anunciar el cambio que se avecina mañana.
            Finalmente he recibido un mail de Màrius Serra aceptando la entrevista. ¡Es genial! Yo, que cada día hago sus crucigramas en catalán de La Vanguardia y que me he leído varios de sus libros, tengo muchísimas cosas que preguntarle. Y es que ya os conté que escuchar las anécdotas y las costumbres de otras personas dedicadas a las letras me ayudaría a entender las mías propias.
            En mi caso hay una serie de rituales que sigo a rajatabla a la hora de escribir. Tengo unos lugares idóneos que son los que utilizo y asocio con mi ordenador pequeñito, las novelas y las tramas. ¡Uno es el sillón de la casa de Estavar!
            Cuando escribo no me importa que haya ruido a mi alrededor, porque mi mente me transporta a lugares lejanos y conecta con mi mundo paralelo con facilidad, desoyendo todo lo que me rodea. Muchas veces me maravillo de esa capacidad que tengo para ir hilvanando la historia a medida que escribo. ¡Es como si la fuera viendo en una película a medida que mis dedos la reproducen!
            Es curioso, porque cuando hablo con Lola, mi agente literaria, me describe esa faceta mía, es como si a través de mis palabras y de mi estilo pudiera vislumbrar esa forma en la que mi mente trabaja. La verdad es que trabajando para Antonia Kerrigan debe conocer a muchas personas como yo y quizás es un rasgo común entre todas. ¿O acaso hay escritores que no trabajan así?
            Antes de escribir necesito unos instantes para centrar mis pensamientos. Al tener una mente hiperactiva siempre hago dos o tres cosas a la vez, pero cuando escribo necesito concentración total en la trama, así que siempre juego unas partidas a los solitarios del ordenador o algún juego del Facebook que requiera observación. Mientras coloco las cartas en su lugar o las bolitas o lo que sea, voy introduciéndome en la historia y voy percibiendo a los personajes, a los escenarios, a los mundos paralelos a los que quiero acceder.
            Y al cabo de unos minutos estoy preparada para encarar la tarea. Abro el Word y tecleo, voy avanzando entre un laberinto de ideas que me han ido bombardeando durante jornadas, voy describiendo caminos, senderos y muchas veces me voy por lugares insospechados, como si mi subconsciente guardara una bifurcación que no había visto antes.
            Durante las horas de no escritura suelo pensar en el conjunto de la novela, en el final, en escenas puntuales a las que acompaño con una música concreta y las asocio sentimentalmente a esos acordes. Siempre tengo claro el principio y el final, pero lo de en medio va surgiendo a medida que escribo, es como si mi creatividad poseyera una brizna de magia que me ayudara a centrar las ideas que revolotean por ahí y lograra componer una trama lógica y medida.
            La verdad es que cuando me preguntan cómo lo hago no sé qué responder. Yo me documento, pienso, siento, me pongo música y hago solitarios, pero cunado me siento en mis lugares frente al teclado mi mente se evade a ese mundo paralelo donde las historias toman forma. Hay veces que acabo un capítulo y pienso: “¡pero si yo no quería que esto pasara todavía!”, sin embargo cuando lo integro a lo ya escrito me doy cuenta de que tiene sentido, de que esa escena allí cuadra, de que es necesaria y mejor que la que yo tenía pensada. ¡Así que la dejo!
            Muchas veces al escribir así debo ir atrás y retocar lo que ya había escrito para dar verosimilitud a la nueva idea. Y así va avanzando el manuscrito hasta que se convierte en una novela sólida y que a mí me llena de ilusión.
            ¡Mañana seguiré contándoos cosas! ¡Pasad un gran domingo!  

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Despertar en las montañas

10:02 Pat Casalà 2 Comments


            ¡Buenos días desde las montañas! Al fin he vuelto a subir a mi preciosa casa de La Cerdaña, hacía tanto tiempo que no veníamos que casi me había olvidado de la paz, la tranquilidad y el sosiego que me ofrecen estos muros cómplices de mis recuerdos.
            Estoy sentada en mi sillón, ante la chimenea, donde he logrado encender un magnífico fuego que crepita al son de las llamas danzantes que crean unas figuras sinuosas ante mis ojos. Fuera el día está despuntando, las cimas están nevadas y hace suficiente frío como para recibir de nuevo esos copos blanquecinos que mudan el paisaje y nos llevan hacia el invierno. Aunque hoy parece que el azul ganará al blanco de las nubes y que el sol va a lucir imperturbable en un cielo despejado.
            ¡Cómo me gusta respirar este silencio sacro que se escucha en este lugar! Es como si estar únicamente acompañada por el sonido de las llamas me llenara de inspiración y me transportara a una dimensión donde todos los problemas, los pensamientos recurrentes y los agobios diarios se quedaran anclados en un lugar recóndito.
            La verdad es que cuando estoy en Barcelona no soy consciente de lo mucho que echo de menos estos momentos de soledad y paz. Al despertarme tan pronto consigo bajar al salón yo sola, desayunar cuando el cielo todavía luce estrellas parpadeantes y encender la chimenea mientras mi familia duerme en su cama.
            Hoy me he quedado durante un buen rato observando las llamas, descubriendo su movimiento, hechizándome con su color y su danza. ¡Hacía un frío ayer por la noche cuando llegamos! El termómetro exterior marcaba un grado y el interior doce. ¡Suerte de los nórdicos de pluma de oca que compramos! ¡Y de las bolsas de agua caliente!
            Cuando llegamos siempre es de noche. La calefacción normalmente lleva un par de horas encendida, pero nunca es suficiente para conseguir una temperatura óptima, así que no nos queda otro remedio que buscar soluciones para meternos en la cama y no congelarnos.
            Una vez, hace años, una amiga nos explicó que ella usaba las típicas bolsas de agua caliente para deshumedecer las sábanas que habían estado expuestas al frío. ¡Y lo probamos! ¡Y funciona a las mil maravillas! Mientras deshacemos la maleta llenamos las camas con varias bolsas de agua caliente. Y cuando nos metemos en la cama las sábanas están calentitas y encima podemos abrazarnos a las bolsas y conseguir subir la temperatura de las manos y los pies.
            Además nos tapamos con dos nórdicos: el fino, que es el que luego se queda cuando la casa ya está cálida, y el de pluma de oca que nos ofrece un calor perfecto mientras la calefacción va subiendo la temperatura ambiental.
             ¡Una de las mejores compras que hicimos fue nuestra súper chimenea! ¡Es increíble cómo calienta! Es de una marca llamada Austroflamm, de origen nórdico y con una potencia increíble. Este tipo de “estufas nórdicas” es lo que se utiliza en los países más fríos de Europa para calentar las casas. ¡Cuando la enciendes en pocas horas ha conseguido subir tres o cuatro grados la temperatura ambiental!
            Mientras voy escribiendo esta entrada mi mente va desenredando varios pensamientos sobre lo magnífico que será este día. ¡Tenemos tantas cosas que hacer! Espero tener tiempo de ir al banco de la carretera a colgar el post en el blog… ¡Sino lo haré desde el coche, cuando crucemos a España!
            Hoy tenemos previsto sacar los forfaits de temporada del Puigmal. ¡Llevamos tantos años esquiando allí que me conozco la estación de memoria! ¡Casi os podría describir cada uno de los árboles y bajar las pistas con los ojos cerrados!  Es una estación pequeñita, muy familiar y un tanto desfasada en remontes, pero muy cómoda porque la tenemos a veinte minutos de casa, no suele haber demasiada gente y si vamos a primera hora aparcamos justo delante.
            Gracias a mi cabeza, esa que me despierta cada día a las seis, en invierno nos despertamos prontito y a las nueve en punto cogemos el primer telesilla de la mañana. ¡De nueve a once es una gozada! Las quitanieves han allanado las pistas y no hay nadie, bajamos prácticamente solos con una nieve perfecta. ¡Esas bajadas bien valen el madrugón!
            ¡Qué ganas tengo de esquiar! ¡Es un deporte que te ofrece tantas cosas maravillosas! A parte de disfrutar de la familia, a los cuatro nos encanta esquiar y es algo que hacemos juntos, también entras en comunión con la naturaleza, tienes muchos instantes de soledad en los telearrastres para pensar y sentir y puedes deslizarte con libertad por un lugar plagado de árboles, vistas y, en el Puigmal, poca gente. ¡Allí nació la idea de La Baraja! ¡Una mañana de semana santa subiendo por un telearrastre!
            ¡Os deseo un día genial!!!!
              

