La trama VIII

7:40 Pat Casalà 3 Comments

            ¡Empieza la última semana antes de vacaciones! Aunque viene cargadirta de trabajo, será la última antes del descanso estival, así que voy a trabajar con más ilusión que nunca.
            Tal como os expliqué ayer he abandonado la lectura del octavo libro del Máster, se me hacía tan pesado que lo iba relegando, así que llegué a la conclusión de que más valía buscar alguno que de verdad me interese para volver a entusiasmarme con la lectura. He empezado el que me compré en el FNAC, la continuación de una serie que voy leyendo a medida que salen los volúmenes. Éste es el tercero, se llama Las Puertas del Infierno y está escrito por Michael Peinkofer. Desde que leí Trece Ronas, su primera novela, he ido siguiendo la trayectoria de este autor. Me gustó mucho La Maldición de Thot y La llama de Alejandría, los precedentes al que hoy he empezado, protagonizados por una intrépida arqueóloga de la época victoriana llamada Sara Kincaid.
            ¡No deja de ser curioso que la protagonista se llame Sara! El último de la saga lo leí hace más de ocho meses, así que no sé hasta que punto me ha influido a la hora de ponerle el nombre a nuestra protagonista. Pero no deja de ser un dato a estudiar más adelante, aunque ambas mujeres no tengan nada que ver.
            …Habíamos dejado a nuestra Sara en los pasadizos secretos que se escondían bajo la chimenea de piedra que decora el salón de la biblioteca de su casa. Son unos pasadizos escarbados en la piedra que se esconde bajo la casa construida Vallvidrera, en un lugar cercano a Barcelona.
            La galería estaba iluminada con un mecanismo eléctrico que colocó el padre de Sara cuando ella era una niña, mientras le mostraba a su hija el gran secreto que albergaba la casa de factura antigua que se alzaba en un recodo del cerro y dominaba una vista espectacular de la ciudad de Barcelona. El cableado era una instalación anticuada, constituida únicamente por un hilo eléctrico que se asentaba en las paredes y dejaba a la vista una bombilla ovalada cada metro. Se respiraba un olor rancio, el suelo estaba lleno de suciedad acumulada a lo largo de los años y los pies de Sara se encontraban constantemente con roedores que caminaban impunemente por el túnel que la muchacha recorría lo más rápido que sus piernas le permitían.
            Estaba asustada, la confrontación con el hombre que estaba con Úrsula le había despertado un hormigueo en la piel que no había desparecido, era como si todo su cuerpo acabara de levantar una coraza para impedir que él la localizara, como si ella estuviera bloqueando inconscientemente una extraña conexión en la distancia que ese hombre intentaba reestablecer.
            Avanzaba con pasos largos y nerviosos, con la respiración acelerada y la mirada puesta en el suelo irregular de roca que la conducía al pie de la ciudad, justo a la estación del metro de Vallvidrera, donde pensaba caminar hasta el Paseo de la Bonanova para encontrar un taxi que la acercara al barrio gótico.
            Era como si un animal rabioso la acechara en la lejanía, como si pudiera sentir sus pasos amortiguados por la distancia, acercándose inquietos, vigilantes. Cuando llegó a la salida accionó de nuevo el interruptor para apagar la luz y condenar los pasadizos a la negrura, tal como le había enseñado su padre cuando era una niña. El mecanismo que Jaime había instalado cerraba también la roca por donde Sara había salido al exterior, encerrando a un posible perseguidor.
            Sara tocó el dinero que se había guardado en el bolsillo antes de salir, era una pequeña fortuna que había rescatado de la caja fuerte del comedor donde sabía que Úrsula guardaba el efectivo. Los años de fingir que tomaba las pastillas le habían valido para conocer muchos de los secretos de su madrastra y la combinación de la caja fuerte era uno de ellos.
            En el taxi siguió sintiendo la amenaza del hombre de los ojos oscuros. Al cerrar los ojos veía dos pupilas marronosas en medio de una niebla espesa. Se movían en todas direcciones, buscándola con un pico de desesperación….
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3 comentarios:

  1. Hola, Pat! Primero felicidades por haber pasado de las cien entradas. Y diarias salvo alguna campana al principio. Veo que has registrado la trama. Nunca está de más protegerse de buitres al acecho. Si alguien con renombre pilla esa historia de los semidioses, monta un bestseller mundial...
    Bueno, los pasadizos secretos siempre son intrigantes, pero, ¿cuantos años fingió Sara? ¿No sería suficiente con unos meses?
    Sobre Rumanía y Fiona.Estamos en los 90.Por muy pobre que fuera el país y su familia, supongo que podrían permitirse una modesta tele, aunque fuera portátil. Más dificil de explicar es qué hacía Eduardo por allí. En Rumanía sólo hay una cosa de interés para los turistas... Transilvania. Increíble adónde hemos ido a parar. ¡Sólo faltaría introducir alguna conexión vampírica!
    ¿Y si Fiona estuviera inducida desde el principio por ese misterioso personaje que conoce en el bar? Como Sara, ella también tiene "algo", aparte de simple maldad, y ese personaje la toma bajo su protección para utilizarla contra Jaime...
    Ah, ¡podríamos pensar un título para ahorrar números romanos!
    Saludos!!!

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  2. ¡Hola José Antonio! Lo de registrar la trama fue una idea de mi marido, pero vamos a ver si sirve de algo.... En principio Sara fingió dos años y medio, pero lo podríamos dejar en siete meses, ¿OK? Así que su padre murió hace un año.
    En cuanto a la trama vamípica, a nivel editorial está muy en las últimas, así que podríamos utilizar la leyenda acerca de Vlad el Empalador para encontrar algún ejemplo de personas nacidas con un adelanto genético, uno que, al ser parcial, no puede dominar y lo vuelve malo.
    Fiona-Úrsula está inducida por el hombre del bar. ¡Lo has adivinado!
    En cuanto a dejar los números romanos... ¡Lo hacía por si alguien empezaba a leer a mitad de nuestro relato y quería ordenar las entradas! Pero ya pensaré en algo diferente,...
    ¡Hasta mañana!

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  3. Me gusta cómo avanza la historia ^^ Ahora me leeré el otro, aunque ya le he echado un ojo y tiene buena pinta.
    Por cierto...yo también estoy enganchada con Peinkofer!!!! Pero no sabía que La Maldición de Thot era parte de una colección...mira qué regalo más estupendo de cumpleaños para mi madre ^^
    jajajaja Bueno, pues lo dicho voy a leer lo que me falta que voy con retraso en mi visita a los blogs :D
    Un beso y sigue así!!!

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