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Sueños, alegrías y anhelos

7:27 Pat Casalà 7 Comments


            ¡Buenos y preciosos días a todos y a todas! Sigo sin ver el día que hará, la ventana está muy oscura, es muy pronto y no puedo intuir qué decidirá el cielo para la jornada de hoy, ¡pero espero que el sol siga luciendo en el cielo!
            Han pasado ya tres días desde mi mail a Màrius Serra, así que quizás no me responda y la entrevista se quede en agua de borrajas, pero todo y así me hizo ilusión conocerlo y saber que lo intenté. Una de mis mayores ilusiones es conocer las costumbres, las formas de escribir, la manera de encarar la narración, de utilizar la imaginación, de sentir y de motivarse de otros escritores.
            Gracias al blog y al Facebook he conseguido contactar con muchos inéditos y otros tantos publicados que me han descrito su forma de escribir. Con algunos me he sentido reflejada, como con María Martínez del blog de Anxana, que cuando leo sus hábitos a la hora de escribir o su manera de afrontar la vida parece que me mire en un espejo y vea mi propio reflejo en otra cara.
            ¡Desde pequeñita desee conocer a otros como yo! Pensad que una niña con mi imaginación era un tanto rara. Había momentos en los que mis mundos imaginarios eran tan intensos que traspasaban la barrera de la realidad y se convertían en mis compañeros de viaje.
            La verdad es que el hándicap de mi disortografía jugó un papel muy importante a la hora de tragarme las creaciones y no permitir que nadie las conociera. Escribía para mí sola, en una libreta secreta, sin decírselo a nadie ni atreverme a mostrar aquellos escritos que plasmaban lugares imaginarios, historias inventadas y los desvelos que sentía.
            Cuando a los quince años escuché por enésima vez de labios de mi profesora de segundo de BUP que debía renunciar a todas las carreras de letras, que yo no podría jamás ser escritora y que debía dedicarme a las matemáticas, que se me daban muy bien, quemé todas las libretas menos dos que se habían quedado escondidas en un cajón y que rescaté de allí el día en el que embalé mis cosas para casarme e irme a mi nuevo hogar.
            En esa época deseé tantas y tantas veces hablar con alguien que sintiera esa fuerza creativa tan fuerte que me asolaba, que me vapuleaba con ideas, fragmentos, personajes y emociones diversas. Era una necesidad vital, una frustración que se había quedado enredada en mi interior y que durante los años venideros fue luchando para ganar terreno poco a poco.
            Estudié económicas y me especialicé en contabilidad. En mis ratos libres seguía tejiendo historias en mi mente, pero abandoné el hábito de escribirlas, tenía un trauma, una sensación de no ser capaz nunca de escribir sin faltas de ortografía y con una letra legible. ¡Pero las vocaciones no se pueden arrinconar para siempre!
            Cuando nacieron mis dos hijos y cumplí los veintinueve me sentía vacía, sin metas profesionales que me llenaran lo suficiente como para batallar en el mundo de las empresas. Sabía que mi sueño todavía latía en mi interior como un ascua que podía prender en cualquier momento. Y decidí intentarlo, estudiar durante un tiempo la ortografía que se me había resistido, aprender todo aquello que me faltaba y sentarme delante de un ordenador a ver si era capaz de hilvanar una novela.
            De ahí surgieron tres manuscritos en dos años y medio. Fue una experiencia catártica, extraña, intensa. Dejé de comer, de dormir, de vivir mi presente, de sentir lo que sucedía a mi alrededor para pasarme todas las horas libres permitiendo que esas cosquillas que se instauraban en el estómago llenaran los folios y eclosionaran en los capítulos, los personajes, los mundos paralelos. ¡Fue como si la frustración creativa que había anidado en mi interior durante años se desatara como un ciclón que arrasaba todo lo que encontraba a su paso!
            El lunes empiezo a trabajar muchas más horas de las actuales, en tres empresas en vez de dos y con una implicación mayor en los temas contables y fiscales. Por un lado estoy entusiasmada, ¡encontrar un trabajo en el que te valoren con los tiempos que corren es un éxito! Y además, como mi jefe va a ser el mismo en las tres empresas y es un jefe fantástico, me siento muy afortunada. Pero por el otro siento que mi sueño se desvanece y se diluye en mi otra vida. Y no sé, es como si en el fondo pensara que nunca dejaré de escribir, pero que tampoco cumpliré mi sueño.
            Mi horario de trabajo va a empezar a las ocho de la mañana, así que no sé con certeza si me va a dar tiempo de colgaros la entrada antes de irme, pero lo intentaré. Si no lo logro reubicaremos la hora de escritura diaria, ¿OK?
            ¡Os deseo un día fantástico!!!

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La historia de Ignacio (la trama 37)

7:47 Pat Casalà 4 Comments


          ¡Buenos días! Hoy es tan pronto que apenas puedo distinguir si hay sol, nubes o niebla. ¡Desde la ventana sólo veo oscuridad! Así que no puedo predecir si el día será bueno o malo. ¡Sorpresa, sorpresa!
            Ayer os conté algo importante para mí y compartí con vosotros mi encuentro con Màrius Serra. Le envié un mail el martes, pero todavía no me ha contestado, así que ya os informaré acerca de si puedo o no realizar esa entrevista que tanta ilusión me hace. ¡De todas maneras estoy contenta de haberle conocido!
            Os prometí un trocito más de Los Cofres del Saber, ¡así que ahí voy!
            …Durante una media hora Ignacio me resumió la historia de los prigenios, sus experimentos, sus visiones y su decisión de encriptar el saber de la evolución en cuatro cofres que repartieron entre las cuatro familias de guardianes.
            -Y tu familia es una descendiente directa de uno de esos cuatro prigenios  -me dijo al final-. Una de las más poderosas.
            -¿Quieres decir que mi padre lo sabía? -exclamé un tanto alterada- ¿Era el guardián de uno de los cofres? ¿Y fue capaz de exterminar a los que han nacido con un adelanto genético? -Le miré horrorizada-. ¿Quieres decir que mi padre era un asesino?
            Ignacio suavizó un poco la expresión tensa de su cara para componer una sonrisa de ánimo.
            -No, Sara, tu padre no era ningún asesino, él fue capaz de ver más allá de las ideas de los prigenios y decidió dejar vivir a algunos como yo.
            Esa última afirmación me cayó como un jarro de agua fría.
            -¿Qué? -grité con un signo de exclamación pintado en mi cara-. ¿Qué quieres decir con alguien como tú? ¿Acaso tienes esos adelantos evolutivos? ¿Eres distinto? ¿Tienes poderes?
            La mirada de Ignacio se ensombreció un instante.
            -Desde pequeño sé que soy distinto -admitió-. ¿Nunca te extrañó esa conexión que poseíamos? ¿Y esa capacidad de hablar entre nosotros sin necesidad de palabras? ¿Y mi obsesión con el fuego?
            No sabía qué contestarle porque sí que alguna vez le había dado vueltas a esas extrañezas, pero siempre había concluido que teníamos una química especial.   
            -¿Y por qué te fuiste? -le pregunté con un dolor sordo en el corazón al recordar su deserción-. ¿Por qué huiste si mi padre te perdonó la vida?
            El mago me dirigió una mueca de contrariedad, como si exponer verbalmente lo que sucedió fuera una agonía para él.
            -Fue para protegernos a ambos y a todos los que me importan. -Apretó los labios y suspiró-. Tu padre me descubrió muy pronto, cuando yo era apenas un crío, ¡fue él quien me enseñó a utilizar correctamente algunos de mis poderes! Pero cuando fui creciendo y uniéndome tanto a ti temió por la vida de ambos. Y cuando pasó lo del incendio…
            Pude leer en su cara un dolor infinito al recordar un episodio que le había dejado una huella imborrable en el corazón.
            -¿El incendio en casa de tus padres? -indagué.
            Asintió con la cabeza sin rebajar ni un ápice la agonía de su cara.
            -¡Fue tan extraño! -Una única y cristalina lágrima se deslizó sinuosa por su mejilla-. Yo estaba durmiendo en la cama cuando escuché unos cuchicheos en la mente. Eran como un eco lejano de unas voces de hombre y de mujer. Hablaban en un idioma extraño que no lograba entender, pero se colaron por mi cabeza como si quisieran llenarla con sus maldades.
            Se calló unos instantes para reprimir las lágrimas que le humedecían los ojos.
            -Los vi trajinar en una cocina, encender el fuego y abrir la bombona de gas. ¡Era tan real! ¡Fue como si estuvieran delante de mis ojos encendiendo un fuego! Y cuándo escuché los gritos de la familia que se estaba quemando en el piso de arriba, cuando vi las llamas devorar el salón, la cocina, las escaleras,… ¡No me di cuenta de que yo también estaba de pie en la cocina de mi casa! ¡De que yo también había encendido un fuego! ¡De que mi casa también estaba ardiendo! ¡De que acababa de encender un fuego que podía costarles la vida  a mis padres y a mi hermana!
            Se derrumbó llorando desconsolado. Por suerte ningún miembro de su familia salió herido de ese incendio, pero a partir de ese momento Ignacio se pasó la vida huyendo, protegiendo a los suyos sintiéndose una arma de destrucción…

            ¿Qué os ha parecido? ¡Pasad un buen día!
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Investigación médica, adelantos y Màrius Serra

7:57 Pat Casalà 3 Comments


            ¡Buenos días! Yas sé que en la entrada de ayer me comprometí a seguir un poquito con Los Cofres del Saber, pero me gustaría posponerlo hasta mañana para explicaros un día interesante y con novedades (os adelanto que no son novedades editoriales).
            Ayer una de las empresas en las que trabajo organizó un acto súper importante en el Cosmocaixa de Barcelona. Nunca os he comentado que es interesantísimo trabajar para un grupo investigador que busca soluciones a nivel materno-fetal. Es un grupo liderado por el doctor Eduard Gratacós, un gran investigador y un médico eminente que incluso logró operar un corazón de forma intrauterina (dentro de la barriga de la madre).
            Ayer presentaban el descubrimiento de los biomarcadores para el diagnóstico precoz del daño cerebral. Es un gran logro que en pocos años podría ayudar a la aplicación de estrategias de prevención para evitar problemas de futuro desarrollo. ¿Increíble no?
            La verdad es que trabajar en un lugar así te hace ver la vida de otra manera, porque gracias al dinero que se está invirtiendo en la investigación médica se podrá ayudar a muchos niños en el futuro. ¡Y eso es impagable! No en vano el lema de la  Organización Mundial de la Salud es: “No helth without Research” (no hay salud sin investigación).
            El acto pretendía también acercar un poco las posturas entre las familias con hijos aquejados de parálisis cerebral y las de los médicos para intentar evitar que convivan en dos esferas separadas. ¡Sin interacción entre ambos no se podría tirar hacia delante!
            El doctor Eduard Gratacós explicó la intención de crear foros, asociaciones y Webs donde los padres puedan ayudarse unos a otros, consultarse y crear un grupo de queja para conseguir mayores ayudas y mayor atención para sus hijos. ¡Fue muy interesante! He de decir que la financiación del proyecto corre a cuenta de la Fundació La Caixa, ¡ayer me reconcilié un poco con los bancos!
            De toda la charla que pude escuchar una de las cosas que me llamó la atención fue la mención de que la mayor arma de concienciación social que tenemos en Cataluña es La Marató de TV3. ¡Pues vamos apañados! ¡Ese trabajo corresponde al ministerio de salud y a los responsables de ese campo! ¡No a un programa de televisión!
            Bueno, la verdad es que no pude escuchar todo lo que me hubiera gustado, estaba trabajando y mi labor consistía la de recibir a la prensa y a los invitados en la puerta del Cosmocaixa para indicarles donde debían ir. ¡Y mi misión más importante era la de esperar a Màrius Serra y explicarle cuál iba a ser su intervención!
            ¿Os podéis imaginar la ilusión que me hizo? ¡Yo adoro sus crucigramas! ¡Y admiro el que haya logrado vivir de su escritura! Y también siempre lo he encontrado un luchador. Perder a un hijo a los nueve años me parece algo muy duro y difícil de superar, por eso cuando leí “Quiet”, el libro que nos relata de manera bastante fidedigna los años de vida de su hijo Llullu, apodo cariñoso de Lluís, pensé que era una persona con una fuerza y una energía interior muy loable.
            Ayer lo esperé durante más de tres cuartos de hora apostada ante la puerta de entrada, con los nervios a flor de piel, pensando internamente si le podía pedir una entrevista para este blosg, una entrevista donde preguntarle por sus manías a la hora de escribir, sus motivaciones, sus anhelos, la manera en la que llegó a convertirse en lo que es hoy. ¡Tengo tantas preguntas!
            Pero cuando a las 12.40 me dijeron que había venido por otro camino y que ya estaba en la sala se me cayó el alma a los pies. ¡Había perdido mi oportunidad! Me fui corriendo a la sala donde estaban acabando el debate y escuché una parte del discurso de Màrius Serra, aunque tuve que salir en momentos puntuales para atender a algunas cuestiones del evento que me solicitó mi jefe. ¡Un gran jefe! Uno que siempre nos llama para agradecernos nuestra implicación en los actos y en el trabajo. ¡Qué suerte tengo de trabajar con él!
            Pues bien, me quedé un tanto triste, pero mis compañeros de trabajo, ¡otros que son increíbles!, me animaron durante el catering para que me acercara al escritor. Yo soy extrovertida, pero me temblaban las piernas cuando me acerqué, me presenté, le di mi enhorabuena por su discurso y le expliqué lo del blog, lo de las novelas y mi ilusión por hacerle una entrevista. ¡Y me dio su mail! ¡Espero con ansia que me responda a las palabras que le envié por la tarde! ¡A ver si puedo hacerle la entrevista!
            Bueno, os dejo aquí, ¡que hoy me he pasado de largo!!!! ¡Me encantaría que si alguien tiene alguna pregunta para sumar a las mías me la hiciera llegar!
            ¡Feliz día!
     
           PD. Si queréis saber más de dónde trabajo pinchad en este enlace:  

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¿Reedificamos?

8:18 Pat Casalà 0 Comments


              ¡Buenos días!!! Puaf, os pongo buenos para decir algo, pero no hay manera de que el sol se digne a reinar en el cielo y a iluminar el día que sigue gris, apagado, apático y con muchas ganas de llorar encima nuestro.
            Ayer me desvié un poco de la costumbre de buscar nuestra propia luz y de dibujar un mundo de colores que nos acompañe en la búsqueda de la felicidad y de la ilusión de levantarse cada mañana, aunque he de admitir que exorcizar los sentimientos tristes muchas veces es una terapia milagrosa.
            Hoy me he levantado dispuesta a erigir unos nuevos castillos a base de tesón, ilusión y fantasía. ¡Y si algún día se derrumban, pues mala suerte! ¿A quién hacemos daño imaginando un mundo ideal? Mientras esas edificaciones con las que revestimos nuestras esperanzas no atenten contra el bienestar de nadie somos libres de crear, creer y soñar.
            La mejor manera de superar un día funesto es encararse con todo aquello que te desestabiliza. ¡Y eso hice yo ayer! ¡Y ahora mi sonrisa está iluminada por la energía de reedificar sin desmoronarme!
            Caminar por la senda de la vida es algo mágico y genial, un ejercicio diario que todos compartimos y que todos intentamos recorrer con la mayor alegría posible. Y sí, hay momentos bajos, instantes en los que parece que todos los cimientos que sustentan nuestras esperanzas se remuevan entre arenas movedizas, pero al día siguiente todos somos capaces de solidificar el pavimento y de fundar una nueva base para que nuestros castillos se eleven en el aire y nos muestren una realidad multicolor.
            Para mí los pilones principales que constituyen los edificios de mi ilusión están compuestos por palabras, frases, movimientos, acordes e instantes con mi familia. Si algún día me quedara sin un folio donde poder expresarme, sin una música que poder seguir con mi cuerpo, sin una sonrisa de los míos o sin la capacidad de imaginar me quedaría yerma, pero como sigo teniéndolo todo a mi alrededor, voy a volver a creer que todo es posible y, sobre todo, a sonreír.
            Os voy a contar cómo me enfrento a la melancolía. Me encanta buscar baladas antiguas que me sepa de memoria para reproducirlas un tanto altas de volumen. Cuando los acordes inundan el espacio y las frases cobran sentido, las voy cantando en voz alta, con los ojos cerrados, permitiendo que el poder hipnótico de la melodía se funda con mis emociones y vaya serenando mi espíritu.
            En ese instante, cuando siento la vibración de las notas en mi interior, todo desaparece, el mundo real se desvanece entre las edificaciones paralelas que voy tejiendo con mi imaginación, y logro alcanzar todas aquellas metas que me había trazado en algún momento. ¡Las siento tan reales que a veces incluso lloro de felicidad!
            Sí, es cierto, puede parecer un poco friki, pero funciona. Es genial, es como un chute de felicidad directa al cerebro, como si todos los sueños almacenados en mi interior fueran reales y por unos momentos los pudiera vivir. ¡Y luego me siento revitalizada! Creo que es una buena terapia.
            También utilizo ese método cuando me encallo con un personaje o con una escena o con una idea. Al buscar una música que exude los sentimientos necesarios para avanzar en la narración encuentro las pistas para desencallar lo que se ha bloqueado. ¡Y entonces la historia vuelve a fluir con facilidad!
            Bueno, ¡me voy a trabajar! Mañana retomaremos la trama de Sara e Ignacio, ¿OK?
            ¡Pasad un día genial!

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Derrumbando castillos

7:37 Pat Casalà 4 Comments


            ¡Buenos días! Empieza otra semana más que nos acerca al final de noviembre sin que hayamos tenido tiempo de sentir demasiado frío ni de vivir con intensidad el otoño, aunque las temperaturas parecen empezar su descenso y prepararse para rebajar algunos grados en los termómetros.
            Hay momentos en la vida que te sirven para entender cuán equivocada estabas respecto a algo. Al principio reconocer tu error te duele y te deja un tanto bajo durante un tiempo, pero a medida que se suceden los días y vas asimilando la verdad reubicas tus certezas y vuelves a caminar por la vida con una nueva visión de la realidad que te envuelve, una visión más realista y cierta.
            Un pequeño gesto, una simple palabra, un solo comentario, una decisión, una mirada,… ¡Cualquier cosa puede contener una pista para que tus sentimientos se revelen y te asesten un puñetazo directo al corazón! Esa pista contiene la luz que te ha estado negada y te ilumina la verdad que se esconde en tu ceguera.
            Este fin de semana yo he tenido una de esas revelaciones, algo que me ha hecho reflexionar muchísimo acerca de uno de mis convencimientos, uno de aquellos que te da fuerza e ilusión y que te duele perder, pero que en realidad es una insignificancia que no debería influir para nada en tu felicidad.
            Aunque sé que con el tiempo todo se va asentando en su lugar, que las cosas volverán a caminar por su cauce, que es absurdo darle importancia a algo que no la tiene  y que esta sensación de pérdida que ahora tengo se irá mitigando hasta que una nueva ilusión ocupe su lugar, eso no rebaja la tristeza de descubrir tu error.
            ¡Es increíble cómo un simple hecho puede cambiar nuestras percepciones! ¡Cómo una simple palabra puede descubrir el interior de una verdad que tú mantenías con capas de credibilidad! ¡Cómo algo que a los demás les parece banal puede convertirse en un arma afilada par ti!
             Y es que muchas veces pecamos de crear mundos imaginarios alrededor de una realidad y la revestimos con nuestras propias fantasías, dotándola de una fuerza inexistente, de unas cualidades no reales y de unas creencias que nos ayudan a caminar con la cabeza bien alta y la autoestima elevada.
            Con estas palabras no quiero dar a entender que esté deprimida ni en horas bajas ni nada parecido, sólo que a veces nos hemos de enfrentar con nuestros sentimientos y lidiar con los reveses absurdos que te asesta la vida, así como sacar el velo a aquello que nos impulsa a avanzar sin ver con claridad los muros que nos rodean.
            Sé que en un par de días esta sensación habrá dejado paso a una nueva energía y que pronto recuperaré la sonrisa perdida, que es sólo una situación que me ha tocado la fibra sensible y que no deja de ser una cosa insignificante, pero eso no quita que ahora la sienta y la vislumbre.
            Esa capacidad para sentir de una manera tan intensa lo bueno y lo malo que me sucede suele ser una parte necesaria en mi escritura, algo que me ayuda a ponerme en situación cuando a los personajes les sobreviene algo tan increíble que sus reacciones han de estar a la altura, así que debo agradecer a mis emociones que me regalen estos momentos para poder aprovecharlos en mi creatividad.
            En realidad estoy segura de que todos habéis sentido en algún momento lo que os he descrito y que a veces ha sido por algo tan absurdo y sin sentido que para los demás no significa nada, pero que a vosotros os resultaba muy importante. Y lo peor de reconocer nuestro error es darnos cuenta de que todo ha sido culpa nuestra, por crear castillos en el aire, por creer lo que deseábamos, por no ser conscientes de la realidad que nos rodea y permitir que la fantasía llenara los huecos de nuestra imaginación.
            Así que hoy me he levantado con la intención de dejar atrás la apatía y de retomar la escritura que he olvidado para centrarme en ver de un tirón varios capítulos de Fringe, ¡es una buena manera de mitigar los sentimientos adversos!
            ¡Así que os prometo pasarme el día sonriendo! ¿Me vais a pagar con la misma moneda?
            ¡Pasad un gran día!

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10.000 gracias y la maratón

9:19 Pat Casalà 6 Comments

          ¡Buenos días!!! Hoy hay tantas cosas que me rondan por la cabeza que no sé si voy a ser capaz de ordenarlas de una manera coherente. ¡Pero lo voy a intentar!
          Primero quiero mencionar algo que me ha hecho inmensamente feliz: ¡el blog ha alcanzado las 10.000 visitas! Nunca me había imaginado la posibilidad de conseguir esa cifra tan rápido y os estaré eternamente agradecida por continuar leyendo mis desvelos matutinos.
          Empecé el blog en un momento muy bajo, anímicamente hablando, Estaba cansada de luchar, de escribir, de corregir una y otra vez las novelas para no avanzar y necesitaba un medio donde dejar fluir esas frustraciones y rebajarles importancia. Cree La Aventura de Crear Mundos Paralelos una tarde de finales de marzo, sin mucha convicción en lo que hacía.
        Durante dos semanas lo abandoné, era incapaz de sentarme delante del ordenador para escribir, pero el 10 de abril me hice una promesa a mí misma, una de aquellas que no puedes eludir: decidí intentarlo, escribir algo cada día, despertarme más pronto de lo habitual y buscar un tema para plasmarlo en el folio en blanco. ¡Y siete meses después puedo presumir de haberla cumplido a rajatabla! Aunque hay algunas de las entradas del principio que borré porque eran demasiado funestas, incluso para recordatorio de la que no debo hacer.
          Pero todo esto no hubiera sido posible sin vuestras visitas, sin los comentarios que me dejáis, sin los “interesante” y “me encanta” que a veces clicáis, sin los mails de apoyo que recibo, las llamadas, los ánimos de palabra. ¡Así que diez mil gracias a todos y a cada uno de vosotros!
          ¡Espero seguir aporreando el teclado muchísimo tiempo y seguir recibiendo esas maravillosas visitas!
           Ayer fue la maratón de baile y aguanté como una jabata al pie del cañón las dos horas y media. ¡Fue genial! La verdad es que hubo momentos en los que necesité bajar el ritmo porque estaba exhausta, pero me encantó seguir las coreografías de los tres monitores sin detenerme más que a beber un poco de agua.
        ¡Me encanta bailar! Bueno, eso ya lo sabéis de sobra. Así que la experiencia fue magnífica, con muchas risas, muchos nervios y tesón para no abandonar el cuerpo de baile y beberme dos litros de agua de golpe.
         Empezamos más de cincuenta personas y acabamos algo menos de la mitad. Entre los descalificados y los que no aguantaban la clase se fue vaciando, así que al final tuvimos más espacio para bailar con soltura. ¡Fue genial!
          Y por la tarde me fui con mis hijos a ver Amanecer. ¡Qué cantidad de adolescentes chillonas había en el cine! La película no me gustó demasiado, era lenta y un poco sosa, pero ir a verla hizo feliz a los niños, que salieron entusiasmados.
            La noche ha sido un tanto movida, mi insomnio se ha empeñado en despertarme cada hora y en no dejarme dormir bien. ¡Hay tantas cosas que me rondan por la cabeza! Yo soy un tanto sentimental y cuando algo me llega muy dentro me cuesta mucho no darle vueltas. ¡Así que me ha sido imposible conciliar bien el sueño!
          Hoy me siento como el día: gris, apática y lluviosa, pero prometo dejar atrás esta larga noche mirando cómo los números del techo cambiaban y empezar a sonreír. ¡Si saliera el sol me ayudaría un poquito!!!!
            ¡Os deseo un feliz domingo a todos!!!

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¡A bailar toca!

8:28 Pat Casalà 2 Comments


            ¡Buenos días! ¡Llegó el día de la maratón de baile! ¡Y no las tengo todas conmigo! Aguantar dos horas y media bailando sin parar, sin equivocarse y con tanta gente en una misma clase… ¡Vamos a ser cincuenta en un espacio que normalmente ocupamos entre veinte y treinta personas! ¡A ver si chocamos todo el rato!
            La verdad es que a mí las competiciones no es que me encanten, prefiero bailar para pasarlo bien, así que me lo voy a tomar como una mañana divertida y diferente, sin el agobio de competir de verdad. Además, ¡lo divertido es moverse, no ganar!
            Han explicado un poco las bases de la maratón: si te paras a beber agua sólo puedes dejar la pista durante 30 segundos (¡voy a dejar la botella a tres pasos de mi posición!), durante la primera hora todos bailamos sin descalificaciones, a partir de la segunda quien se pare demasiado, no siga los pasos, no sonría o baje demasiado el ritmo “abandona” la pista de baile.
            ¡Qué nervios! ¿Cuánto voy a aguantar? ¿Cuándo me van a descalificar? ¡Las bases del concurso dicen que sólo puede quedar una! Jajajaja, ¿os imagináis lo difícil que debe ser quedarse sola ante el peligro?
            Bueno, mañana os cuento la experiencia, de momento estoy reuniendo fuerzas para enfrentarme a lo que viene: cincuenta mujeres y tres profesores en la sala de baile, con mucho calor, mucho ritmo, muchas risas y muchas ganas de bailar.
            Lo que más me gustó de las bases fue saber que te piden una sonrisa mientras bailas. ¡Eso es genial! ¡Es como una extensión de mis globos sonda! ¡Vamos a pasarlo bien! ¡A bailar y reír! ¿Qué gracia tiene la vida si no buscas tus sonrisas?
            El baile forma parte de mí, igual que las novelas y mi familia y mi trabajo y tantísimas cosas que la lista no cabría ni en un millón de posts. ¡La vida me ofrece tantas cosas maravillosas! Por eso intento no renunciar a nada y a veces voy a quinientos por hora, pero vale la pena.
            ¿Habéis probado alguna vez que estáis tristes poneros una buena música y permitir que vuestro cuerpo realice movimientos siguiendo los acordes? ¡Es la mejor manera de dejar que la energía fluya y os revitalice! Muchas veces, cuando estoy sola en casa bailo, canto y me muevo, ¡incluso cuando cocino me gusta seguir el ritmo imaginario de la música!
            Cuando era pequeña me pasaba todas las tardes bailando delante de la pared-espejo de mi casa. Mis padres habían convertido toda una pared del salón en un espejo gigante y yo ponía la música a todo volumen y cantaba y bailaba como si estuviera en una clase solitaria. ¡Me lo pasaba tan bien!
            Bueno, para ser sincera luego tuve una fase un poco oscura… ¡Me gustaba gravarme mientras cantaba con un micro! ¡Y tengo una entonación malísima!!! Ya os podéis imaginar cómo sonaba de mal cuando les hacía escuchar las cintas a mi familia. ¡Mi prima pequeña muchas veces me lo recuerda! ¡Lo hacía fatal!
            Así que como veis mi vena artística ya viene desde pequeñita, aunque siempre bailaba a solas en el salón y no me gustaba que hubiera público, ¡era una actividad privada!
            Y la parte creativa de la escritura también ha estado pegada a mí desde pequeñita, ¡casi he de decir que demasiado pegada! Había veces que no lograba distinguir la realidad de la ficción,… ¡Pero eso ya es otra historia!
            Ahora lo único que debo pensar es en ir a bailar y pasarlo bien.
            ¡Feliz sábado! 
            

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¡Llegó el viernes!

7:47 Pat Casalà 3 Comments


         ¡Buenos días! Dejamos atrás una semana más. ¡Parece mentira lo rápido que avanza el tiempo! ¡No te das cuenta y ya vuelve a ser viernes!
           Este fin de semana se presenta interesante: el sábado la maratón de baile y el domingo las elecciones. ¡Si cómo mínimo sirvieran de algo! Pero no os alarméis, no os voy a dar otra charla acerca de la situación del país.
            He reflexionado mucho sobre lo difícil que resulta llegar al público con los escritos. Incluso el blog, con una media de 58 visitas diarias, no deja de ser una pequeñísima parte de la gran red con la que hoy en día nos comunicamos.
            ¡Si cuando yo era pequeña no existían ni los teléfonos móviles! ¡Y teníamos un solo canal de televisión! ¡Y encima era en blanco y negro! Ahora el que no tiene el WhatApp no es nada y vemos a chiquillos con unos aparatos que tiran de espaldas y mis hijos no sabrían vivir sin los ordenadores, las maquinitas y los móviles.
            Los avances tecnológicos son alucinantes, nos hacen la vida más fácil y nos ayudan en muchísimas áreas de nuestro trabajo, ¿pero hasta qué punto han cambiado la mentalidad de los humanos? ¿Es beneficioso para ellos?
            En muchos casos la tecnología crea a personas sedentarias, sin intereses ajenos a la pantalla, sin deseos de salir al aire libre y contemplar la naturaleza. Y no debemos perder de vista que nuestro entorno forma parte de nosotros y lo necesitamos para seguir caminando por la Tierra.
            ¿Quién no se ha enganchado alguna vez a algún juego Online y se ha visto inmerso en una oleada de ilusión? Lo mío con el Farmville fue increíble, era una época un tanto funesta para mí. Me quedé sin trabajo y no encontraba ninguno, por no tener, no tenía ni entrevistas.
            Quizás por eso me obsesioné tanto con la publicación de las novelas, era como si necesitara encontrarle un sentido a seguir caminando por la vida, como si el anhelo de conseguir una profesión me pudiera sacar la angustia de levantarme cada mañana sin nada productivo que hacer.
            Un día descubrí el Farmville. Estaba tan angustiada que incluso las novelas se resentían, porque no era capaz de escribir nada coherente ni de encontrar la inspiración perdida en los recovecos de la ansiedad. Y abrí esa granja y empecé a jugar. ¡Era muy divertido! Tenías que sembrar, recoger la cosecha, ordeñar a las vacas, recoger el fruto de los árboles…
            Entonces vino cuando la necesidad de tener vecinos hizo que entre unas amigas creáramos un grupo para ir admitiendo a aquellos amigos de cada una de nosotras que jugaran y quisieran ser nuestros vecinos de granja. ¡Qué divertido fue! Primero vinieron las cenas, luego las muro-party, luego los miles de bonos y regalos entre nosotros y luego el agobio. Y es que llegó un punto en el que el juego te absorbía tanto que empezamos a cansarnos.
            Ahora ha quedado un grupo de unas doce extranjeras y un extranjero que nos vemos tres o cuatro veces al año y nos reímos recordando aquellos tiempos. Así que gracias a la tecnología conseguí pasar ese año y ocho meses sin trabajo con algo entretenido en lo que pensar.
            He de decir en mi defensa que además del Farmville también ocupé mi tiempo en salir al parque con el ordenador cada mañana y escribir una horita o dos al sol, a ir al gimnasio y a hacer muchas cosas más. ¡Creo que el contacto con la naturaleza es importante! Y por eso siempre busco una brizna de sol para recargar las pilas, o me siento en un banco y observo cómo pasa la gente, cómo el viento empuja las hojas, cómo son los colores de la estación.
            Ahora, por suerte, llevo ya diez meses trabajando y estoy mucho más feliz. Aunque el sueño de publicar me acompañará mientras viva, ya no es una necesidad vital que me agobia. He cambiado el Farmville por el blog, me levanto pronto para no faltar a la cita con las palabras y me voy a trabajar contenta e ilusionada. Y, aunque me cueste encontrar tiempo para la escritura y el baile, prefiero pasarme todo el día corriendo que renunciar a lo que me hace sonreír.
            ¡Pasad un gran día!!!!!

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Ignacio se despierta... ¡La trama 36!

8:05 Pat Casalà 4 Comments


            ¡Buenos días!!! Ayer tuve una agradable y divertida cena con el grupo de amigas y amigo que creamos en su día cuando jugábamos al famoso Farmville. ¡Es increíble lo que hace la red a la hora de crear vínculos de amistad entre personas que antes eran desconocidas!
            En las primeras cenas apenas nos conocíamos entre nosotros e íbamos mirándonos a la cara para intentar ubicarla en las fotos de perfil del Facebook con las que jugábamos y chateábamos con bastante asiduidad.
            Ahora ya somos ex granjeros, hemos abandonado el juego, pero persiste la amistad y la costumbre de reunirnos para cenar una vez cada tres o cuatro meses. ¡Y es increíble cuando recordamos las primeras cenas! ¡Y los primeros pasos en el juego! ¡Qué bien que sigamos en contacto!
            Bien, ayer M. me pidió que continuara un poquito con la trama de nuestro relato, así que allí voy:
            …Las palabras que mi padre me susurró en su lecho de muerte habían abierto una brecha en mis pensamientos. ¿Acaso el reencuentro con Ignacio era de lo que hablaba? ¿La carta desaparecida contenía la estela de lo que fue mi padre? ¿Qué fue mi padre?
            Ignacio continuaba estirado en el suelo, aunque su rostro había recuperado un poco el color. Respiraba con mayor fluidez y su cuerpo ya no mostraba esa flacidez extrema que tanto me había asustado al principio. Yo me había apoyado contra la pared, había levantado las rodillas y había escondido la cabeza entre ellas mientras me abrazaba las piernas con fiereza.
            Temblaba de angustia, frío y desesperación. Sentía cómo las preguntas sin respuesta me ametrallaban la mente a la vez que los recuerdos de lo sucedido no cejaban en el empeño de repetirse en mi mente. ¿Qué estaba pasando?
            -¿Sara? –El susurro ahogado de Ignacio me sobresaltó-. ¿Estás bien?
            Mi amigo se incorporó despacio, como si sus articulaciones estuvieran un tanto oxidadas y le costara recuperar la movilidad. Se apoyó con los codos en el suelo y levantó el torso. Había gotas de sudor en su cara y tenía la mirada un tanto enrojecida, como si un cansancio extremo lo hubiera atrapado.
            -¡Ignacio! -Corrí a su lado y me abalancé sobre él, abrazándolo con fuerza-. ¡Oh, Ignacio! ¡No sabía qué pensar! ¡No sabía si te ibas a despertar! ¡Ni si debía llamar a un médico! ¡No sabía qué hacer! -El llanto que se había quedado enredado en mi interior esa última hora explosionó de repente-. ¿Qué está pasando? ¡No entiendo nada! ¡Desde que papá murió todo se ha vuelto oscuro y sin sentido!
            -Te lo contaré todo, pero primero ayúdame a levantarme.
             Ignacio aspiró una ingente cantidad de aire por la nariz y lo fue soltando por la boca lentamente. Le ayudé a levantarse y le rodeé por la cintura al descubrir su intención de caminar por el pasillo rumbo al salón que se abría al final.
            -¿Dónde estamos? -le pregunté-. ¿Por qué ese hombre ha entrado en mi cabeza?
            Nos sentamos en unos sofás de chinilla azul marino que formaban una L en un acogedor salón-comedor. Ignacio se mantuvo unos minutos callado, era como si no encontrara las palabras para compartir conmigo la realidad, como si le pesara el hecho de compartirla.
            -Yo conocía a tu padre -dijo al fin con una voz tensa y un tanto aguda-. Él era uno de los guardianes de los cofres, el que tenía en su poder el más importante, el que une la información de los otros tres y desvela el secreto de la evolución.
            Le miré de hito a hito con la boca extremadamente abierta y un signo de interrogación en mis cejas arqueadas.
            -¿De qué cofre hablas?
            Él apretó los puños y la cara, como si se negara a soltar esa verdad que yo empezaba a intuir, una verdad que iniciaría la una odisea estresante en la que nos iba a tocar vivir a partir de ese momento…
           
            Bueno, a ver esos comentarios….. ¡Feliz día!
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El regreso de las Musas

7:57 Pat Casalà 2 Comments


            ¡Buenos y enérgicos días! ¡Deberíamos buscar un remedio contra la apatía que producen los días grises de lluvia, porque parece que el clima se ha conjugado para no detenerse a la hora de arrojar el ímpetu de las nubes sobre el asfalto. ¡No os podéis ni imaginar cómo me mojé ayer en la moto! ¡Llegué a casa chorreando!
            Pero no hay mal que por bien no venga. Llevaba tantos meses sólo corrigiendo que casi había creído que mi inspiración se había escapado de mi interior y que no tenía deseos de volver. Por eso había releído una y otra vez lo escrito hasta la fecha de la novela que tengo entre manos (la continuación de la que envié a mi agente hace una semana).
            Ayer ya os conté todo el trabajo y las horas de dedicación que requiere la escritura de una novela, pero no mencioné que detrás de cualquier manuscrito también ha de existir una fuente de inspiración, un pensamiento recurrente que durante todo el día que vaya indagando en la trama escrita y en la que queda por escribir, que busque cabos sueltos, ideas para continuar, interrelaciones entre todas las tramas que coexisten en las hojas y que ahonde en los sentimientos de los personajes.
            Quizás lo más intenso de la creación sea esa necesidad de sentir las cosquillas en el estómago cada vez que se aporrea el teclado, ese puente que te acerca al mundo paralelo que describes y que muestra con una perfección casi absoluta a las personas que moran en él, ese ahogo que sientes cuando describes algo a una velocidad inferior a la de tus pensamientos y visualizaciones.
            Esas sensaciones y emociones te atrapan en sus redes de una manera colosal, son una extensión de tu día a día y se cuelan por los poros de tu piel para regalarte experiencias inéditas y excitantes, para someterte a una batidora de ideas, para acercarte a esa trama que estás tejiendo a base de inspiración, para acercarte tanto a tu otra dimensión que en momentos puntuales incluso se desvanece la realidad en la que vives.
            Es como un viaje al otro lado, como si hubieras cruzado ese puente que une la realidad y la ficción y pudieras deambular  por un lugar ajeno a tu vida, sentir otras emociones, probar cosas prohibidas, caminar entre fantasmas, adivinar el futuro, tocar bolas de cristal, descubrir una vida paralela, reescribir la historia de la humanidad,…
            El último año había perdido esa capacidad, se había diluido junto a la sensación de abatimiento que me acompañaba, como si tantos y tantos años de espera infructuosa hubieran agotado mis esperanzas. Por eso la corrección era una manera de evadir mis propios agobios. ¡Aunque la última fue un tanto estresante!
       Una vocación es algo que subyace de manera innata, que convive en nuestro interior con los pensamientos racionales y de lo que no se puede huir. Quizás el agotamiento puede destemplarte, pero nada puede ajar del todo aquella luz que te invita a crear una historia moldeando situaciones y personas como si trabajaras el barro, dibujarles emociones e instantes como si fueras un pintor, delimitarles las melodías de su esencia como si fueras un músico….
           Por eso mi inspiración ha vuelto, y espero que sea para quedarse, para que vuelva a sentir esa falta de aire cuando voy en la moto y mi cabeza se aleja de la circulación, cuando me despierto en mitad de la noche con una idea clara de un cabo suelto en un capitulo, cuando aporreo el teclado sin descanso.
           Y, contestando a varios correos, no renunciaría jamás a estas emociones tan intensas que me regalan algo tan mágico como intangible. Mientras escribo no paro de sonreír y cuando he terminado dos capítulos seguidos como ayer por la tarde, sin dudar apenas acerca del contenido, mi alegría es tanta que me cuesta incluso rebajar los latidos cardíacos. ¡Así que espero que las Musas decidan quedarse!
            Me encantaría que todos intentarais alguna vez conectar con vuestro yo creativo y experimentarais ese pico de ilusión que proporciona internarse en lugares lejanos e inalcanzables. ¡Es una gran terapia!
            ¡Pasad un gran y fabuloso día! 

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¿Qué hay detrás de una novela?

7:57 Pat Casalà 2 Comments


            ¡Buenos días! Bueno, es para no perder la costumbre, porque la lluvia parece emperrada en no perderse en el olvido y mojar cada rinconcito de la calle. ¿No podría llover por la noche y salir el sol por las mañanas? ¡Sería genial!
            Últimamente tengo la sensación de que todos aquellos sueños increíbles que me empujaban a escribir sin descanso se están diluyendo lentamente frente a otros que van ganando terreno lentamente en mi vida. Aunque no hay nada que me llene más que mis libros.
            Es curioso como algo tan pequeño puede convertirse en tan grande dentro de nuestros corazones, como podemos querer esos archivos del ordenador con tanta intensidad y que nos puedan despertar tantas emociones.
            Durante los últimos años he escuchado tantas veces si ya he conseguido publicar, que ha llegado un momento en el que casi ni explico mi afición a la escritura ni comparto esa parte de mi vida con demasiada gente. ¡Cuesta tanto admitir que a pesar del trabajo, el esfuerzo y el tiempo de dedicación los manuscritos siguen siendo unos archivos de Word!
            Recuerdo cuando un día me senté ante el ordenador y empecé a creer en mis posibilidades, en todo lo que estudié para vencer las barreras que me impedían deshacerme del yugo de la baja autoestima, en las horas de sueño perdidas mientras mi mente se internaba en mundos paralelos de manera frenética e intensa.
            Y también recuerdo con nostalgia esa idea de que una vez escrita la novela encontraría sola su camino hacia la estantería de una librería, de que lo más difícil era hilvanarla, crearla, llenarla de tramas y personajes con historias, angustias, ilusiones y anhelos.
            Ahora, cuando me preguntan por la escritura suelo decir que casi lo he dejado, que voy haciendo, pero que ya no sé si algún día se publicará algo. He perdido aquel fuelle primario, aquella energía que fluía de mi interior como un volcán en erupción, aquella capacidad para pasarme la jornada entera inmersa en los manuscritos.
            Mi vida también ha cambiado, he aprendido a no esperar con ansiedad a que sonara el teléfono, a que me llegara un correo importante, a que sucediera algo. Esa espera intranquila era lo que me amplificaba mi propia hiperactividad, lo que me hacía caminar por la vida con la sensación de que iba a llegar algo maravilloso y que debía esperarlo.
            En realidad, detrás de una obra publicada suele haber un trabajo largo y pesado. Aunque hay casos en los que no es así, hay gente que escribe un libro y consigue editorial enseguida, pero suelen ser una minoría.
            He leído muchísimo sobre el tema, me he empapado con miles de casos y he descubierto que muchos de los autores importantes y reconocidos picaron mucha piedra antes de editar su primer libro. Y también he ido entendiendo que casi todos los que comparten la inspiración para la palabra escrita viven los tiempos de espera con la misma intensidad y el mismo anhelo.
            Hoy en la entrada os quería hacer partícipes de lo que hay detrás de un libro publicado, de las miles de horas dedicadas a crear, a pensar, a escribir, a documentarse, a corregir, a pulir y a volver a corregir. ¡Todas esas horas bien valen el precio del libro! Pensad que yo llevo ocho años trabajando una media de cuatro horas al día en las novelas de lunes a domingo. ¡Y que hasta ahora lo único que he conseguido a cambio han sido algunas ilusiones y algunos disgustos!
            Para que una historia esté bien atada se necesita pensar constantemente en lo que has escrito hasta el momento, tener la trama anclada en la cabeza, transitar por la vida absorbiendo las sensaciones y las escenas que nos rodean y un esfuerzo mental considerable. ¡Y se debería reconocer ese esfuerzo!
            Lo cierto es que lo hago porque me llena, porque lo necesito, porque si no lo saco de mi interior me ahoga. Pero luego están todos los años invertidos en aprender, en mejorar, en corregir una y otra vez lo mismo. ¡Y a todos nos gusta compartir nuestro arte!
            Así que os reto a que leáis cada día un poquito más, a que penséis en la historia personal que se esconde tras el nombre del autor que firma vuestro libro, que intentéis descubrir cuánto ha invertido en llenar esas páginas con unas tramas que os transporten a otro lugar y os permitan sentir la historia.
            ¡Pasad un buen día! 

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Sigo con la crítica... I'm sorry!

7:57 Pat Casalà 0 Comments


            ¡Buenos días! Escribir esta frase se está convirtiendo en una costumbre fantástica para iniciar la jornada con una dosis extra de energía. ¡Me encanta sentarme delante del ordenador de madrugada y dejar fluir las palabras! Aunque he de confesar que hay días en los que se me atragantan y la inspiración se niega a acudir.
            Ayer os hablé con nostalgia y con una mirada crítica a través de mis recuerdos y los cambios de fisionomía que se han producido en mi ciudad durante los últimos años. Ahora me gustaría comentaros las impresiones que saqué ayer por la noche del programa Salvados de la Sexta. Me gusta mucho la manera en la que Jordi Évole encara los temas y nos ofrece opiniones desde diversos ángulos.
            Uno de los entrevistados de ayer era Santiago Niño Becerra, un catedrático de estructura económica de la Universidad Ramón Llull de Barcelona, que aportó unas ideas bastante acertadas, desde mi punto de vista. Su sugerencia en el buzón de qué haría yo si fuera presidente consistía en formar un gobierno de concentración nacional formado por técnicos que aportaran una solución real a la situación.
            ¡Pues estoy de acuerdo con él! ¡Basta ya de peleas entre políticos, de desprestigiarse, de agarrarse al poder! Creo que la manera de ver la política de hoy en día sólo nos están acabando de hundir. Si para ocupar un puesto en una empresa te piden calificaciones y estudios, ¿por qué vale cualquiera para ser presidente del gobierno? ¿No deberíamos pedirle también una licenciatura, idiomas, informática y todos los masters necesarios para dirigir un país? ¿No nos lo piden a nosotros cuando nos entrevistamos para cualquier empleo? ¿Acaso no debería España exigir que sus dirigentes tuvieran estudios y experiencia además de carisma?
            No sé, en este momento el país realmente no va bien y estoy convencida de que los expertos en materia económica deberían ser los que lideraran las acciones necesarias para intentar reconducir la situación. Además, lo que apuntaba Niño Becerra tiene sentido: dejemos a un lado las ideologías políticas por un tiempo, unámonos (la unión hace la fuerza, no lo olvidéis) y trabajemos todos a una para salir del agujero. ¡Ya tendremos tiempo de volver a creer en un lado o en otro!
            A mí me encantaría ayudar a todo el mundo, que mis palabras lograran arrancar sonrisas a los que más lo necesitan y, sobre todo, que nos diéramos cuenta a la vez de la necesidad imperiosa de buscar la manera de unirnos y no de atacarnos, porque esa manía del género humano de batallar por el poder es algo que acaba destrozando a muchos por el camino.
            Pero venga, lo mío siempre es mirar el vaso medio lleno, ¿no? Pues vale, vamos a pensar que a pesar de las dificultades tarde o temprano vamos a levantar la cabeza y que entre todos podemos lograr avances personales que ayuden a otras personas y que siempre hay luz al final del túnel.
            Así que vamos a intentar continuar con la rutina de levantarnos y agradecer todo lo que se nos ha concedido, vamos a intentar ser personas solidarias con quien más lo necesita y ayudarles con lo que tengamos cerca, aunque sólo sean palabras de consuelo o cederles nuestro hombro para dejar salir la desesperación o prestarles nuestros oídos para escuchar todo lo que les quema por dentro.
            ¡Vamos a lanzar un nuevo globo sonda! ¡Uno grande y potente que llegue a oídos de los políticos! ¡Uno que les haga entender que ha llegado el momento de unirse y buscar soluciones! ¡Y también mandaremos un globo sonda de optimismo a todos aquellos que lo necesiten!
            ¡Pasad un gran día!

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